Ingredientes para cinco personas:
5 filetes de ternera
250 ml. de nata para cocinar
un sobre de queso en polvo
300 g. de champiñones frescos laminados
5 patatas
un diente de ajo
un poco de miel
romero
aceite de oliva
Esta receta es muy simple pero ofrece una buena idea para comerse de forma más amena un filete de ternera. Se pueden hacer infinitas y deliciosas salsas para la carne pero para hoy he elegido ésta, que no tiene mucho misterio. A ver qué tal.
Lo primero que vais a hacer son las patatas, que es lo que más tiempo lleva. Vamos a hacerlas caramelizadas que están muy buenas, como en la receta del salmón. Pelad las patatas y partidlas en rodajas gordas y poned el horno a calentar a 200º más o menos. A continuación, untad las patatas con un poco de miel por los lados y les dais vuelta y vuelta en una sartén con una gotita de aceite. Cuando estén un poco doradas las metéis en el horno durante unos 20 minutos. Si veis que se tuestan demasiado y que pueden carbonizarse, bajad la temperatura. Con un cuchillito podéis ir pinchando para así saber cuando están listas, que será cuando estén blanditas. Como bien dice mi amigo Supervago, es muy importante comer la carne muy caliente, así que freíd los filetes al final del todo. Para hacer la salsa, tan fácil como poner en una sartén (podéis usar la sartén de las patatas de antes) una gotita de aceite con los champiñones y un diente de ajo muy bien machacadito. En unos 15 minutos los tendréis listos, veréis cómo merman. Ahora, en otra sartén o cazo echad la nata con el queso rallado a fuego lento y cuando esté caliente y eche humillo, añadid los champis. Movedlo bien. Y ya sólo queda freír la carne, sazonada y con un poco de romero, que a vuestro gusto la podéis hacer poco o bien hecha. Colocad los filetes en platos con la salsa y las patatas a un lado.
Lo mejor del plato es definitivamente la salsa y el sabor a romero y a ajillo. Si lo intentáis, espero que os guste.