Los conciertos de Hidrogenesse son escasos, difíciles de entender para alguien que no sea muy fan y muy intensos para los que sí lo son. El de ayer en Franela repitió estas claves, pero no se pareció en nada al anterior que pudimos ver en la Sala Sol el año pasado. Mientras que el de El Sol fue -digamos- rock, éste se dividió en dos partes que Carlos Ballesteros y Genís se encargaron de aclararnos. La primera y más electrónica en la que iban vestidos, uno con una capa, unos leggings de lana y una camiseta, y otro con unos shorts, una especie de camisa caída por los hombros y sus sempiternos tacones. Si acaso existiera el término electro lo-fi, esta parte del concierto lo sería. Carlos cantó y Genís tocó e hizo coros en temas como ‘Góngora’, ‘Vuelve Conmigo A Italia’ o ‘Kurt, Courtney, Frances Bean And Me’. La voz imperfecta de Carlos, sus bailes tímidos y Genís muy serio tocando de rodillas hicieron de esta parte la más intimista.

Después el dúo desapareció y volvieron ataviados con sendos trenchs negros para comenzar la segunda parte, que ellos mismos definieron como más rockera. Genís cogió la guitarra eléctrica (qué imagen tan curiosa, tan delgado sobre sus tacones y tocando la guitarra súper concentrado) y Carlos se animó a bailar un poco más al ritmo de lo de ‘He Vuelto’, ‘Hidroboy’ o una accidentada ‘Vamos A Salir Del Siglo’. Aunque a Carlos se le olvidase la letra o se saltase un estribillo, los fans coreaban enfervorizados y bailaban todos los temas, hasta los dos nuevos que presentaron. El primero apareció en la parte electrónica, titulado ‘El Árbol’, una historia de la infancia sobre enterrar guitarras y teclados o a los propios amigos. El segundo vino en la sección rock y no se dijo el título, pero era mucho más bailable y tenía que ver con una caja registradora, un vocoder, una planta y un animalito. En fin, un universo aparte.

Ya sé que yo soy muy fan, pero he de decir que anoche Hidrogenesse se salieron. Yo creo que en el próximo concierto llenan del todo la sala. 8,5