Ingredientes:

4 o 5 calabacines medianos
2 cucharadas de aceite
1 vaso de leche
1 pastilla de caldo de carne
200 ml de nata líquida
Sal, pimienta y nuez moscada

Esta receta es bastante parecida a aquella crema de verduras que hice una vez. Ahora sólo usaremos calabacines como ingrediente base. Esta crema, como la otra, vale para todas las épocas del año porque se puede tomar a cualquier temperatura. Plato fácil, muy socorrido y ligero.

Vamos con la elaboración. Se pelan los calabacines y se cortan en rodajas no muy gruesas. Se rehogan en una cacerola lentamente durante unos minutos. Después añadimos el vaso de leche y la pastilla de caldo. Completamos con un poco más de agua suficiente para que los calabacines queden cubiertos. Se dejarán cocer hasta que éstos estén blandos (ojo, blandos, no deshechos) y añadimos sal y pimienta al gusto. A continuación se pasa bien la mezcla por la batidora. Se deja reposar la crema unos minutos y seguidamente añadimos la nata mezclando todo bien. Se puede servir fría, caliente o del tiempo. Al servir podemos espolvorear un poquito de nuez moscada por la superficie.

Existen múltiples variaciones que van al gusto del cocinero y/o consumidor. Como en vez de nata, añadir quesitos. Es este caso, el quesito se puede añadir antes de pasarlo todo por la batidora para que la mezcla sea más homogénea. Por otro lado, la pastilla de caldo de carne es absolutamente opcional y sólo actúa de potenciador de sabor, se puede prescindir de ella.