No preguntéis qué tiene este anuncio porque ni yo mismo lo sé. En mi casa, cada vez que lo pasan por la tele, no podemos evitar corear la cancioncita de marras poniendo especial énfasis en lo de «…y Richard Clayderman en su piano sin controool» al tiempo que movemos los brazos. No sabemos si al publicitario que ha creado esto le habrán dado un premio o le habrán despedido inmediatamente. El caso es que el anuncio es completamente horrible y súper caspa, pero tiene su aquel. La cancioncita inspirada en la melodía de ‘La Historia Interminable’, ese regustillo que tiene todo a cuento de hadas, esas ciclistas en bikini y esos colorinchis tan fuertes son horribles, pero le dan ese puntito kitsch que -no vamos a negarlo- hace muchísima gracia.
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