Guillermo Farré y los suyos vuelve a los escenarios con la plantilla al completo (con la colaboración, como otras veces, de Alberto Mate en el escenario) presentando oficialmente su álbum debut, ‘Epic Handshakes and a Bear Hug‘. Además, habrá un post-concierto muy especial: Wild Honey volverá a interpretar el disco navideño de Phil Spector, ‘A Christmas Gift For You’, como ya hiciera las Navidades pasadas. La cita será el próximo viernes en el Neu! Club de Madrid a partir de las 21.00. Acércandose esta imperdible cita, hemos querido preguntarle a Guillermo Farré por sus pasiones musicales de ayer y hoy.
¿Qué disco recuerdas con más cariño de tu adolescencia?
Buff, un montón. Me pasaron una cinta de 90’ con tres discos que escuché muchísimas veces: ‘Nevermind’ de Nirvana, ‘Bandwagonesque’ de Teenage Fanclub y el ‘Stick Around For Joy’ de Sugarcubes. Estaba convencido de que ‘Smells Like Teen Spirit’ se llamaba ‘Chihuahua’, que era la canción que cerraba el disco de los Sugarcubes, porque los títulos estaban desordenados. Mi despiste era tal que en la carpeta de octavo de EGB tenía puesto con tipex: “Nirvana: chihuahua”. También recuerdo con mucho cariño ‘Rocket to Russia’ y ‘It’s Alive’ de los Ramones, el primer disco de los Beat americanos, ‘Kerplunk’ y ‘Dookie’ de Green Day…
¿Hay algún disco que hayas comprado más de una vez?
Hay muchos discos que tengo repetidos en cd y vinilo. Pero creo que el que más veces he comprado es ‘The Coast Is Never Clear’ de Beulah. Es un disco que me encanta, quizás de mis diez discos favoritos de siempre. La historia es que el sello inglés que lo sacó en Europa, Shifty disco, debió quebrar hace unos cuatro o cinco años y todo su catálogo estaba a precio de risa en muchas tiendas. Durante varios meses estuve comprando copias de ese disco que iba regalando a amigos.
¿De qué disco esperabas mucho y has terminado odiando?
Me ocurre a menudo que cuando veo un grupo en directo y me decepciona, me entra una pereza tremenda volver a escuchar sus discos por mucho que me gustaran antes. Me pasó una época con Jonathan Richman. Soy muy fan de los Modern Lovers y de muchos de sus discos en solitario, pero recuerdo que la primera vez que le vi en directo no me gustó nada y tardé un tiempo en volver a escuchar sus discos con las mismas ganas. Con Jonathan Richman lo he superado (‘Jonathan Richman Sings!’ también podría estar en mi lista de diez discos favoritos de todos los tiempos), pero hay muchos grupos a los que no he vuelto a hacer ni caso.
¿Qué disco no deberías haber prestado nunca?
No recuerdo ningún préstamo traumático. Nunca he prestado vinilos y hoy día es casi más efectivo pasarle a alguien un Rapidshare o un link a Spotify antes de dejar un disco. De adolescente sí que hubo un disco que me dio mucha rabia perder, pero no porque me gustara mucho. Una amiga que vivía en Alemania me regaló un disco de un grupo horroroso de rap-metal alemán que se llamaba Megavier. Le presté ese disco a un chico de mi instituto al que le gustaba esa música y nunca me lo devolvió. El disco me daba bastante igual, pero era un regalo que me había hecho mucha ilusión y que en su día me dio mucha rabia no recuperar.
¿Por qué disco pagarías mucho dinero a día de hoy?
Nunca he sido de pagar mucho dinero por discos, cuando compro por eBay trato de tener muy claro lo que me quiero gastar para no perder luego la perspectiva. No sé, así en plan lista soñada, me encantaría tener una copia de la edición original del ‘Would You Believe?’ de Billy Nicholls, los singles originales de Big Star y Chris Bell, una copia en condiciones del ‘Walking Up a One Way Street’ de Willy Tee (la que tengo suena a rayos), la edición original de 1968 de Gilberto Gil que debe costar una pasta, los singles de Annette Funicello (que los fans americanos de la actriz hacen que estén siempre por las nubes)…
Foto: Pablo Serret