Chester Brown / El hombrecito: ‘El hombrecito’ es la reedición ampliada -con notas y algunos detalles- del recopilatorio de historietas cortas que Chester Brown editó inicialmente en 1998. Una colección que publicó ya como adulto, sobre cómics realizados entre los años 1980 y 1995, junto a una valiosa historia dibujada cuando tenía doce años. El criterio de selección, como cuenta en el prefacio el propio Brown, se aleja de reunir “lo mejor de” y está ligado más a incluir historias sin tener que decidir cuál es buena o mala. Unas gozan de la simpatía del autor, otras son odiadas y el resto -que deben de ser por lo comentado, la mayoría- solo le producen indiferencia.
Estos primeros relatos poco tienen que ver con el cómic underground de aquellos años. No le interesa la política, ni ha probado nunca las drogas y el sexo no es tratado por miedo a que quedara en evidencia su inocencia. Pocas son las alternativas, más cuando se empieza a perder el interés por los superhéroes, por lo que los temas se perfilan entre lo fantástico y lo surrealista (‘El hombrecito’), en algún caso lo autobiográfico (‘Helder’ y ‘Mostrando Helder’) o el ensayo (‘Mi madre era esquizofrénica’). Materias, estas dos últimas, que suponen la semilla de lo que luego fue ‘Pagando por ello‘.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: Las notas al final de la obra. Los que conozcan la obra de Chester Brown verán la evolución y los nexos en común con sus últimos trabajos, como si se trataran de maquetas antes de su producción.
Lo peor: Alguna historieta no tiene el gancho habitual o desvela un proceso aún por definir en la composición gráfica.
Carlos de Diego / Grandes verdades de la humanidad: Cráneos desproporcionados a los cuerpos de todos y cada uno de los personajes que aparecen en él protagonizan una aventura que se va deformando de manera caótica y atropellada, formulando preguntas que transforman las pocas páginas en incógnitas, pero cumpliendo fielmente el único propósito de divertir.
El modo de trabajo de Carlos de Diego es el collage: corta cabezas que encuentra en librerías de tebeos viejos para luego pegarlas sobre los cuerpos de los personajes que ha dibujado. Un trabajo de cirugía que engendra nuevas vidas a golpe de tijera y rotulador, ofreciendo una tarjeta de presentación para su autor con cosas en común con Dios, al que por cierto incluye como otro de los personajes de ‘Grandes Verdades de la humanidad’ (aunque con poco de creador y todopoderoso).
No todo se centra en los protagonistas. La trama -aunque en momentos no parece haberla-, está muy en consonancia con el humor de su editorial ¡Caramba!, muy interesada en la sátira y la ironía de jóvenes autores.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: Algunas situaciones y planteamientos llevan a creer, como muy bien advierte Jordi Costa en la introducción, que estamos ante una aclaración bufa de la serie de televisión ‘Perdidos’.
Lo peor: La cantidad de dislates, unido a los nutridos desvaríos, puede hacernos pensar que estamos ante una historia improvisada y con cierto aire tontuno.
Charles Burns / La Colmena: Segunda entrega de la trilogía que Burns inició con ‘Tóxico‘ hace un par de años, manteniendo prácticamente intacto el universo al que nos somete desde la publicación de ‘Agujero negro’. Se trata de una historia plagada de enigmas, tanto en cuanto a los personajes como en la cadena de sucesos que los rodean. Por encima de mantener un hilo narrativo, el inconsciente despunta por encima de lo habitual o lo lógico.
El aspecto sano y juvenil de Doug, nuestro protagonista, es la trampa de este relato que aborda lo enfermizo destilando misterio. Se abordan una ruptura sentimental idealizada, las inseguridades y la relación confusa e indefinida con su padre, todo ello entre la realidad inquietante y la enajenación. A falta de la tercera entrega titulada ‘Cráneo de azúcar’, la aventura desorienta al lector, creando un encuentro feroz con un tipo de lectura que se va agujereando en la oscuridad.
Calificación: 8/10
Lo mejor: La fuerza en determinadas secuencias, la brillantez en el rotulado de colores y un estilo infalible a la hora de establecer metafóricamente la naturaleza humana. La presencia de Tintín.
Lo peor: Probablemente no tanto quede aclarado cuando la saga finalice.
Daniel Clowes / El rayo mortal: A estas alturas hemos conocido demasiados personajes de Daniel Clowes que podrían clasificarse como secundarios siempre desbordados por los acontecimientos que les rodean. Si en ‘Ghost World’, su obra más conocida y llevada al cine, dos adolescentes sin trabajo se sienten atraídas por personas excéntricas de su entorno, en ‘El rayo mortal’ los protagonistas también son dos adolescentes que descubren, casualmente fumando cigarrillos, que uno de ellos tiene superpoderes. Este constante presentarnos a este tipo de inadaptados en ambientes angustiosos, como también vimos en ‘Wilson‘ o ‘Mister Wonderful‘, invita a conocer la profundidad de nuestras debilidades gracias a lo aparentemente sencillo de las historias. Misterio y empatía se unen, aunque se trate, como decíamos, de una historia de superhéroes.
La primera edición de ‘El rayo mortal’ fue publicada en 2004 en el número 23 de la serie Eightball. Por esta serie fue por la que Daniel Clowes ganó los premios Eisner, Harvey e Ignatz. Muy llamativa es la contribución de Random House Mondadori, al editar en gran tamaño y cartoné uno de los cómics a tener en cuenta en las quinielas de lo mejor del 2013.
Calificación: 8,5/10
Lo mejor: Se compone de relatos cortos de pocas páginas, delimitando planos que te obligan a descender a gran velocidad en la historia.
Lo peor: Los movimientos en el tiempo hacia atrás y adelante distraen un poco. El retraso de su publicación en nuestro país.
Mari Yamazaki / Thermae Romae: Escrito y dibujado por la japonesa Mari Yamazaki, que actualmente trabaja en un manga biográfico sobre Steve Jobs y del que ya ha presentado las primeras páginas, ‘Thermae Romae’ es un manga poco convencional. En este primer volumen de una saga -en principio parece que se extenderá hasta seis-, se van desmantelando las similitudes que su autora ha ido hilando en numerosos viajes a Europa entre ciertos rituales japoneses actuales y los de la Antigua Roma de hace 2000 años. En concreto en cuanto a baños y termas se refiere.
Ese es el punto fuerte: quedar atrapado al comprobar la veracidad en las comparaciones entre dos civilizaciones tan distintas y de épocas tan distanciadas. Después, aparece otro atractivo bastante inesperado y que se mantiene hasta el final: un humor muy sutil en cada una de las peripecias de Lucius, arquitecto y protagonista de este trabajo de Yamazaki.
La obra de Yamazaki, tras el éxito cosechado en Japón, tiene su versión en anime además de cinematográfica. Estrenada el pasado año, tendrá una secuela que verá la luz en la primavera del 2014 y para la que se ha construido a escala real el Coliseo Romano.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: Aunque suene a publicidad de época escolar, Yamazaki sabe aunar formación didáctica y diversión, llegando a contagiarnos el uso de expresiones del latín como: “inri”, “peccata minuta”, “ex profeso”, “ipso facto”, “per se”, etcétera. Los recursos de autocensura que ejerce la autora a la hora de no mostrar genitales masculinos, con dibujos de vapores o arbustos casuales, mientras que resulta llamativo que para la portada, censurada en Estados Unidos, no ha habido ningún reparo.
Lo peor: El uso en la trama del salto temporal resulta reiterativo. La edición debería estar un poco más cuidada.
Pep Brocal / Alter y Walter o La Verdad Invisible: Terminado de imprimir esta primavera coincidiendo con el 50 aniversario del cierre de la prisión de la isla de Alcatraz -dato importante a tener en cuenta en esta historia- el libro muestra las vías de escape por las que huye Walter. Caminos que sirven para que el protagonista de la última obra de Pep Brocal se enfrente a todos los sentimientos y fantasmas que le persiguen desde su pasado, acabando en un motel de carretera donde deberá enfrentarse cara a cara con cada uno de esos miedos. En contraposición a esta primera impresión tan dramática, Brocal amplia dimensiones hacia el humor (con la aparición de Steve McQueen), el cine de suspense (algunas de las carreras o persecuciones podían haber sido rodadas por Hitchcock) o incluso algunos puntos -con la presencia de la mujer pájaro- de aventura alocada.
Editado por Entrecomics Comics, que han cuidado todos los detalles, desde el lomo de tela hasta el tamaño generoso, es muy de agradecer el esfuerzo realizado en un tebeo con una identidad tan marcada. Su autor intenta llamar la atención no exclusivamente de un público concreto.
Calificación: 8/10
Lo mejor: Pep Brocal ha conseguido, sobre todo por el rotulado en color rojo y verde en todas sus páginas, un estilo propio inconfundible. El ritmo efectivo y resultón sin adornos barrocos.
Lo peor: La amarga impresión de que la mayoría somos víctimas de nuestros miedos.