¿Cómo superar un debut como ‘From Here He Go Sublime‘ (2007)? Un clásico desde su mismo título, el primer trabajo del sueco Axel Willner, lejos de vulgarizarse con el tiempo, suena incluso mejor año tras año. Quizá porque ha sido la música electrónica más chabacana la que ha terminado -¿ha terminado ya, por favor?- de popularizarse, quizá porque no cabe sacrilegio posible sobre los terrenos etéreos explorados por The Field, la escucha de canciones como ‘The Little Heart Beats So Fast’ y ‘Everyday’ continúa resultando absolutamente sobrecogedora. Después de aquel disco, llegaron otros dos más que presentaban diferencias, especialmente la incorporación de instrumentistas y sonidos más orgánicos en su arsenal de loops, pero aún con portadas muy similares.

Este cuarto, en cambio, ‘Cupid’s Head’, presenta una portada diferente, ya en negro, no en tonos crema, y a un Alex Willner trabajando en solitario sin músicos colaboradores. Esta elección no tiene nada de casual, pues ‘Cupid’s Head’ está diseñado como su disco más oscuro e introspectivo. Cuenta Willner que estaba totalmente atascado en el proceso creativo después de una gira cuando tuvo que volver a componer, y que sólo pudo salir de ahí cuando le vino a la cabeza ‘No. No…’. Es a todas luces una de las piezas fundamentales de este disco, muy expresiva en su título y deliciosa en su sample vocal. Pocos artistas resultan tan sugerentes en la consecución de ambientes lúgubres y tan fascinantes en el desarrollo de una pista, abandonando la percusión sin que se pierda el ritmo, utilizando las voces en sustitución.

La buena noticia es que el corte titular es aún más evocador y la mala es que, en su acercamiento a la oscuridad, al turbio mundo de las contradicciones que encierra el mismo título del disco, ninguna canción termina de ser tan emocionante como aquel ‘Silent’. ‘From Here He Go Sublime’ tenía la capacidad de hacerte bailar y emocionarte al mismo tiempo y recrear el encanto de un debut nunca fue tarea fácil. En cierto modo ‘Cupid’s Head’ no resulta ni tan bailable ni tan emocionante ni tampoco tan novedoso después del efecto sorpresa (¿recordáis el flipante sample de Lionel Richie?).

Sin embargo, escuchar la música de The Field continúa siendo una experiencia única. El uso de loops sigue siendo magistral e hipnotizante, como la incorporación de elementos inesperados como el bajo en la gran ‘Black Sea’, convirtiendo el tema en un experimento cósmico bastante Moroder; o la densísima textura lograda en el tema que cierra y no abre -como indican muchas reseñas (??)- el álbum, ’20 Seconds of Affection’ (gran título para un corte de 10 minutos basado en bucles). Él dice que hacer música es lo mismo que cocinar un risotto, pero lo suyo, además de estar igual de elaborado y ser exquisito, tiene mucho mejor aspecto.

The Field actúa hoy sábado 16 de noviembre en Razzmatazz, Barcelona, como parte de la programación del Mira.

Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Cupid’s Head’, ‘No. No…’, ‘Black Sea’
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