A diferencia de otras como Madonna, que desde que descubrió Instagram no para de bombardearnos con hipotéticas informaciones sobre su futuro álbum y nos hace partícipes de sus berrinches de diva cuando se filtran sus canciones (aunque días más tarde y mal porque estaba ocupada en sus labores humanitarias en Malawi), se agradece que haya artistas como Björk que prescindan de exponerse ante las redes sociales. La islandesa, que prefiere abrazarse siempre a la discreción, este 2014 no ha estado muy activa que digamos. Más allá de las proyecciones en cines de su ‘Biophilia Live’ y de su participación en los últimos temas de los terroristas sonoros Death Grips, la artista ha sido parca en palabras a la hora de hablar de su futuro proyecto. Pero sí, 2015 nos traerá un nuevo disco de ella y una enésima oportunidad para reconciliarnos con una de las voces que desde hace más de dos décadas ha marcado la batuta de la vanguardia musical.
A finales de septiembre supimos de boca del productor venezolano Arca en una entrevista que él se encargaría de co-producir el nuevo trabajo que está en camino. Y la noticia del nuevo largo no hizo más que confirmarse cuando apenas unos días más tarde, ya en octubre, se emitió un comunicado que decía «lo sentimos mucho, pero como Björk ya está trabajando en su próximo álbum (¡a la venta en 2015!), no puede venir al estreno de ‘Biophilia Live’ en el London Film Festival esta semana». Blanco y en botella: la ex de Goldie ya está maquinando su retorno desde hace meses sin que nadie de fuera de su entorno más íntimo la haya cagado revelando más de la cuenta.
Pero yendo a lo importante: ¿cómo puede encajar Arca en el asunto? A pesar de que ‘Xen‘, el debut del productor, se retroalimentaba del ambient y nos dejaba pocos números estrictamente de baile (lo único cercano a un single era ‘Thievery’), sí que con anterioridad nos ha mostrado sonidos algo más electrónicamente mundanos cuando ha trabajado en el ‘Yeezus‘ de Kanye West (aparece acreditado en ‘Hold My Liquor‘, ‘I’m In It‘, ‘Blood on the Leaves‘ y ‘Send it Up‘) o con FKA Twigs (aparece acreditado en ‘Lights On‘, ‘Hours‘ y ‘Give Up‘). Viéndolo en perspectiva, incluso dos temas de ‘Biophilia‘ bien podrían haber contado con él en los créditos (el caso de ‘Crystalline’ y su break drum’n’bass en los segundos finales, o la rotunda ‘Mutual Core’), por lo que quizás ese podría ser el camino que seguir ahora mismo para la vuelta de la cantante: temas estructuralmente pop pero que se presentan recargados de beats metálicos y cinéticamente fantasmagóricos.
Aunque siempre hay espacio a los arreglos de cuerda, por supuesto, como si de un ‘Homogenic’ o un ‘Vespertine’ revisitado se tratara, ya que no hay más que escuchar ‘Family Violence‘ o ‘Wound‘ para apreciar que el productor también se puede poner orquestal cuando se le antoja. ¿Hacia dónde irá el nuevo de Björk? Y sobre todo, ¿logrará reconectar con el público general como no termina de lograr desde 2001? ‘Biophilia’ tuvo críticas muy positivas (79 sobre 100 en Metacritic), pero no logró quitarse el halo de marcianada de ‘Volta’. ¿A cuál de sus discos se parecerá más? En lenguaje externo a Björk, ¿estaremos más cerca de un ‘Xen’ o de un ‘LP1’?
Mientras lo descubrimos, el MOMA del 8 de marzo al 7 de junio le dedicará a Björk una retrospectiva con un sinfín de imágenes, vestidos icónicos y un repaso a toda su carrera a partir de una narrativa audiovisual que conjugará la ficción con datos biográficos de la artista. Por lo que, ya puestos, no sería extraño que para entonces tengamos el disco en nuestras manos y ella se anime a presentarlo en vivo si sus nódulos no vuelven a jugarle una mala pasada. Nos debe un Primavera Sound desde que cancelara su actuación en 2012, así que ya va siendo hora de que se acerque por aquí en condiciones. Y si encima es con un buen disco, mejor que mejor.