Cuando llega el momento de echar culpas por el descenso de espectadores en los conciertos, un promotor en Australia ha tenido la ocurrencia de señalar a Tinder, la aplicación de ligoteo. El señor, dueño de un local en el país oceánico, ha manifestado la opinión de que la app es el modo en que los jóvenes ligan hoy en día. “Ya no van a los clubs o pubs a ligar. Solo ligan con sus teléfonos. Tinder está matando todos los clubs y los pubs en Melbourne y Australia. Y cuando llevan a sus citas por primera vez, intentan impresionarlas con alguna cena elegante, en vez de una experiencia con música en directo” son las palabras de James Young, el promotor enemigo número 1 de Tinder, que continúa: “Necesitamos sacar a la gente joven de sus teléfonos y meterlos de nuevo en los bares para que se socialicen de verdad o nos vamos todos a la calle”.

Con razón o sin ella, la polémica queda en el aire, ya que no hay una manera exacta de saber a qué se debe el descenso en la afluencia de público a las salas, aunque sobra decir que algunas leyes, al menos en nuestro país, no han ayudado demasiado.

Recordemos que, tal vez ajena al daño que hacía, Hilary Duff convertía hace unos meses el vídeo para su tema ‘Sparks’ en un anuncio de la citada aplicación, aunque luego corregía y sacaba una versión libre de Tinder.

Otra que se ha tomado el asunto Tinder con humor es Kelly Clarkson, que acudía hace unos días a un programa de la televisión americana a poner música a perfiles reales de la aplicación. Frases tan vacías como la ubicación o el gusto por el fetichismo de pies quedan transformadas con la ayuda de un pianista y tres coristas. El final con el gato sin pelo, las galletas y el porro es antológico.