Visto el revuelo formado en torno a la aparición del pene de Quim Gutiérrez en la revista Cuore la misma semana que estrena ‘Anacleto’ (que ni que fuera el primer pene que vemos, aunque ya eso es otro tema)­, cualquiera podría pensar que todo es fruto de la típica treta promocional del grupo Zeta, productor de la película a la par que editor de la conocida revista. La típica sinergia empresarial.

Lo cierto es que la teoría tendría sentido si el proyecto a defender fuera uno de esos muchos filmes nefastos destinados a no sobrevivir en la cartelera más allá de su primer fin de semana por culpa de un mal boca a boca. Pero tranquilos que no es el caso.

Vale que teniendo detrás a Javier Ruiz Caldera, director de las fantásticas ‘Spanish Movie’, ‘Promoción fantasma’ y sobre todo ‘Tres bodas de más‘, las probabilidades de que esta película fuera buena eran bastante altas. Pero claro, hablamos de adaptar bien un cómic español a la gran pantalla. Y no hablamos de animación, que para eso está ‘Arrugas‘, sino de hacerlo con personajes de acción real, algo que solo Javier Fesser consiguió, y no del todo, con ‘La gran aventura de Mortadelo y Filemón’. Hasta ahora.

Es posible que Ruiz Caldera haya encontrado la fórmula perfecta para que nunca más volvamos a fracasar a la hora de convertir a los personajes de nuestros tebeos en héroes de carne y hueso: primero hay que desnudarlos hasta dejar solo su esencia y, a partir de ahí, adaptar su universo al del director en lugar de obligar al director a respetar las reglas de sus viñetas. La libertad que los que tienen que hacer lo propio con cómics de Marvel o DC Comics no disfrutan.

Por eso en este ‘Anacleto’ no vemos historietas directamente calcadas del papel, sino que encontramos pequeños destellos de aquello que identifica al personaje (el cigarrillo en la boca, el desierto del Gobi, el malvado Vázquez) pero reinventados por un realizador que ha hecho del humor referencial, la nostalgia justificada y su habilidad única para dirigir actores sus mejores armas. Que sí, que puede que Quim, Berto, Imanol y Alexandra vuelvan a hacer los mismos papeles de siempre. Pero lo importante es que lejos de molestar se disfruta mucho viéndoles moverse, y sobre todo hablar, en pantalla.

Aunque esto no es lo mejor, sino que gracias a esta película ya no suena tan disparatado eso de llevar a Superlópez al cine. ¿Será el póster que vemos en la habitación de Quim una pista? Ojalá. 7,5.