No más conciertos en el Heliogàbal de Barcelona por temor a nuevas sanciones

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No más conciertos en el Heliogàbal de Barcelona por temor a nuevas sanciones

Tal como informamos el domingo, el mítico Heliogàbal de Barcelona cancela, aplaza o traslada los conciertos que tenía programados ante el temor de volver a ser sancionados por la Guàrdia Urbana. El bar de Gràcia, que desde 1995 ha sido uno de los grandes promotores de la vida cultural y musical de la ciudad, con una programación estable de recitales que ha sido clave para la escena barcelonesa y catalana (allí dieron sus primeras actuaciones Mishima, Za!, Doble Pletina y un larguísimo etcétera) y que también ha traído a figuras internacionales como Mark Kozelek o Robert Forster, ha emitido el siguiente comunicado sobre su situación:

«Como resultado de las últimas inspecciones, pronto recibiremos dos multas que, sumadas, pueden subir hasta 100.000 €. (…) No hace falta decir que, para un bar de setenta metros cuadrados, es un importe inasumible.

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Las inspecciones de la Guàrdia Urbana siempre denuncian lo mismo: falta de limitador de ruido y exceso de aforo. Y ambas cosas son ciertas. No tenemos el limitador de sonido de un bar-cafetería para que los conciertos no se escucharan. Tampoco cumplimos el límite de aforo de 49 personas. Con una licencia adecuada y sin realizar ninguna intervención, nuestro local podría acoger hasta cien personas. De todas maneras, estamos dispuestos a hacer las obras necesarias para garantizar la máxima seguridad, eso por descontado.

Se ha de decir que tanto el Ayuntamiento de Barcelona como el Distrito de Gràcia están trabajando con la máxima celeridad y eficiencia para solucionar los problemas de la música en directo en la ciudad. (…) Después de tantos años de chocar con una pared ciega, por fin tenemos esperanzas de encontrar una salida definitiva y general al problema.
Ahora bien, las llamadas del vecino enfadado a la Guardia Urbana no dejarán de producirse mientras esperamos la solución. Por miedo a que nos pongan más multas y nos acaben de hundir económicamente, nos vemos obligados a cancelar, trasladar o aplazar todos los conciertos que iban a tener lugar en el bar. Os informaremos puntualmente de la reanudación de las actividades. Esperamos que sea pronto. Tenemos muchas ganas de abandonar la zona de incertidumbre en la que nos hemos movido hasta ahora».

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El Heliogàbal inició su andadura en 1995, en un local con licencia de bar-cafetería. Puede organizar actuaciones debido a su vertiente de asociación cultural. Si no ha podido cambiar el tipo de actividad para poder acoger conciertos legalmente no ha sido por el tamaño o características físicas del local, sino por una cuestión burocrática. En el barrio de Gràcia, donde se ubica, la normativa de establecimientos de pública concurrencia es muy estricta. Desde 1994 no se otorgan licencias nuevas de restauración, locales de ocio nocturno o similares, ya que, debido a la alta concentración de este tipo de establecimientos en la zona, el ayuntamiento decidió frenar su proliferación. En conversación con Miquel Cabal, uno de sus copropietarios, nos ha informado de que el gran problema del Heliogàbal ha sido precisamente esta situación de alegalidad en que se ha tenido que mover como sala de conciertos. «Legalmente ha sido imposible cambiar la licencia», afirma Cabal, que lamenta que durante mucho tiempo los diferentes ayuntamientos no han sido receptivos a sus reclamaciones para poder modificar el uso del local. Añade que, precisamente, el actual equipo municipal ha sido el primero que ha respondido y trabaja para que el local salga del limbo legal en que se halla. La solución provisional es «dar permisos especiales para cada concierto hasta que no cambie la normativa marco».

Lo que ha dado pie a la actuación de la Guàrdia Urbana, ahora que la situación empezaba a tener visos de solución, han sido las denuncias reiteradas de un vecino reciente: «Nunca habíamos tenido problemas con los vecinos, ni por el horario de los conciertos (programados a horas tempranas) ni por el sonido de los mismos, que siempre ha sido suave. Pero a este vecino le molesta mucho la actividad del local, llama a la Guàrdia Urbana, que está obligada a comparecer ante denuncias de vecinos y se encuentra con el aforo excedido. Esto es cierto». Cabal cree que las multas son “correctas”, aunque derivadas del limitado aforo que permite la actual licencia. Como sala de conciertos, se les permitiría un aforo mayor.

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De momento están aplazados los dos conciertos que el 27 y 28 de enero iba a ofrecer Joan Garriga (La Troba Kung- Fú) con las entradas agotadas, el de Don Simón y Telefunken el viernes 29 y toda la programación de febrero. El bar estaba actualmente celebrando su vigésimo aniversario con actuaciones que han incluido a Sr. Chinarro, Joan Miquel Oliver o Mishima.

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