Cuatro años ha tardado Jack Tatum, mente pensante detrás de Wild Nothing, en dar a luz su tercer disco de larga duración, como si se hubiera tomado al pie de la letra su título. El mundo musical, sin embargo, no se ha permitido ninguna pausa y son muchas cosas las que han cambiado en este tiempo.
Aquel 2012 en que apareció ‘Nocturne’, su segunda obra larga, parece muy alejado del presente. La recuperación del indie ochentero, con su dream pop, su C86, su shoegaze, estaba finalizando el apogeo que vivía desde 2009 gracias a la potencia desplegada por lanzamientos como los de The Pains of Being Pure at Heart o Beach House, así como de un buen puñado de grupos que, pese a su más moderado éxito, también contaron con fans incondicionales.
Wild Nothing tenía la capacidad de entrar en el primer grupo: ‘Gemini‘, su debut, era una de las más delicadas colecciones de canciones de los últimos años, a la que se le perdonaba cierta pobreza de medios (fue grabado enteramente por Jack Tatum en su habitación) que hasta resultaba por momentos encantadora. Quizá el punto débil de su proyecto fue llegar algo tarde, ya que el disco era de 2010 -ese año también lanzó el EP ‘Golden Haze’-, y su continuación llegó cuando la fiebre empezaba a descender. Además, pese a volver a ser notable, ‘Nocturne‘ no era excelente, y lo que ofrecía ya se había oído anteriormente.
Tatum probó suerte con una pequeña evolución de estilo en 2013. El EP ‘Empty Estate‘ tenía un sentido más lúdico y hedonista, menos contemplativo. Pero tres años de espera para su siguiente gran lanzamiento funcionan como una losa para alguien que estaba desarrollando su carrera, y ‘Life of Pause’ aparece ahora desubicado y casi anacrónico.
Y es una pena porque aquí el músico de Brooklyn demuestra que tiene buena mano para componer canciones. ‘Reichpop‘, uno de los adelantos, es sorprendentemente bueno, con unas marimbas electrónicas y una sencillez preciosista que recuerdan a artistas de culto como Anna Domino. ‘To Know You‘ puede codearse con lo mejor de Echo & the Bunnymen o The Chameleons. Los sintes de ‘Life of Pause’, canción que da título al LP, enganchan. Incluso temas que no son singles potenciales, como ‘A Woman’s Wisdom’, no crearán fans pero sirven para consolidarlos.
La mejoría en los medios se nota para bien. El último trabajo de Wild Nothing ha sido grabado en tres estudios diferentes, uno en cada costa de EEUU y otro más en Suecia. El sonido es más natural, y también más variado, sin abusar de las reverberaciones tanto como en anteriores ocasiones. Eso no quiere decir que hayan desaparecido, con el característico toque de nostalgia que dan: el ambiente que generan en ‘Alien’ la lleva casi a terrenos oníricos propios de Connan Mockasin.
El problema de ‘Life of Pause’ es que sigue ciñéndose a los criterios estéticos que triunfaban hace un lustro pero que, en la actualidad, huelen algo a naftalina. Tatum no rompe con el molde del que salió para buscar un sonido personal pero las canciones merecen emprender esa búsqueda. Escuchado en 2016, lo último de Wild Nothing tiene más de placer inconfesable que de artista de moda. Pero, y al fin y al cabo, sigue siendo un placer.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Reichpop’, ‘Lady Blue’, ‘Alien’, ‘Life of Pause’, ‘To Know You’
Te gustará si te gusta: Cocteau Twins, Anna Domino, Echo & the Bunnymen, Connan Mockasin
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