Wild Beasts, el grupo británico al que recordarás por canciones como ‘All the King’s Men’, ‘A Simple Beautiful Truth’ y ‘Albatross’, además de por el gran disco que fue y sigue siendo ‘Two Dancers‘, que fue nominado a un Mercury en 2010, edita hoy su nuevo álbum, ‘Boy King’, un trabajo vigoroso, oscuro y sucio que encuentra al cuarteto explorando nuevas vías musicales sin abandonar su sello de identidad. Con motivo de su paso por Mad Cool, hace ya su tiempo, charlamos por teléfono con el líder de la banda, Hayden Thorpe, sobre su disco, su concepto de la masculinidad o la relación del grupo con su productor, John Congleton, mucho más influyente de lo que parece.
Hace un par de días [NdE: la entrevista se produjo el 20 de junio] empezasteis vuestra nueva gira en MadCool, un nuevo festival de Madrid. Deduzco que fue la primera vez que tocáis vuestras nuevas canciones en directo. ¿Es así? ¿Qué tal fue?
Ha sido increíble tocar las canciones nuevas por primera vez en directo porque son un intento de ser algo que no somos, una versión más grande de nosotros mismos, más extravagante, musculosa y atrevida de lo que somos en la vida real. Cuando tocamos estas canciones en directo sentimos que nos convertimos en el Increíble Hulk. Es toda una experiencia. En este sentido las canciones nuevas se distinguen notablemente de las nuevas.
¿Habéis hecho arreglos nuevos para las canciones viejas de modo que encajen con las nuevas en vuestro repertorio actual?
Estamos trabajando en ello, es un trabajo en progreso.
Kings of Convenience se quejaban en el festival de la gente que hablaba durante su concierto. ¿Tuvisteis algún problema similar?
No hemos tenido ese problema, supongo que porque nosotros somos una banda menos tranquila, somos más ruidosos, más incluso que la gente que esté hablando en un determinado momento.
Hay artistas que opinan muy distinto sobre este asunto. Unos lo ven natural, otros una falta de respeto. ¿Cuál es tu posición?
[Piensa] Me molesta que la gente hable… Evidentemente, cuando estoy encima del escenario quiero que la gente calle y atienda el concierto, pero me molesta más cuando soy parte del público. Es frustrante. La gente ve ir a festivales más como una experiencia social en su vida que para ver música. Sin embargo, al mismo tiempo pienso que somos criaturas comunales y si quieres hablar con tu amigo, habla… Para mí es complicado juzgar algo así.
No irías tan lejos de decir que no disfrutas tocar en festivales como Julian Casablancas de The Strokes, asumo…
Me gusta tocar en festivales, son toda una aventura porque nunca sabes quién va a venir a verte tocar. Además, he tenido experiencias muy profundas en festivales…
«Ir a festivales está muy bien para que uno se dé cuenta de lo maravillosas que son las personas»
¿Recuerdas alguna anécdota de cuando ibas a festivales de joven a ver a grupos?
Fui a un festival por primera vez a los 16 años. Me traje mis cervezas y mi marihuana y mi tienda de campaña y recuerdo el festival como una de las experiencias más brillantes de mi juventud. Fue la primera vez que me separaba de mis padres. Me encantaba atender a los grupos y averiguar qué instrumentos usaban y atender a cada detalle de cómo tocaban.
También he tenido grandes experiencias en Glastonbury. Ir a festivales está muy bien para que uno se dé cuenta de lo maravillosas que son las personas. Glastonbury es una ciudad construida en una semana. Se necesita mucha buena voluntad humana para montar algo así. Luego, perderte en la noche de estos festivales puede ser una experiencia espiritual.
Por otra parte, encuentro interesante la experiencia de levantarse con gente por la mañana durante el amanecer, pasar el día todos juntos, ver el desarrollo del día y cómo entra la noche… Esta experiencia tiene un efecto psicológico, compartes un mismo lugar y un mismo viaje con un montón de gente.
«‘Boy King’ es mucho más instintivo y vulgar que el disco anterior; es su resultado opuesto»
Antes de hablar sobre vuestro nuevo disco, me gustaría preguntaros sobre el anterior, ‘Present Tense‘. ¿Cómo veis este disco pasados los años? ¿Hay algo que cambiaríais, algo de lo que estéis especialmente orgullosos?
Estoy muy orgulloso de aquel disco. Lo he escuchado hace poco y me ha sorprendido lo meticuloso que es su diseño. Es prácticamente arquitectónico. Compusimos el disco de manera precisa y matemática y con un ojo microscópico en el detalle. Por eso, nos parecía deprimente volver a hacer algo parecido en nuestro nuevo disco. ‘Boy King’ es mucho más instintivo y vulgar. Es absolutamente el resultado opuesto del disco anterior.
John Congleton ha producido el disco. ¿Qué destacáis de haber trabajado con él?
Lo bueno de John es que te quita cualquier tontería que tengas en la mente. Con él, no valen inseguridades ni indecisiones. Un gran peligro de hacer arte es pensar demasiado y ser muy consciente de uno mismo y John destroza eso totalmente. Con él nunca se habla de algo musical durante más de cinco minutos, siempre es en plan, «¿por qué estamos hablando? ¡hagámoslo!». Recuerdo contarle que estaba indeciso sobre una línea de bajo que había compuesto y su respuesta fue «¿¿¿estás inseguro???» y yo «Jesús… ¿Lo estoy? ¡Pues sí!» Para mí, eso es muy importante en un productor, no solo que sea un genio musical, sino también una persona preparada psicológicamente que sea capaz de empujar a una banda a dar lo mejor de sí misma.
Es curioso que John Congleton sea tan bueno en sacar lo mejor de cada grupo con el que trabaja porque su mano se percibe en todos los discos que produce, como el último de St. Vincent. Su sonido es muy personal.
Es totalmente cierto.
¿Cómo es su estudio?
Su estudio se encuentra en un gueto mexicano de Dallas. Es brillante. Solía ser una casa funeraria. Cuando estás ahí, tocas en el cuarto donde solían guarecer los cadáveres. Es un sitio provocador pero también muy modesto. Cuando volamos a Dallas lo hicimos pensando que sería un estudio grande y para nada, es normal.
«Una de las cosas más divertidas de hacer discos es que puedes reinventarte a ti mismo. En esta ocasión fue en plan «a la mierda, ¿por qué no me reinvento en Texas?»»
¿Esperabas un estudio más exuberante?
Supongo que sí. Por sonido, el disco es muy competente y de alta definición, nunca dirías que lo hemos grabado en un estudio tan humilde. Esperaba una suite también de alta definición y no lo es en absoluto. El lugar tiene una atmósfera rock n’ roll, lo cual me gusta. Sospecho de los estudios súper limpios y recogidos porque me da la impresión de que, quien sea que los haya preparado, tiene mucho tiempo libre.
Fue una aventura grabar en este estudio y su espíritu ha impregnado el disco. Una de las cosas más divertidas de hacer discos es que puedes reinventarte a ti mismo. En esta ocasión fue en plan «a la mierda, ¿por qué no me reinvento en Texas?». Canciones como ‘Get My Bang’ las compusimos con John en el estudio en 10 minutos porque son prácticamente una revigorización del espíritu de este estudio.
Hablando de ‘Get My Bang’, sales bailando en su videoclip. De hecho, curiosamente describís la coreografía como un cruce entre Trent Reznor y Justin Timberlake. ¿Qué tal fue la grabación de este vídeo?
La grabación de este vídeo fue una de las experiencias más brutales y emocionantes que he tenido. Soy un chico del norte de Inglaterra, mi expresión física no suele ir más allá de quedarme quieto en un sitio, por lo que usar mi cuerpo de esta manera era aterrador, pero al final fue una experiencia muy bonita. Grabamos el vídeo en Belgrado con coreógrafos y bailarines serbios. Una cosa que caracteriza a los serbios es que son brutalmente honestos. Los consejos que recibía de ellos eran del estilo «no bailes así, pareces un pervertido» o «no bailes así, pareces Mr. Bean». Entonces empecé a hacerlo mejor y me preguntaron «¿qué has cambiado en tu actuación?» y mi respuesta era que había dejado de pensar.
Es decir, lo que te enseñó John Congleton…
Exactamente. El vídeo es como la interpretación visual del disco, una reflexión sobre dejarse llevar y actuar por instinto.
¿Bailarás en más vídeos?
No estoy seguro de que el mundo necesite más bailes por mi parte… Dudo que sea lo que la gente está deseando ver, pero ya veremos.
En el vídeo de ‘A Simple Beautiful Truth’ también bailabais…
Pero era un baile más mecánico y asexual. La coreografía de este vídeo es más agresiva y atrevida, es un baile más tipo «que te jodan».
«Si tus suegros y tus abuelos se avergüenzan del arte que has hecho, eso que el arte es bueno»
‘Boy King’ reflexiona sobre el «lado más oscuro de la masculinidad». Es un tema del que ya habéis cantado en el pasado, por ejemplo en ‘All the King’s Men’ o ‘Nature Boy’, pero desde una perspectiva irónica. De hecho, os llamáis «bestias salvajes»…
Somos los chicos del grupo, la broma es a nuestra costa.
La diferencia de ‘Boy King’ con vuestros discos anteriores es que este se centra más en el sexo. ¿Qué os ha motivado a hacer un disco enteramente dedicado a esto?
No hay canciones de amor en este disco, va sobre dar rienda suelta a tus impulsos más instintivos. En el disco es el mecanismo primario el que habla. A menudo solo mostramos nuestro lado más oscuro a la gente que amamos o a la que más cercana nos sentimos y el disco es una celebración de lo que supone revelar esta parte oscura de la psique humana ante el mundo. Socialmente se nos enseña que mostrar este lado está mal, por eso, el disco celebra este aspecto de la naturaleza humana que supuestamente hemos de dejar a la sombra. Por ejemplo, si tuviera una esposa, si es que algún día llego a tener una, si mis suegros me dicen que el disco es bonito y encantador mi reacción será de disgusto porque su interpretación del arte es la más aburrida que podían haber hecho. Si tus suegros y tus abuelos se avergüenzan del arte que has hecho, eso que el arte es bueno.
¿Confunde la gente vuestras letras irónicas con misoginia?
A veces, pero no pasa nada, no me ofende. Me recuerda a cuando la gente escucha a Bruce Springsteen y hay quien le critica porque es un machote y a quien le gusta porque percibe su lado frágil. Una canción del disco, ‘Alpha Male’, es algo así como un cock-rock feminista, una reflexión sobre ese lado agresivo del ser humano que siempre esconde cierta vulnerabilidad.
¿Consideras ‘Boy King’ un disco feminista?
Esa canción sí, el disco no. La canción celebra a la mujer poderosa y asertiva. Generalmente se supone que solo la mujer doméstica es sexual y creo que la mujer ambiciosa puede ser igual de femenina y sexual. Aparte de eso, no diría que ‘Boy King’ es un disco feminista, nosotros somos el grupo de hombres riéndose de sí mismos.
‘Get My Bang’ no refleja una violencia explícita, simplemente reconoce que existen fuerzas oscuras y primitivas que nos caracterizan como especie. Al fin y al cabo, nuestro propósito como especie es reproducirnos»
Hace tiempo leí una obra de Sarah Kane, ‘Blasted’, una obra maestra, que relacionaba directamente la violencia machista con las guerras. Atendiendo a los sucesos de violencia con armas acontecidos recientemente en Estados Unidos y en otras partes del mundo, está clara la relación, que ambos actos suelen cometerlos hombres. ¿Cómo ves esto?
‘Get My Bang’ es una canción sobre aprender a controlar los impulsos, sobre ser vulnerable. Va sobre lo humillado que me siento por las cosas que tengo que hacer para lograr satisfacción. No refleja una violencia explícita, simplemente reconoce que existen fuerzas oscuras y primitivas que nos caracterizan como especie y que la libido gobierna nuestros cuerpos. Al fin y al cabo, nuestro propósito como especie es reproducirnos. Establecer una conexión entre eso y un loco que hace guerras es absurdo.
La guitarra eléctrica está muy presente en el disco y la consideráis el «personaje fálico», en palabras vuestras, que representa ese «boy king» que lo protagoniza. ¿Desde el principio supisteis que este instrumento tendría tanto peso en el álbum?
Al principio no me gustaba la idea de usar guitarras en el disco. Entonces Tom apareció con una guitarra de heavy metal y pensé «¿qué coño vamos a hacer con eso?» Pero luego empezó a componer canciones delicadas con la guitarra y la dirección quedó clara al momento. Pronto pensamos, si estas canciones van sobre masculinidad, ¿cuál es el símbolo masculino más ridículo que existe? Nos dimos cuenta de que podíamos usar la guitarra de manera artística si lo hacíamos a nuestra manera, que, en este caso, era abordarla de una manera adolescente, usarla como un arma contra la edad adulta, que es lo que hemos hecho.
¿Ha tenido Congleton mucha influencia en cuanto al sonido de las guitarras en el álbum?
Oh, sin duda alguna… Su guitarra suena tan, pero tan asquerosa y sucia en el mejor de los sentidos… Cuando empezamos a grabar las canciones del disco, tocábamos cualquier cosa en la guitarra y John se acercaba y nos preguntaba que qué acabamos de tocar y que lo hiciéramos otra vez y yo pensaba «mmm… ¿no?». Sin embargo, su reacción era del tipo «Jesús, ¡por ahí vamos a ir!».