Desde que debutara con su trilogía de mixtapes lanzadas durante el mismo año en la red de manera gratuita, The Weeknd se ha convertido en uno de los cantantes más famosos del globo terráqueo. Poco podíamos imaginar cuando escuchábamos por primera vez aquel ‘House of Balloons‘ en que sampleaba a Cocteau Twins, a Beach House y a Siouxsie and the Banshees que sus canciones terminarían generando tal cantidad de millones de dólares. Con el tiempo, su intención de renovar el R&B, de ofrecer algo realmente distinto al mercado se le ha caído por el camino, pero la buena noticia es que está editando algunos de los mayores éxitos de pop de la década y que bien hechos están un rato.
Para la consecución de nuevos hits tras el pelotazo de ‘Can’t Feel My Face‘, Abel Tesfaye no se ha andado con chiquitas y ha llamado a los mismísimos Daft Punk. El dúo francés formado por Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo es muy poco dado a las colaboraciones cuando no están grabando una obra tan monumental como ‘Random Access Memories‘, en los últimos 3 años sólo habían colaborado en ‘Yeezus’ de Kanye West y en una canción de Pharrell y a lo largo de su carrera han rechazado a Madonna y Janet Jackson, entre otros, como se afirma en su reciente documental ‘Daft Punk Unchained’. Y sin embargo sí han cogido el teléfono de The Weeknd por alguna razón.
El resultado podría haber sido algo más explosivo y ‘Starboy‘ no es una canción tan relevante como ‘Get Lucky’, pero sí sobresaliente. De nuevo Daft Punk hacen parecer fácil lo difícil y sus coros tratados en el estribillo consiguen ser tan envolventes como las asfixiantes primeras producciones de The Weeknd, sin tener nada que ver con ellas. La letra supone una nueva reflexión sobre la fama (en el vídeo de la canción Tesfaye acaba con su viejo yo) a la que curiosamente da respuesta Lana del Rey en el excelente ‘Stargirl’, no precisamente uno de los interludios que terminarás esquivando. Y si ‘Starboy’ abre ‘Starboy’, cierra el disco la única otra colaboración con Daft Punk, un medio tiempo inspirado en Michael Jackson que se revela como uno de los grandes growers del álbum, ‘I Feel It Coming’.
Y hay unos cuantos. Si bien The Weeknd no se decide estilísticamente por el trap (‘All I Know’ con Future), el R&B o el synth-pop, hay bastantes canciones en ‘Starboy’ que amar por encima de las etiquetas. Tenemos el delicado y exquisito R&B de ‘True Colors’; o el de ‘Attention’, sobre el que sobrevuela un efervescente efecto electrónico; o ‘Die for You’. Y mención especial requiere el aroma blues de ‘Sidewalks’ con la participación de Kendrick Lamar, una de las pocas canciones en que The Weeknd no nos aburre con los vaivenes del amor de una mujer a la que quiere poco, otra a la que quiere mucho, una que le quiere bien, otra que le quiere mal o con frases como «Angelina, lips like Angelina / Like Selena, ass shaped like Selena». ‘Sidewalks’ es un recuerdo de sus orígenes humildes que funciona cuando él y Lamar cuentan cómo se hicieron en las calles. «I ran out of tears when I was 18 / so nobody made me but the main streets», comienza diciendo.
Y después están las canciones que entran desde la primera escucha, como el tiro que se ha marcado con Max Martin (con quien ya trabajó en ‘Can’t Feel My Face’), una ‘Rockin’ que bien podría llamarse «éxito seguro» (más dinerito, por cierto, para Peter Svensson, guitarrista de los Cardigans); las también synth-poperas ‘Secrets’ y ‘Love to Lay’ o la irresistible ‘Nothing Without You’, en que viejo y nuevo The Weeknd se encuentran. Es una pena que el artista haya rellenado con alguna nadería como ‘Six Feet Under’ o con un número que confunde lo ochentero con lo ochentoso (el fallido y estresante «buzz single» ‘False Alarm’), porque se ha quedado a las puertas de entregar el disco que volviera a unir a crítica y público a sus pies tras el pequeño tropezón artístico que suponían sus dos álbumes de estudio.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Starboy’, ‘I Feel It Coming’, ‘Sidewalks’, ‘Rockin’
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