Phantogram / Three

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Phantogram / Three

phantogram-threeEl proyecto de Sarah Barthel y Josh Carter llega a su tercer álbum sin terminar de sumarse a la primera fila de las bandas underground internacionales pese a sus colaboraciones con Big Boi (incluso en un disco entero) o la mismísima Miley Cyrus. No se hacen tan famosos como Yeah Yeah Yeahs, ni posiblemente lo consigan nunca ya, pero sí están consolidando un buen repertorio que puede agradar a seguidores de otros supuestos grupos de segunda fila de pop alternativo que tuvieron o mantienen su aquel: School of Seven Bells, Stars, Mates of States…

A Phantogram siempre les ha gustado el trip-hop, pero más que el pureta de Tricky, Portishead y Massive Attack, aquel que no temía mezclarse con todo, dejando en su música a menudo un efecto kitsch a lo Hooverphonic. Eso vuelve a pasar en un par de pistas de este ‘Three’, como en esa canción inicial espiritual sobre la muerte, ‘Funeral Pyre’, que muestra a la protagonista abandonando su cuerpo a medida que la «pira funeraria» en la que se incinera su cuerpo se hunde («My funeral pyre / My ship of fire / As it sinks, I rise»); o en ‘Destroyer’, que se abre como un tema acústico de Chris Isaak o Torres, para después desplegar una épica más propia de Lana del Rey.

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El sonido sucio de los Sleigh Bells y los Crystal Castles más blanditos también ha ido marcando las producciones de Phantogram, aquí en sintonía con la temática fúnebre. Aunque algunas canciones ya estaban compuestas antes de que la hermana de Sarah se suicidara a principios de este año, ha sido inevitable que esta tragedia marcara el tono del álbum acentuando el dolor contenido en ‘Barking Dog’ o el pesimismo de ‘Cruel, Cruel World‘. La primera es una canción cantada por Josh, realmente cinética, muy visual, en la que convergen influencias tan dispares como ‘Drive’ y Chromatics (ese bajo), Owen Pallett (esas cuerdas) y sobre todo el indie de finales de los 90 y principios de los 2000 de gente como Flaming Lips, Death Cab for Cutie e incluso Sigur Rós. La segunda es una de sus canciones basadas en samples potentes que se repiten de manera incesante e hipnótica. Podría ser la hermana negativa de la formidable ‘Fall In Love‘: «adiós a mi lado bueno, solo me ha traído dolor / finalmente he aprendido, que vivimos en un mundo cruel».

Ricky Reed, que ha trabajado con gente como Cee Lo Green, Jessie J, Meghan Trainor o Icona Pop, ejerce de gran co-productor, y consigue, junto a la propia banda, una buena amalgama de sonidos hip-hop, indie-rock e incluso música dance, algo que se aprecia perfectamente en las virguerías tras la producción del single ‘You Don’t Get Me High Anymore’. Sin tener nada que ver no sorprende que este Ricky Reed sea el mismo que producía el disco más internacional de Bomba Estéreo, y al que la banda se muestra tan agradecida en las entrevistas por haberles llevado hasta donde ni ellos sabían que podían.

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‘Three’ no es el disco definitivo de Phantogram, pues ‘Same Old Blues’ agradecería de hecho algo más de blues todavía ahora que hasta Beyoncé se ha rendido a este estilo introduciéndolo en un disco de urban, mientras la final ‘Calling All’ no puede evitar sonar algo fuera de lugar. Sin embargo, su segunda mitad incluye un par de gemas a la altura de los singles más evidentes y más allá: brillan el rock sexy de ‘You’re Mine’, una canción a dúo por la que The Kills matarían a día de hoy, y la preciosa balada ‘Answer’, no en vano la pista más oída del disco ahora mismo sin haber sido siquiera single.

Calificación: 7,6/10

Lo mejor: ‘You Don’t Get Me High Anymore’, ‘Answer’, ‘You’re Mine’, ‘Cruel, Cruel World’, ‘Barking Dog’
Te gustará si te gusta: School of Seven Bells, el último de Yeah Yeah Yeahs, Sleigh Bells
Escúchalo: Spotify

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