Madonna se ha enterado en Malawi de que su antigua asistente de arte, Darlene Lutz, ha puesto a subasta dos cartas antiguas de su propiedad, una escrita por Tupac en la que el rapero se dirigía a su entonces amante; y otra escrita por la propia Madonna en la que esta se dirigía al actor John Eno y en la que llamaba a Whitney Houston y a Sharon Stone «horriblemente mediocres». Ambas cartas se escribieron entre principios y mediados de los noventa.
Reuters informa ahora de que Madonna ha presentado una solicitud al tribunal de Nueva York para detener la venta de estas cartas. La cantante busca que se establezca una orden de restricción a la casa de subastas, Gotta Have It Collectibles, (nombrecito) y además defiende que se ha enterado de que estas cartas ya no son de su propiedad a través de los medios. La cantante asegura que Lutz “ha traicionado mi confianza en un intento de obtener mis posesiones sin haberlo sabido o haber consentido a ello”.
La casa de subastas no le compra la moto a Madonna y no va a dejar que se salga con la suya. Dice que su decisión «es una acción completamente sin fundamento y mérito» y que «creemos que su intención no es más que manchar la buena reputación de la casa de subastas y de la señorita Lutz». No se nos había ocurrido que fuera la reputación de la casa de subastas la que se pusiera en duda en este caso, pero una cosa está clara: el pasado siempre vuelve para hacernos la vida imposible, sobre todo si eres Madonna. Moraleja: no seas Madonna.