Tras un disco como ‘Erlo’, en el que Grises aderezaban su pop de rasgos tropicales –en el mismo sentido que algún punto del cancionero de Vampire Weekend, Two Door Cinema Club o Friendly Fires– con una electrónica poco conformista o previsible, los donostiarras cierran –al menos de momento– su etapa multinacional y regresan al ámbito independiente, con Hook Ediciones Musicales. De manera análoga, su nuevo álbum ‘De peces y árboles’ es también un regreso a sus orígenes en un plano puramente artístico: las guitarras vuelven a ser las principales protagonistas de su sonido –de nuevo autoproducido y masterizado por el reputado John Davis (The Killers, Foals, U2, Led Zeppelin)–, rugiendo monumentales, dando una inapelable solidez a estas once nuevas canciones.
A la vez, los guipuzcoanos hacen una clara apuesta por el estribillo, buscando incesantemente el gancho que convierta cada canción en necesaria para el oyente. Y la verdad es que, si bien su capacidad en ese sentido es holgadamente probada a lo largo de su carrera, ‘De peces y colores’ reúne quizá el mayor abanico de posibles hits de su carrera. Un ímpetu que se traslada también a sus cuidadas letras que, aunque no siempre eviten lugares comunes, llegan hondo: su manera de equilibrar dificultades personales y decepción ante la pobreza moral generalizada con mensajes positivos también buscan –y logran– insuflar optimismo.
Puede que en cierta medida ese “ir al grano” haya supuesto perder parte de la originalidad que venían demostrando en sus dos últimos discos para diluirse un poco en esa amalgama de grupos españoles que facturan pop-rock de guitarras ruidosas –casi una tradición que cultivan desde Dorian a Niños Mutantes pasando por Mucho, Hola a todo el mundo o Second–. Pero a la vez también parece haberles inspirado en lo melódico, con canciones enormemente luminosas como los adelantos ‘El impacto’, ‘Mi mejor fracaso’ y ‘Comida para insectos’, a los que secundan sin peros ‘Papel quemado’, ‘Intrépido estúpido’, ‘Extraña paradoja’, ’Señora Leño’ o ‘El sueño de A.’.
En esa persecución frenética del hit en la que se convierte ‘De peces y árboles’ y en la que encontramos conviviendo sin problema reflejos de Foals con una querencia a lo Nacha Pop en las melodías vocales, apenas se toman un leve respiro en la britpopera ‘Gato por liebre’ y la muy Carlos Sadness ‘Algo inmenso’. Un levantar el pie del acelerador del que, personalmente –aunque sean lo más próximo a su lado experimental–, no me importaría prescindir. Y es que sacrificando signos identitarios a cambio de canciones aptas para un estadio, no cabe duda de que los que van a salir ganando con este álbum son los conciertos de Grises y el público que a ellos asista.
El día 1 de marzo Grises comienzan su gira de presentación de ‘De peces y árboles’ en la sala El Sol de Madrid. Encuentra toda la info sobre fechas y ciudades en su web.
Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ‘Mi mejor fracaso’, ‘Comida para insectos’, ‘Intrépido estúpido’, ‘Papel quemado’, ‘El impacto’.
Te gustará si te gustan: los Foals más luminosos y directos, Dorian, Mucho.
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