Lo mejor del primer EP de Carolina Durante era que la obvia influencia de Los Nikis (después referenciada en el vídeo de ‘Cayetano’) no era su única referencia. El grupo madrileño no constituía el típico grupo que hace canciones de punk pop de 2 o 3 minutos castellanizando sin más a los Ramones con un toque de humor y otro crítico. ‘La noche de los muertos vivientes‘ era la más «Nikis» de las 3 canciones lanzadas el año pasado, pero también lograba armarse como himno atemporal para los crápulas («bajando Corredera / me cruzo a Dionisio / me dice de ir a un after / creo que está poseído»), como lo han sido ‘La fuerza’ de Kokoshca y ‘Un atasco’ de La Plata. En su caso lo conseguía sumando dos estribillos («ya va siendo hora de volver a casa» y «tus puñales aún me duelen en la espalda»), además de unos tarareos muy U2/Coldplay y cierto ademán a lo Raphael en la interpretación vocal de Diego en ese «la noche ha estado bien».
Pero las otras dos canciones sonaban bastante diferentes. ‘En verano, ornitofilia’ comenzaba como una falsa balada punteada para después convertirse en un tema muy Smiths (y un poquito Hombres G, que también hacían jangle pop de vez en cuando, además de letras de chicos para chicas, a diferencia de Morrissey), gracias a esos arpeggios típicos de Johnny Marr y a la base rítmica tan Rourke/Joyce una vez arranca la canción, y en la locura final. Igualmente un poco The Cure circa ‘Boys Don’t Cry’, la canción de amor termina de conquistar en ese estribillazo: «Deseo estar siempre en este momento / así que matadme, yo quiero estar muerto / Antes de enterarme de que hay algo distinto / que hay algo distinto a lo perfecto». Poco podíamos imaginar entonces el doble sentido que adquiriría «solían gustarme cuando estaba contigo hasta las putas gaviotas» después de su gran sátira social de este año, ‘Cayetano’.
Aunque ‘Cayetano’ será probablemente para siempre su gran hito, este primer EP es algo más redondo -solo un pelín- al completarse con otra canción sorprendente, una ‘Necromántico’ que, tras su título tan Antonio Luque, esconde otro gran single, en este caso de menos de 2 minutos. Pese a ello le cabe una apertura de guitarras más agresivas, en la onda de Superchunk, Cornershop o los R.E.M. de ‘Monster’, un estribillo para engorilarse -chicos y chicas- que es puro Síndrome de Estocolmo («a la mierda eso de ser feliz / yo lo que quiero es estar contigo / seré feliz otro día / ser feliz es aburrido») y una referencia a la madrileña Sala Nasty que les termina de convertir en un grupo generacional.
Calificación: 8/10
Te gustará si te gusta: Los Nikis, los Smiths, The Cure
Lo mejor: ‘La noche de los muertos vivientes’, ‘En verano, ornitofilia’
Escúchalo: Spotify