Parece mentira por los singles de adelanto, pero ‘Justicia universal’ vuelve a esconder algunas de las mejores canciones de la carrera de Dorian. Los sencillos oídos durante los meses pasados no es que estuvieran mal. ‘Hasta que caiga el sol’ cumplió su cometido de generar interés por las nuevas grabaciones del grupo el año pasado, pero carecía del carisma de ‘La tormenta de arena’ o ‘A cualquier otra parte’. ‘Noches blancas’ suena algo fácil, pese a que el grupo defienda en las entrevistas su complejidad y la certeza de que va a ser uno de sus hits de cocinado lento, otro «sleeper» que sumar a su larga lista de «sleepers». Y luego estaba el tema titular, una canción política cuya llamada a las armas y a la rebelión contra el sistema conforma más que un himno histórico, algo complicado.
Pero las cosas empezaban a resolverse con el nuevo sencillo ‘Duele’, una de las canciones más certeras de Dorian, que les muestran totalmente cómodos en un registro parecido al suyo, pero no exactamente igual, como es el sonido de los sintetizadores italo disco de Giorgio Moroder. La colaboración de León Larregui de los mexicanos Zoé es aquí una anécdota en comparación a ese enorme estribillo «nadie puede encontrarte / cuando huyes de ti / nadie puede salvar a nadie / cuando duele así», cuyas armonías vocales al final nos llevan incluso a Los Brincos. Igualmente pegadizo es el puente «duele la levedad / duele la soledad / duele la realidad / duele la oscuridad», acompañado de palmas y como prueba del buen dominio de una melodía perfecta de pop que tienen Dorian.
En ‘Justicia universal’ la paleta de autores ha trascendido a Marc para integrar de manera más amplia a Belly Hernández (sintes, pianos, armonías), y a Lisandro Montes (sintes, guitarras). Y en contra de lo que pasó en algunos grupos como Depeche Mode u Oasis, ha sido bueno en este caso. La primera despunta especialmente en la elaboración de ‘Vicios y defectos’, la canción que cuenta con una no tan identificable -esta vez- Javiera Mena, en la que de nuevo lo mejor es el sobresaliente estribillo de reivindicación nocturna y de fin de semana («La noche es la condición / De día no somos tú y yo / Sé que el cansancio va a llegar / Pero quiero seguir hasta el final»), con permiso de su exquisita y sutil producción de electrónica minimal, y de nuevo, de su pegadizo puente («gente turbia entrando en un bar / mil maneras de descarrilar», etc).
Más protagonismo que la voz de Javiera tiene la de Nita de Fuel Fandango en esos hipnóticos y tenebrosos «cúrame, cúrame, cúrame» de ‘Buenas intenciones’, completando el conjunto de colaboraciones. Dorian parecen contar con voces invitadas por el puro divertimento de incorporar a gente que admiran, pues ‘Justicia universal’ no es un disco necesitado ni de variedad ni de dinamismo extra. Sus producciones son variadas sin resultar estridentes, lo que puede incluir un punteo muy The Cure (‘Algunos amigos’) o cierta ambientación que pasa de lo The Knife o Lorde a Stereolab en la final ‘Cometas’. Y también son diversas las temáticas del álbum, que van de lo personal (‘Algunos amigos’ trata sobre lo que ha pasado con aquellos colegas que hemos dejado de ver pero también sobre aquellos que siguen en nuestras vidas) a lo social, pues ‘Señales’ trata sobre la gentrificación, pasando por lo musical. De nuevo siempre tan agradecidos, ‘Noches blancas’ incluye un guiño a Radio Futura, ‘Llévame’ menciona expresamente a Violeta Parra y ‘Señales’ contiene una referencia muy clara a los Smiths.
Los textos de Dorian continúan su estilo directo y realista, a veces pasándose de frenada, dejando algún momento desconcertante, como ese “creo que he visto una luz al final de unos baños” de ‘Algunos amigos’ o casi todas las arengas políticas de ‘Justicia universal’. Pero incluso por mucho que te moleste que una canción te diga de manera tan explícita qué debes hacer con tu vida política, en esta el estribillo también se termina pegando en medio de sus estrofas «spoken word», además con esos coros «oh… oh» tan bien situados.
Fans de Depeche Mode de toda la vida, Dorian han aprendido quizá inconscientemente de uno de los defectos que suelen tener los discos de la banda de Dave Gahan: lo marcados en exceso que han estado siempre sus sencillos. Dorian, en cambio, han llenado su álbum de media docena de «terceros singles» perfectos en sus melodías y estructuras de estribillos y puentes, lo suficientemente diversos como para contentar a diferentes tipos de público. De la misma manera que en ‘La velocidad del vacío‘, algunos -los menos- seleccionamos su vena folkie, aquí algunos nos decantaremos por los sonidos oscuros de ‘Cometas’ mientras otros corearán a grito pelado ‘Noches blancas’ o ‘Algunos amigos’.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Duele’, ‘Vicios y defectos’, ‘Hasta que caiga el sol’, ‘Cometas’
Te gustará si te gustan: Dorian, Chromatics, Gepe, Aviador Dro
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