Tras demorar la llegada a plataformas digitales de ‘The Horizon Just Laughed’ con la bonita intención de premiar a los heroicos melómanos que siguen comprando discos físicos, la casualidad más sombría quiso que el nuevo disco de Damien Jurado se “re-publicara” un par de días después de conocerse la muerte de Richard Swift. Este se había convertido en el más fiel aliado en la carrera del cantautor de Seattle, traduciendo a magníficos arreglos sus ideas en álbumes notables como ‘Saint Bartlett’, la excelsa trilogía ‘Maraqopa’/‘Brothers And Sisters of The Eternal Son’/‘Visions of Us on the Land’ o el disco de versiones ‘Other People’s Songs Vol. 1’ que firmaban a medias en 2016. Suponemos que, en cierta medida, ahora le pesará a Jurado haber prescindido de su amigo para producir también este ‘The Horizon Just Laughed’ para hacerlo él mismo, por primera vez desde sus primeros pasos, más de dos décadas atrás.
No ha sido una mala decisión en lo estrictamente artístico, en todo caso, puesto que los arreglos, preciosos pero mucho más medidos y tenues, se adaptan muy bien al tono intimista de estas once nuevas canciones. Alejadas del sonido expansivo y la pretensión mística de sus tres obras previas, ‘The Horizon Just Laughed’ trae de vuelta lo prosaico y lo terrenal al universo Jurado, estructuradas en buena parte como mensajes o cartas escritas en la intimidad. Lo cual no significa que sea exactamente un disco confesional, puesto que esas misivas imaginarias se dirigen a menudo a escritores (‘Dear Thomas Wolfe’), actores (‘Marvin Kaplan’), músicos (‘Percy Faith’, Ray Coniff, Allan Sherman), inventores (Garrett Wolfe) o dibujantes de cómic (Charles Schultz) fallecidos y emplean figuras crípticas, a menudo relacionadas con las biografías de aquellos.
Sin embargo, en ocasiones es posible interpretar esos escritos como mensajes desde el presente al pasado de alguien que se siente fuera de tiempo, abrumado por la manera de vivir hoy en día. Y que, en cierto modo, encuentra en esas “conversaciones” con los muertos una manera de aliviar el desarraigo que conlleva la carrera artística y, en último término, expiar sus pensamientos suicidas. Las alegorías sobre la muerte propia se diluyen y confunden con la idea de asentarse fuera de Seattle y el estado de Washington por primera vez en su vida, casualmente o no, en los dos momentos álgidos de su decimotercer disco: ese tan minimalista como precioso ‘Over Rainbow and Rainier’ en el que se imagina viajando por encima de la gran montaña a los pies de la cual se expande su ciudad; y la springsteeniana ‘The Last Great Washington State’, una letra maravillosa y estremecedora que, como ha explicado recientemente, está dirigida de manera ambivalente tanto a sí mismo (si decidiera quitarse la vida) como a su estado natal. Al fin y al cabo, dice, trasladarse de una región a otra, es una manera de desaparecer, de morir.
La sutil forma en la que las cuerdas generan un crescendo en esa canción conducen a una suerte de valle central, enmarcado en dos cotas de mayor altura instrumental, con arreglos de claro corte retro a lo M. Ward: el inicio –con ‘Allocate’, de exuberante bajo, ‘Dear Thomas Wolfe’, digna del Nick Drake más amable, y ‘Percy Faith’, un country-blues casi ortodoxo, digno de un Bonnie “Prince” Billy adocenado– y el final –la exquisita bossa de ‘Marvin Kaplan’, el toque latino a lo Rodriguez de ‘Florence-Jean’ y la explosiva y rockera ‘Random Fearless’. Subidas y bajadas que, a la postre, logran que ‘The Horizon Just Laughed’ sea un disco de gran equilibrio en sus facetas más uptempo y las más susurradas.
Pero los que para mí son los cuatro mejores momentos del disco se sitúan en ese perfil semi-acústico y quedo que le caracterizó en sus inicios: a las grandes canciones citadas en el anterior párrafo se suman la emocionante ‘Lou-Jean’ –que evoca su vida en la carretera con tanta desolación como cariño, en las rutinas, a veces poéticas, a veces absurdas, que lleva a cabo desde pueblos perdidos en la geografía– y la preciosa ‘1973’: una desoladora parábola en la que Damien se dirige al creador de ‘Peanuts’ (los cómics de Snoopy, para aclararnos) buscando consuelo, empleando paralelismos entre sus personajes, Charlie Brown y Lucy, para verbalizar que su carrera musical, sus viajes, son en cierto modo un parapeto para eludir el hecho de que no ama a la mujer que le espera en su ciudad. Nuevas muestras de la gran capacidad compositiva y emotiva de Damien Jurado, mostrando que cantidad, calidad y calidez no tienen por qué estar en absoluto reñidas. Tratándose de él, claro.
Como es frecuente, Damien Jurado realizará una larga gira por España presentando ‘The Horizon Just Laughed’: el 20 de octubre estará en L’Auditori (sala 2) de Barcelona; el 21, en Teatro El Musical de Valencia; el 22, en el Teatro Calderón de Madrid; el 25, en el Teatro Principal de Ourense; y, por último, entre el 26 y el 27 de octubre formará parte del cartel de BIME Live de Bilbao, junto a Aphex Twin, Slowdive, MGMT, ionnalee o Jon Hopkins.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘The Last Great Washington State’, ‘Over Rainbow and Rainier’, ‘1973’, ‘Lou-Jean’
Te gustará si te gustan: Father John Misty, M. Ward, Bonnie «Prince» Billy
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