Las 50 mejores canciones de Radiohead y Thom Yorke: ‘Paranoid Android’, top 1

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Las 50 mejores canciones de Radiohead y Thom Yorke: ‘Paranoid Android’, top 1

31
You and Whose Army?
2001

Ya en marcha el siglo XXI, Radiohead había pasado de ser un grupo de indie-rock con mucha personalidad a un grupo de indie-rock con mucha personalidad e inquietudes muy obvias por la música experimental y de vanguardia, ya fuese en forma de electrónica (‘Everything in Its Right Place’), jazz (‘Life in a Glasshouse’) o buscando reconstruir su estilo pasado, como sucedía en ‘You and Whose Army?’, incluida en ‘Amnesiac’ (2001). El grupo se inspira en The Ink Spots, un grupo vocal afroamericano de los años 30 y 40, para grabar las tomas vocales de esta canción que más tarde inspiraría -o eso parece- ‘Sailing’ de Deerhunter, tapándolas con una caja de huevos y usando un instrumento tan poco convencional como las ondas de Martenot (conocido por el uso que le dio Olivier Messiaen) para hacerlas sonar antiguas y evocar el “cálido sonido de la música previa al doo-wop de los años 40”. La tierna guitarra blues de la canción ciertamente nos lleva a esa época, pero la canción se dirige al final hacia un clímax más familiar con el repertorio clásico del grupo, mientras Thom Yorke dibuja en su letra una imagen del pueblo “cabalgando encima de caballos fantasma”. El pueblo en este caso es político, por lo que la canción puede considerarse un precedente del contenido reaccionario de ‘Hail to the Hief’, el siguiente álbum de Radiohead (2003), pues Yorke reconoce en las entrevistas que la canción trata sobre “alguien que es elegido por la gente para ostentar una posición de poder [NdE: se entiende que la presidencia de un país] y que claramente traiciona a esta gente, como hizo [Tony] Blair”. En la críptica letra de ‘You and Whose Army?’, que por cierto sigue siendo la segunda y última canción de Radiohead que incluye un signo de interrogación (la primera es ‘How Do You?’ del debut), Yorke desafía al “sagrado imperio Romano”, al que reta en frases como “ven si crees que puedes con nosotros, ¿tú y el ejército de quién?”, y quizá no en vano la canción aparece años más tarde en una dramática escena de ‘Incendies’, la película de Denis Villeneuve de 2010 inspirada en la guerra civil libanesa. Jordi Bardají.

32
There, There
2003

Si, hablando de ‘2 + 2 = 5’, decíamos que ‘Hail To The Thief’ era un esfuerzo de Radiohead por equilibrar el factor rock con su parte más electrónica, no había mejor muestra en su sexto disco que su primer single, ‘There, There’. Comenzando con esa catarsis de tom toms –que, en la grabación tocaban Phil Selway y Jonny Greenwood, a los que, en directo y para mayor efectismo, se suman Ed O’Brien y el segundo batería en vivo, Clive Deamer–, estamos ante una canción puramente rockera, un crescendo construido sobre esa base rítmica que va envolviéndonos –la inspiración de ‘Tago Mago’ de Can, obra cumbre del krautrock, fue reconocida por Yorke– hasta que estalla tras el primer con un puente, que se repite como un segundo estribillo, con todo el grupo aplicando intensidad en instrumentos y coros. Curiosamente, el resultado de las primeras sesiones de grabación de ‘HTTT’ en Los Ángeles con Nigel Godrich no terminaban de convencer al grupo que, tras regrabarla de nuevo en su estudio doméstico de Oxfordshire, hizo decir a Thom que “era lo mejor que habían hecho nunca”. Desde luego, se ha convertido en uno de los puntos álgidos de sus conciertos desde entonces y, además, cuenta con uno de sus clips más icónicos: tras el rechazo del eminente animador de marionetas británico Oliver Postgate, en cuanto que pretendía ser un homenaje a su obra ‘Bagpuss’, Chris Hopewell dirigió esta fábula en la que Thom era una más de las numerosas marionetas animadas en stop-motion, en una fábula que pretendía dar cuerpo a la historia sobre un mal oculto, tan invisible que se diría que está en nosotros mismos. Como el canto de la sirena que lleva al barco hacia las rocas, “sólo porque lo percibas, no significa que esté ahí”. Raúl Guillén.

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33
How to Disappear Completely
2000

Basada en un sueño de Yorke en el que el cantante aparecía flotando por Dublín, “sobre el río Liffey”, en forma de fantasma, ‘How to Disappear Completely’ es una de las canciones más depresivas y oscuras de Radiohead. Yorke la compuso durante la agotadora gira de ‘OK Computer’, al borde del colapso emocional, cuando llamó a su amigo Michael Stipe para explicarle que ya no podía más y este le contestó: “baja las persianas y repítete a ti mismo, «no estoy aquí, esto no está pasando»”. La letra de ‘How to Disappear Completely’ parece una consecución lógica del estado de Yorke en ‘Creep’, pasando del “soy un bicho raro, no sé qué hago aquí, este no es mi sitio” a una forma directamente incorpórea, como sugiere la misma frase de Stipe, que de hecho constituye la línea principal de la canción y ha servido de consuelo a generaciones de fans en todo el mundo. Por suerte, la composición orquestal de ’How to Disappear Completely’ se encargaba de elevar ánimos gracias a su océano de cuerdas, amables guitarras acústicas y sutiles florituras electrónicas, dando lugar a una composición de gran belleza que parece ingrávida, como si flotara por el espacio o a través de una ciudad, como Yorke en sus imaginaciones oníricas. Incluso en el contexto de ‘Kid A’, el baladón de ‘How to Disappear Completely’ era una de las canciones más “clásicas” que habían compuesto Radiohead hasta la fecha, pero el tiempo se ha encargado de situarla en un lugar honorífico entre sus mejores canciones. Sin duda es una de sus composiciones más dramáticas y emotivas. Jordi Bardají.

34
2 + 2 = 5
2003

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“¿Eres tan iluso que crees que arreglarás el mundo? Yo me quedaré en casa para siempre, donde 2 más 2 siempre son 5”, comienza cantando Thom Yorke en ‘2 +2 = 5’, una clara referencia a ‘1984’ de George Orwell: los dictados del Gran Hermano deben ser acatados y repetidos hasta ser dogmas, por más contrarios a la lógica que resulten. La canción que abre ‘Hail To The Thief’ –también conocida como ‘The Lukewarm’, una confesa referencia a ‘La Divina Comedia’ de Dante, donde se decía que “los displicentes” merecían tanto como el resto permanecer por toda la eternidad en el Infierno– acometía sonoramente contra un presente cada vez más parecido a la distopía del literato británico, contra el que ya no cabe combatir (“es demasiado tarde, porque no has estado prestado atención”, repite iracundo Yorke en su estribillo). Una majestuosa e iracunda puerta de entrada al sexto disco de estudio de Radiohead que, tras la mutación electrónica de ‘Kid A’ y ‘Amnesiac’, buscaban un mayor equilibrio con su lado rockero. ‘2 + 2 = 5’ es un ejemplo perfecto, en tanto que su sinuoso arranque, con un arpegio de guitarra de Jonny Greenwood sobre un ritmo a 7/8 de un secuenciador, y tras un dramático pre-coro en el que el falsete de Thom alimenta la tensión, todo explota llamativamente en su estribillo, con la estruendosa entrada simultánea de todo el grupo al completo, ya desbocado hasta el final. Como curiosidad, ‘2 + 2 = 5’ fue presentada por primera vez en un concierto en San Sebastián, un año antes de publicarse. Desde entonces hasta hoy, es un tema prácticamente permanente en los setlists del grupo. Raúl Guillén.

35
Black Swan
2006

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Si sus fans se distinguen por querer ser exigidos (más que complacidos) al máximo por Radiohead, el debut de Thom Yorke –publicado entre ‘Hail To The Thief’ e ‘In Rainbows’– no podía parecer más adecuado para ellos. ‘The Eraser’ era un disco hosco y experimental, con sonidos electrónicos analógicos y digitales en un aparente caos, como el que parecía someter ese extraño personaje inspirado en el Rey Canuto II de Dinamarca al anegar la ciudad de Londres, en su preciosa portada obra del artista Stanley Donwood. Pero ese esmero por el desafío dejaba algunos momentos para la melodía, como ‘Black Swan’, que se adelantaba 4 años a la célebre película de Aronofsky en el uso de la metáfora del personaje de la bruja Odile de ‘El lago de los cisnes’. En el caso de la canción de Yorke, podría leerse como símbolo de nuestra parte más negativa, la que aflora ante determinadas personas, a veces las que más amamos. Relaciones muertas como el caballo del tercer verso, que no “arrancará a patadas”, que te hacen ver todo “jodido”. Ante un discurso tan derrotista, ‘Black Swan’ ofrece la melodía más luminosa de ‘The Eraser’, desplegada hipnóticamente sobre un riff de guitarra que discurre en bucle (de hecho, la ha interpretado en formato acústico en alguna ocasión) sobre una base rítmica que, según Thom, nacía en las sesiones de ‘Kid A’. Como curiosidad, esta canción acompañaba los títulos de créditos de ‘Una mirada a la oscuridad’ (2006), adaptación de Richard Linklater de la novela ‘A Scanner Darkly’ de Philip K. Dick. Un autor con cuya obra siempre se han trazado paralelismos en los discos de Radiohead. Raúl Guillén.

36
Planet Telex
1995

La carrera de Radiohead no sería lo mismo sin la primera pista de su segundo disco. Si ‘Pablo Honey’ se había cerrado con la interesantísima y experimental ‘Blow Out’, su siguiente trabajo se abría con el sonido como de un vendaval que se acerca… ¡y unos sintetizadores! Pocos debieron adivinar en 1995 lo que avanzaban esas características notas que parecían una anécdota en ‘The Bends’, pero desde luego no lo serían. Aunque ‘Planet Telex’ es casi circular, pues al final vuelven a aparecer esos sintes, lo que encontramos en medio es una canción de rock que sí casa con el resto del álbum, y que en concreto habla de algunos de los temas que más inquietan a Thom Yorke, como la tecnología y la comunicación (su título original era ‘Planet Xerox’), dejando uno de sus estribillos más certeros: “EVERYTHING IS BROKEN / EVERYONE IS BROKEN”. Independientemente de que Yorke grabara la canción en una sola toma y borracho en el suelo o sea una leyenda urbana, lo seguro es que ‘Planet Telex’ es tan indicativa del futuro de Radiohead porque fue la única canción que escribieron durante las grabaciones de ‘The Bends’. Las demás, las llevaban ya maquetadas. Curiosamente, terminó abriendo la secuencia. Sebas E. Alonso.

37
True Love Waits
2001/2016

Hemos hablado de lo innovadores que resultaron en multitud de ocasiones Radiohead o de la complejidad de muchos de sus temas, pero un aspecto en el que los ingleses también destacan es en las letras, y el tema que cierra ‘A Moon Shaped Pool’ es un perfecto ejemplo porque, sin inventar nada y sin grandes artificios en la producción (ni en la minimalista versión de estudio ni, por supuesto, en la acústica), se convirtió en una de las imprescindibles de la banda, gracias a unas frases que siguen poniendo los pelos de punta. Como si tuviese vida propia, la letra de la considerada por un algoritmo «canción más triste de Radiohead» pasa de ser a ratos sencilla y directa (ese «I’m not living, I’m just killing time» es como un disparo) al uso de metáforas («and true love waits in haunted attics / and true love lives on lollipops and crisps»), cubriendo ese «amor verdadero» de inocencia («your tiny hands, your crazy kitten smile»), de entrega irracional («I’ll drown my beliefs to have your babies», probablemente no sea casual empezar con una frase donde aparecen «drown»y «babies»), o hasta con un toque celestial («I’ll dress like your niece / and wash your swollen feet»). Uniendo todo esto se encuentra una petición que de nuevo es simple, directa y, en definitiva, real; quizás por eso mismo Thom te rompe cada vez que suplica «just don’t leave… don’t leave». ‘True love waits’ llevaba formando parte del setlist de la banda desde 1995, pero los arreglos no les convencieron para incluirla en álbumes de estudio (aunque parte de los de la versión de ‘OK Computer’ acabaron formando ‘Pulk/Pull Revolving Dogs’) hasta más de veinte años después… curiosamente en el primer disco que sacaron tras la separación de Yorke dee Rachel Owen, para quien podría haberse escrito en su momento – y que fallecería el mismo año en que al fin se publicó la versión de estudio. Personalmente prefiero la versión acústica (que aparecería tanto en el disco de directos ‘I Might Be Wrong’ como en el de grandes éxitos), donde su voz suena especialmente visceral, pero ambas son dos maravillas, y con toda probabilidad ‘True love waits’ supone una de las cimas como letrista de Yorke. Pablo N Tocino.

38
Optimistic
2000

Radiohead fueron pioneros también en emplear Internet como medio promocional, «filtrándose» ‘Kid A’ en Napster 3 semanas antes de su lanzamiento oficial. La sospecha de que fue el propio grupo el que lo facilitó parece fundada, dado el entusiasmo manifiesto de Thom por aquel nuevo medio de difusión. ‘Kid A’ fue un éxito de ventas, para asombro de toda la industria, que ya alucinó con que no hubiera singles ni vídeos promocionales. Sí hubo difusión en radios, y ahí la gran enseña de ‘Kid A’ fue ‘Optimistic’, seguramente por ser la canción más tradicionalmente rock del disco, con unos acordes de guitarra eléctrica reconocibles y Phil Selway golpeando marcialmente los «tom toms», guiando su estructura convencional verso-estribillo-verso-estribillo-puente-estribillo. Pero incluso en esta, que suena con cierto espíritu básico y casi garajero, se percibe un trabajo complejo: la línea de bajo de Colin Greenwood se transforma al comienzo del coro, en una escala ascendente sin aparente fin; tras el primer estribillo hay una suerte de puente instrumental marcado por un teclado que se suma a la masa de sonido; las guitarras de Jonny y Thom entrelazándose como marca de la casa; la explosión con la caja y los coros tras el segundo estribillo… Pero no por ello deja de ser una canción inmediata, quizá la más «fácil» melódicamente (al margen de ‘Idioteque’) de todo ‘Kid A’. Su letra, en cambio, es revirada, aludiendo a la tiranía de las grandes corporaciones sobre el pequeño comercio con la connivencia del consumidor, mientras que ese «Inténtalo lo mejor que puedas, lo mejor que puedas es suficientemente bueno» era el consejo que Yorke recibía de su entonces esposa Rachel Owen en un periodo de crisis post-OK Computer. Owen, de la que Yorke se separó en 2015, fallecía un año después a causa de un cáncer. Raúl Guillén.

39
Faust Arp
2007

Tras los polémicos ‘Amnesiac’ y ‘Hail to the Thief’ (aunque incluso este tuvo sus defensores), para muchos ‘In Rainbows’ fue una reconciliación absoluta con Radiohead. No era la canción más grande y fue una de las pocas que no tuvo vídeo de estudio o fue single, pero una de las razones principales era la “sencillez” de ‘Faust Arp’. Después de ser raros, después de inspirarse en Aphex Twin y de experimentar con el jazz, el grupo volvía a hacer una canción inmediata, bonita, de tan solo 2 minutos de duración, pero para escuchar en bucle, en la que se acompañaban de guitarras acústicas y una preciosa sección de cuerdas onda Nick Drake (¡qué sorpresa en aquella época!), prescindiendo de la electrónica. La letra parece conectar con ‘Fake Plastic Trees’ y ‘Let Down’ (“plastic bags”, “empty bottles”) para hablar del sentimiento de estar “atascado” o “muerto de cuello para arriba” (impedido) y en los últimos segundos revelarse en cierta medida como canción de desamor (“te quiero pero creo que ya basta, y no hay razón en especial”). En una entrevista con Mojo de la época, Thom Yorke hablaba de cómo Michael Stipe se empapaba de lo que veía en una ciudad para escribir letras o de cómo Neil Young las escribe del tirón y no vuelve sobre ellas porque «solo las empeora». Yorke aseguraba que él no funciona así y escribió “páginas y páginas y páginas” de textos para ‘Faust Arp’ hasta dar con el adecuado. Fausto vendió su alma al diablo, insatisfecho con su vida, pero el título de la canción es en verdad un homenaje al grupo alemán Faust. De hecho, Radiohead pudieron tocar en un festival organizado en Barcelona con grupos escogidos por ellos, el Daydream, y no faltó en el cartel la banda de culto, además de M83, Liars, Bat for Lashes o Low. Sebas E. Alonso.

40
Lotus Flower
2011

No se puede decir que ‘The King of Limbs’ sea el disco más querido de Radiohead, pero, con su octavo trabajo, el grupo consiguió un hito que no lograba desde hacía años, probablemente desde los tiempos de ‘OK Computer’, esto es, un single y videoclips icónicos en la forma de ‘Lotus Flower’. La canción era la más accesible de ‘The King of Limbs’ pese a su resbaladiza base, fijada de nuevo en uno de esos ritmos sincopados que tanto gusta al grupo, pues su estribillo “there’s an empty space inside my heart” resonó entre los fans desde el principio y ha perdurado, incluso más de lo que muchos habríamos imaginado. Sin embargo, fue su vídeo el que terminó de consolidar ‘Lotus Flower’ como un clásico de Radiohead. Dirigido por Garth Jennings y bajo la batuta del coreógrafo Wayne McGregor, el vídeo retrataba a Yorke bailando la canción como si le corrieran mil hormigas por el cuerpo, y fue un éxito instantáneo en internet, produciendo decenas de “mash-ups” divertidísimos, decenas de millones de visitas en Youtube e incluso una nominación a los Grammy (!!!) en la categoría de Mejor vídeo (se lo arrebató Adele). Yorke reconocería que lo había pasado fatal rodándolo y que cuando lo vio por primera vez no quiso que viera la luz, pero por suerte salió y, para gusto del propio Yorke, que llegaría a celebrar su éxito afirmando que es “lo que todo el mundo querría”, el vídeo introdujo a Radiohead para siempre en la cultura del meme en internet. Jordi Bardají.


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