Días atrás hablábamos del adocenamiento creativo de un grupo como Death Cab For Cutie, quizá reo de los ciclos disco-gira marcados por la industria y alejado de sus picos creativos. Algo así podría extenderse a unos coetáneos suyos como Interpol. El ya afianzado como trío iba discurriendo por esta década con ‘Interpol‘ y ‘El Pintor‘, un par de discos sin sobresaltos, de «ni fu ni fa» más allá de 3 o 4 canciones meritorias que rescataban el nervio, la tensión y el gancho de sus tres (el tiempo ha sentado muy bien a ‘Our Love To Admire’) primeros discos, los que forjaron su, digámoslo así, mito.
Con ‘Marauder’, publicado esta semana, parecían querer cambiar las cosas. No sólo contaban con alguien externo para la producción por primera vez en más de una década –nada menos que el reputado Dave Fridmann (The Flaming Lips, MGMT, Spoon, Vetusta Morla)–, sino que sus primeros avances resultaban muy esperanzadores: la directísima ‘The Rover’, la chisporroteante y enérgica ‘Number 10’ y, sobre todo, la sinuosa y magnética ‘If You Really Love Nothing’ –potenciada, aunque no lo necesitara, con un vídeo con Kristen Stewart como atractivo reclamo– nos hacían congraturl los esfuerzos de Paul Banks, Sam Fogarino y Daniel Kessler.
¿Era un espejismo? Un poco sí. La producción de Fridmann es (al menos en apariencia) intrascendente y no parece manifestar ningún cambio crucial en su sonido ni aportar nada sensible. Y, peor aún, los Interpol más taciturnos y anodinos de sus recientes obras también persisten: pese a contar con complejas elaboraciones, constantes cambios armónicos y de estructura que a Banks le encanta desmenuzar que no resultan de impacto para el oyente medio, una parte considerable de ‘Marauder’ pasa por nuestras mentes sin pena ni gloria. Los ganchos de ‘Complications’ –en la que destaca su sofocante outro–, ‘Stay In Touch’, la popera pero sin carisma ‘NYSMAW’ o ‘Surveillance’ son rácanos, casi inasibles. Números en los que, salvo que optemos por detenernos en cuestiones técnicas (como el increíble ritmo de Fogarino en ‘Party’s Over’), nos dejarán con cara de «pues vale».
Pero también hay que reconocer que, al margen de unos interludios que sólo aportan un ruido conceptual innecesario (al parecer el álbum «autobiográfico» gira en torno alter ego salvaje de Banks, un merodeador sombrío que emerge en algunas canciones y en otras… no; su lírica, a veces literal y a veces metafórica, es muy confusa y, sobre todo, algo vacua), ‘Marauder’ se sostiene bien y tiene mucho de buen disco. Esos destellos que en lo singles rememoran los Interpol de ‘Turn Out The Bright Lights’ –cuyo 15º aniversario celebraban en 2017– y ‘Antics’ no son aislados, y se repiten en el nervio con melodía de canciones tan atractivas como ‘Flight of Fancy’, ‘Mountain Child’. El jazzy, casi sentimental ‘It Probably Matters’ nos despide de ‘Marauder’ dejando un buen sabor de boca general, con señales de que Interpol aún son capaces de recrear la tensa intensidad de sus primeros años. No es poca cosa.
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘If You Really Love Nothing’, ‘The Rover’, ‘Number 10’, ‘Flight of Fancy’
Te gustará si te gustan: The National, Editors, The Walkmen
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