Anoche debutaba en en el canal MovistarCine (¿?) de Movistar+ –más tarde, a las 00:50h, se repitió en abierto en #0– ‘Sesiones Movistar+‘ –desde luego, el nombre es de largo lo peor del programa–, un nuevo programa musical de la plataforma digital presentado por Arturo Paniagua y que contó con Vetusta Morla –recientes Premio Ondas y el primer grupo español en años en poder llenar por sí solo un recinto al aire libre de casi 40.000 personas– como primeros invitados. El espacio, de unos 40 minutos de duración, recoge las actuaciones en directo del grupo o artista invitado en un set televisivo bastante espectacular en el plano técnico –aunque sin público–. En el caso del grupo madrileño, no se ciñó a un repertorio previsible: aunque repitieron con temas de ‘Mismo sitio, distinto lugar’ que ya tocaron en su aparición de ‘La hora musa’ de La 2, añadieron canciones poco evidentes del mismo disco (‘Guerra civil’) y recuperaron ‘Cuarteles de invierno’. Aunque el gran aliciente en esa parcela fue que, ante el requerimiento del programa de tocar una versión de un tema ajeno, Pucho y los suyos optaron por ‘El mundo extraño’ del fantástico grupo argentino Él Mató a un Policía Motorizado. En todo caso, el grupo demostró el nivelazo de interpretación –algo grandilocuente, pero innegablemente poderosa– que ostentan, a la vez que emergen las influencias de grupos como Radiohead, Coldplay o U2.
En el aspecto musical, ‘Sesiones Movistar+’ recuerda más a ‘Los Conciertos de Radio 3’ que al nuevo magacín musical de La 2 presentado por Maika Makovski: tras una breve presentación en la que Paniagua dice vivir una alucinación al presentar un programa de música en vivo en televisión –parece evidente que el proyecto ha discurrido en paralelo con ‘La hora musa‘– las canciones se suceden sin apenas cortes. Al menos en un primer bloque, hasta que el conductor del programa inicia una entrevista con el grupo con incluso más profundidad que en el programa de Makovski –en ese sentido, al ser monográfico, el artista sale ganando–.
En este caso, además de responder la sempiterna pregunta sobre «indie» (Pucho respondió, claramente hastiado, que como decía Groucho Marx «jamás pertenecerán a un club que les admite como socios»), Arturo añadió cuestiones más jugosas, como saber cuál fue el primer concierto de su vida que recordaba cada miembro del sexteto (entre citas a Los Secretos y Aerosmith, Pucho y Juan Manuel Latorre descubrieron que para ambos fue un show de Mecano, aunque no el mismo) o sacarles los colores con las pintas que lucían en una foto de Instagram de hace 7 años. El presentador también fue medio incisivo sacando a la palestra alguna polémica sobre su gestión en redes sociales de la celebración del Día de la Mujer y, la verdad, se agradece que no todas las preguntas sean un masaje en la espalda para los entrevistados.
Así las cosas, ‘Sesiones Movistar+’ es claramente una buena noticia, tras años aguardando porque se le diera a la música en directo un espacio. Desde luego, en un deseable futuro cabría esperar una mayor diversidad que ver de nuevo a los propios Vetusta o Izal, o artistas más arriesgados que Viva Suecia, Vega o David Otero. Pero lo que es una necedad es pretender que se arriesgue –al menos en un canal privado como este en el que las audiencias mandan por encima del interés sociocultural– invitando a grupos minoritarios o semidesconocidos: a nadie le cabrá en la cabeza que un programa como este se consolide invitando a nombres que interesen a una audiencia objetiva de unos pocos cientos o miles de espectadores. ¿O sería mejor recurrir a la previsibilidad de Malú, Pablo Alborán y Pablo López? Esperemos que la apuesta por el pop rock de corte alternativo se consolide primero, porque la casa no se empieza por el tejado. 7,5.