Los navarros Kokoshca han ido labrando su personalidad tomando ideas del indie noventero nacional e internacional, el rock urbano de los 80, puntualmente los ritmos latinos de rumbas y boleros y la combinación de voces masculina y femenina de sus co-líderes Amaia Tirapu e Iñaki López. Tras ‘Hay una luz‘ y ‘Algo real‘, ‘El mal’ ahonda en esas premisas, ahora optando deliberadamente por estructuras más complejas y letras con diversas lecturas, enriqueciendo su discurso. Ellos lo consideran un álbum menos inmediato, como nos han revelado en una entrevista que publicaremos esta semana, pero no lo es necesariamente, pues el grupo no ha renunciado tampoco a su faceta más pop, entregando un par de himnos 100% Kokoshca.
El más evidente es ‘Txomin’, otra canción sobre la vida nocturna de crápula, como lo fueron las excelentes ‘La fuerza’ y ‘No queda nada’, ahora con su antihéroe incluso falleciendo… pero recibiendo el homenaje pertinente del ayuntamiento. La grabación es agitada y pegadiza, constituyendo otro corte que puede ser alegremente coreado en sus conciertos. Igualmente urgente es, justo a continuación, ‘Las chicas‘, un tema escrito por el co-productor del disco Luis F. Bayo de Espanto, que se ha inspirado en ‘Las chicas’ de Emma Cline, sobre los asesinatos de Charles Manson y las jóvenes que lo rodearon.
Las temáticas siguen siendo, pues, originales y variadas. Por supuesto hay lugar para el amor, como es el caso del bolero ‘Me arranqué la piel a tiras’ o la desgarrada ‘Tarde’ (preciosa referencia al «sabor asqueroso de no volver a verte más»); y la cotidianidad, como es el caso de ‘Calle lloviendo’; pero también lo hay para lo social. Kokoshca no se reconocen como grupo político pero parece que no pueden evitar que se les cuele la canción social más a menudo de lo que parece. El disco se abre con ‘El rey’ y su irónico «que alguien me gobierne, por favor», al que se suman las voces de un grupo de niños como metáfora de lo alienados y poco libres que somos desde que vamos al colegio; y se cierra con el corte titular, lleno de humor, en el que caben un montón de tonterías innecesarias asociables al capitalismo, como los diferentes tipos de vaqueros, los tomates ecológicos a 7 euros o el blanqueamiento anal.
‘Alarma’ incorpora audios de informativos pero no es en plan divertido como ‘Palmeras en La Mancha’ de Vetusta Morla, que contó con audios de ‘El Mundo Today’. Estos son audios de informaciones sobre terrorismo con las que Kokoshca reflexionan sobre cómo el gobierno controla al pueblo a través del miedo a los atentados. El grupo la relaciona con la Doctrina del Shock de Naomi Klein, y así las cosas, a continuación, ‘Seguiremos en pie‘ solo puede sonar como un himno de resistencia política aunque no lo sea expresa o especialmente.
Si las letras y su fondo sorprenden, esa búsqueda de estructuras alternativas deja sorpresas como ‘Calle lloviendo’, que termina sonando un tanto flamenca cuando no lo era; o ‘Bom-bom‘, que el grupo fue modificando hasta dar con su punto justo entre rumbita y cumbia, a lo Joe Crepúsculo. Es una canción que parece algo impostada pero simpática, mucho más que la precedente ‘El Leviatán’, cuya situación en el disco antes del single y la grabación catárquica final, impide que estemos ante el álbum definitivo de Kokoshca (como de nuevo su producción sucia, marca de la casa). Por lo demás, el grupo navarro sigue sin perder la inspiración ni las ganas, lo cual tiene más mérito cuantos más álbumes tienen.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Txomin’, ‘Las chicas’, ‘Seguiremos en pie’, ‘El mal’
Te gustará si te gustan: La Bien Querida, Espanto, Beat Happening, Radio Futura
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