Alfred García está triunfando con su primer álbum oficial, ‘1016‘, que editado justo antes de Navidad ya ha podido alcanzar el disco de oro. A su paso por Madrid, el cantante nos concede una entrevista en una cafetería de Conde Duque en la que el artista escoge tomarse un minúsculo cortado con 3 cucharadas de azúcar. Mientras, le pregunto por la generosa longitud del álbum, lo pertinente y necesario de las múltiples colaboraciones del largo (de Love of Lesbian a PAVVLA más alguna que se quedó por el camino), su futuro como artista, sus influencias o la nueva canción seleccionada para representar a España en Eurovisión. Siempre sonriente o casi, a veces parco en palabras, Alfred habla de la importancia del underground o lo que le gusta hacerse fotos con fans, al tiempo que quita hierro a la fama o cuenta lo raro que se ve en la portada del álbum, precisamente por no aparecer sonriendo.
Cuando salió el tracklist de tu disco llamaba mucho la atención la cantidad de títulos con nombres de ciudades, pero es que después las letras referencian a más sitios concretos todavía, plazas, etcétera. ¿Son un fetiche para ti las ciudades? ¿Eres un romántico en ese sentido?
Me considero una persona romántica de las ciudades, de hacer esas metáforas entre situaciones, personas, ciudades. He bebido de la poesía urbana, de la contracultura barcelonesa, de ‘On the Road’, Kerouac, el movimiento Beat también a nivel musical con Bob Dylan… Todo eso me ha llevado a crear este universo urbano y metropolitano de una manera más pop.
¿En algún momento fue una opción hacer un disco conceptual sobre lugares?
Podría haber quedado bien un EP que se llamase ‘La ciudad’, con ‘Londres’, ‘Madrid’, ‘Barcelona’, ‘Sevilla’, ‘La ciudad’, ‘Himno del Prat’. Pero salió ‘1016’, que es lo que tenía que ser.
¿’La ciudad’ es de las canciones más nuevas? ¿O cuáles serían las más recientes?
‘La ciudad’ la compuse dentro de la academia. Es vieja, porque habla de cosas de antes de Operación Triunfo. La más nueva sería ‘Volver a empezar’. O ‘Sevilla’.
¿Y estas podrían ser representativas de tu futuro sonido?
El futuro va por un estilo como ‘Wonder’, ‘Let Me Go’ o ‘Volver a empezar’.
Hemos entrevistado a PAVVLA, aunque aún no lo hemos publicado, y nos ha contado la historia de esta canción, ‘Wonder’: tú ya la tenías escrita, y ella es realmente de esas personas que no te contestaban por Instagram antes de entrar en la Academia.
Yo estaba en los castings cuando le escribí, entré en la Academia y no vi nada. Cuando salí me encontré que me había respondido. Fue supermágico y superbonito.
Y es una canción tuya aunque identifiquemos en ella el sonido de PAVVLA. Ella misma nos ha dicho que ha añadido cosas pero que «esta canción es de Alfred»…
La producción era mía. Puede parecer su estilo, pero porque yo también soy superfán de Bon Iver, de The National y de toda esa imaginería.
«Hay mucho por lo que mejorar, por lo que continuar haciendo música, inspeccionando en ese gran mundo entre lo mainstream y lo alternativo en el que estoy»
El disco es muy variado. ¿Crees que en el futuro buscarás más unidad? Porque aquí se abren muchos frentes, hay setenteras, balada jazz, está lo de PAVVLA…
Ha salido así. Quería dejar frentes abiertos porque hay mucho por lo que mejorar, por lo que continuar haciendo música, inspeccionando en ese gran mundo entre lo mainstream y lo alternativo en el que estoy.
Esto es un tema en tu disco, sí: hay un piano que te lleva a Alejandro Sanz, unos arreglos de metal a Bowie o los últimos Beatles…. Hay pocos discos que mezclen Pereza o Pablo López con cosas como Bowie o Bon Iver. ¿Por qué crees que es? ¿Nos hemos puesto muchas barreras?
Yo no creo en las barreras, hago lo que me dé la gana. Mientras tenga un sentido… El sentido que yo le doy es que soy muy joven, es el primer disco que compongo y el primer disco que produzco. Todo es bastante raro como para que hubiese tenido un sentido. El sentido es que no tiene sentido, y el mensaje es que no tiene mensaje.
Bueno, es un disco que recoge una etapa de tu vida…
Es verdad, tiene todo el sentido del mundo (bromea).
Me dijiste en otra ocasión que querías trabajar con alguien de Reino Unido en la producción. ¿Qué pasó? ¿A quién tenías en mente?
Había muchos productores en mente, y todos me han ayudado en la búsqueda. Necesitaba un alter ego con el que resolver dudas: Leiva ha estado ahí… Nigel Walker es el hombre de Reino Unido al que me refería. Había producido a Pereza y ahora a Sidecars, y me ayudó con algunas preguntas, pero al final me vi con ganas de meterme en esa aventura de la autoproducción, y… ¡ay, ha salido!
Estás contento con el resultado.
Estoy muy contento.
Es raro que alguien de 20 años produzca su disco. Normalmente es a los 30 que a los cantantes les suele ir picando el gusanillo…
Es arriesgado porque yo no lo tenía tan claro. Pero Manuel Martos de Universal y el director de márketing de Live Nation tenían claro que yo tenía que producirlo, que iba a salir en vinilo y que iba a sonar muy oldie. Apostaron por mí, les agradezco que me hayan apoyado, porque puede parecer otra cosa cara a la galería, pero yo necesitaba ese apoyo. Si no, no lo hubiera hecho. ¡Bueno, o sí!
¿Qué ha aportado Isabel Villanueva, que aparece en los créditos de Spotify?
Debe de ser un error. Es solo productora ejecutiva, habrá que cambiarlo. Ha sido mi profesora de música aplicada a cine, de producción musical, de producción audiovisual y de videoclip.
Hay varias canciones sobre Operación Triunfo, ¿has seguido escribiendo sobre ello?
Ya no escribo sobre eso, ahora escribo sobre otras cosas. ‘Volver a empezar’, la última que hice, habla sobre dejar todo eso atrás. Dice: «Dejo atrás la ciudad de las estrellas / Mil noches que olvidar / Y luces de otro planeta / Canto hoy una nueva canción / Que no habla de ti / Ni del arte de dulce piel».
Has pasado página…
Sí (risas).
Luego está ‘Por si te hace falta’, que dedicas a tus compañeros y en la que hablas de que no te asusta el fracaso. ¿Hay algún compañero en particular de OT a quien le haya gustado?
Cuando la compuse dentro de la academia, acabamos todos en lágrimas, es dura pero a la vez esperanzadora. Ganarse la vida con la música es un gran logro. Yo lo he hecho desde los 15 años. Tuve que pagarme la universidad con bolos. Ser músico de profesión ya es lo suficientemente especial, a la par que duro, como para escribir una canción sobre eso. Es la canción para el oficio, para la profesión. Como todo. Como el actor que hace una obra para 100 personas, como el que gana el Goya, o el periodista que hace un libro y vende 1 millón de ejemplares y el que hace artículos de paridad en un periódico desconocido. Esa canción va sobre eso y de que me voy a sentir underground toda mi vida porque es de donde vengo.
Recuerdo que me comentaste que querías que Niño de Elche, que es amigo tuyo, colaborara en tu disco haciendo una intro diciendo una gracia suya sobre la música pop. O algo así…
Creo que no lo intenté, pero tengo muchas ganas de colaborar con él…
¿Y él de colaborar contigo?
Hombre, somos muy amigos. Hoy he estado hablando con él.
¿Y qué se cuenta?
No sé de qué estábamos hablando…
Se suele meter en cada fregao…
¡Estábamos hablando de un fregao en el que se ha metido, sí…! Pero no puedo decirlo…
De todas formas, las colaboraciones en tu disco son un poco como porque te ha dado la gana. Casi parecen un poco gratuitas… Me da la sensación de que el disco sobreviviría perfectamente sin Love of Lesbian y sin Carlos Sadness…
¿Tú crees?
La de Love of Lesbian es una jam larguísima… No sé…
Le dejaremos la voz al futuro.
Dijiste que harías versión corta, no sé si ha salido y no me he enterado.
No, no ha salido.
El disco podría ser algo más intimista, más tuyo…
Esta canción habla de lo libres que somos Love of Lesbian y yo en un disco que entre lo que tendría que ser y no es, acaba con una canción de 8 minutos, una distorsión casi de Muse y Love of Lesbian cantando en inglés después de tantos años…
Si el disco acabara así… pero es que tampoco. Luego está ‘Himno del Prat’…
Bueno, pero es un bonus track.
Hay varios idiomas en el álbum, como el catalán, pero me ha hecho gracia que ‘Barcelona’ esté en inglés. No sé si es como una metáfora sobre la gentrificación porque en el centro de Barcelona ya solo se oye inglés.
Ya te digo que yo vengo de la contracultura. Me da igual qué sentido pueda tener, simplemente salió así (risas).
Háblame de la influencia de Nick Cave, de Bowie… como te comentaba, percibo la influencia de Bowie en tu uso de los instrumentos de metal, sobre todo el Bowie de mediados de los 70, ‘Station to Station’ y por ahí. ¿Es tu etapa favorita o te gusta de manera más general?
Ahora que estoy volviendo a componer, me he dado cuenta de que la influencia de Nick Cave no se ha visto tanto en lo musical como en lo artístico, la camiseta, lo del ojo… Pero Bowie sí y también creo que es porque su influencia está en Pereza y Leiva, y tengo esas referencias. Cada canción tiene su inspiración y sus toques de otros artistas. Ya dice Rosalía que todo está inventado. Todo es un homenaje.
¿Cuál sería tu disco favorito de Bowie y Nick Cave?
‘Aladdin Sane’ de Bowie por las canciones, la portada que es mítica, la progresión de todo el disco. Y de Nick Cave (piensa…)
Su última etapa es más árida, pero antes ha hecho cosas realmente superaccesibles.
Es que el último, ‘Skeleton Tree’ va dedicado a su hijo que murió, con el documental en blanco y negro. ‘Skeleton Tree’ me encanta porque habla de la muerte sin hablar de ella, igual que el documental. Pero tampoco es mi favorito. Mis favoritos serían ‘The Lyre of Orpheus’ y ‘Let Love In’.
«En el Primavera descubrimos que Nick Cave era superfán de Eurovisión y del tío que salía antes que nosotros en el festival, el que iba de Drácula, que, claro, le pegaba mucho, y me da que yo le sonaba de algo»
¿Cómo llegaste a hacerte esa foto con él en Primavera Sound?
Yo estaba viéndole en primera fila, y cantando la canción a saco, ‘Push the Sky Away’, todo entregado. Estaba mirándole, me hizo que subiera y subieron también dos amigos míos. Se quedó mirándome y se quedó superextrañado. Sonrió, me tocó el corazón, le toqué, empezó a cantarme y yo empecé a cantar también. Resulta que él es fan de Eurovisión.
¿En serio? Bueno, es que Australia es superfán de Eurovisión.
Superfán, rollo friqui. Como era el Primavera Sound y yo estaba ahí con gente, descubrimos que él era superfán del tío que salía antes que nosotros en el festival, el que iba de Drácula (NdE: Mélovin de Ucrania), que, claro, le pegaba mucho, y me da que yo le sonaba de algo. Pero vamos, a mí me encanta él, pero soy la antítesis: ni mi música ni mi arte tiene nada que ver.
Y después, no supiste más.
No, no, no… algo nos volverá a unir. Estaré por la Rambla y me lo encontraré paseando al perro (risas)
Buenos días! Os recuerdo que esto: Alfred y Nick Cave ha pasado! pic.twitter.com/NgQlJEhwHv
— DoblePersonalidad (@UnidosporOT) June 1, 2018
¿Cómo fue volver a la final de Eurovisión el otro día? ¿No te dio como un poco de pena…?
¡No! ¡¿Pero por qué todos estáis con lo mismo?! A mí no me da pena, no sé. Me da ilusión…
Pues hombre, ponen el vídeo de la actuación con Amaia entero, ella no sale, sales tú solo… Es un shock.
Yo voy porque tengo ganas de ir, si no, no hubiese ido.
A Amaia ya la están poniendo fina por no haber ido…
Se lo tendrás que preguntar a ella. No sé por qué no fue, pero estábamos invitados. Y yo la mar de contento. Me da como ilusión. Y también que hubiera otro OT, fue mi manera de verlo desde fuera. Que vaya Miki y con un tema de La Pegatina a Eurovisión, no quepo en mí de la emoción, por la de fiestas mayores que me he pasado bailando La Pegatina. Me identifico con Miki, es catalán, por el rollo charangueo de las fiestas mayores en Cataluña… Es como surrealista, en realidad.
¿Tú te habrías visto cantando ‘La Venda’ en el festival?
No. Que a mí me guste el charango no significa que mi rollo sea ese. ‘Tu canción’ era perfecta porque no era una canción rock, no era la típica que podría haber hecho yo. Era una balada y tenía todo el sentido por la historia detrás. Raúl Gómez hizo un perfecto trabajo.
Pero tampoco la has metido en tu disco.
No, no es una canción mía, es de Raúl.
Hay un tema en el disco que no es tuyo, ¿no?
‘Que nos sigan las luces’, pero es co-escrita. Es un himno que me representa a mí, sobre que hay que seguir adelante. Además, nunca fue single y yo quería darle ese espacio.
Antes hablabas de la portada del disco, que dio lugar a muchos memes. Aunque en realidad, yo creo que se hubieran hecho memes de portadas de Bowie. ¿Cómo lo viviste?
Tampoco fue tanto, fueron un par de personas. Lo mejor es que fui a Menuda Noche, y un niño me preguntó que por qué llevaba un pedazo de chorizo en el ojo, y yo… «qué mono». Pero superbién (risas).
¿Te lo tomaste bien?
Claro, joder…
Lo de tus fans es muy fuerte… ¿Te sientes arropado, desbordado… o en parte responsable de esa forma tan agresiva en que te defienden a veces? ¿Cómo lo vives?
Somos punks, somos el nuevo punk. La rabia nos mueve. No… superbién. Son encantadores. Me hacen unos regalos… El mejor regalo son los sold outs, el disco de oro… Pero me han regalado Fenders, un ampli Marshall, me regalaron el traje de Ernesto Artillo, compraron un disco mío de 1800 euros de una donación en Cadena Ser. Me regalaron el manuscrito de ‘La flaca’ de Jarabe de Palo subastado por Pau Donés y eran 800 euros…
Seguro que el 95% son encantadores y altruístas, pero luego hay una parte un poco más jevi…
No estoy tan metido. Yo conozco a los buenos. ¿Pero qué hacéis?
No sé… Pues hablar de Carolina Durante, que ahora son tus compañeros de sello y es algo normal, y parece como que les sienta mal. Alguien se ha inventado que son amigos nuestros y escriben en JENESAISPOP o nos piden que hablemos de tus números 1 en noticias suyas.
Somos punk. El punk real.
Has mencionado los sold-outs. ¿Por qué has querido empezar en salas pequeñas?
Hemos de ir creciendo, éramos conscientes de que iba a pasar porque son salas de 1000 o 1500 personas. Ya demostramos que podíamos llenar el Arenal, pero ahora toca disfrutar y rocanrolear en salas como Joy Eslava, que la vamos a repetir, o Barts, que es de donde yo vengo.
Perfectamente podías tocar en un Sant Jordi Club o algo así. ¿No empiezas a pensar en grande?
Podemos hacerlo, pero queríamos ver si la gente tenía ganas de gira y hemos visto que sí. Sí que podemos hacer un Sant Jordi Club.
En ‘Madrid’ mencionas la Sala El Sol. ¿Qué recuerdos te trae?
Igual que nombro Sidecar. Cuando salí de Operación Triunfo, Nil Moliner hizo un concierto en la Sala El Sol en el que yo aparecía, y me recordó a las salas donde tocaba de antes de OT, y dije: «hemos de quedarnos aquí también». Esa imagen y esa magia de las salas tan míticas… Esa cercanía, esa locura, esa anarquía que tiene Madrid.
¿Cómo te gustaría desarrollarte más en el futuro? ¿Como vocalista, en cuanto a letras, producción…?
No tiene que ver con el disco en sí, sino con el directo. Vamos a hacer salas, pero cuando hagamos cosas más grandes, me quiero implicar en la escenografía, y también en la parte visual del disco. Y en lo musical en el desarrollo de los sonidos, en la creación de sonidos tanto electrónicos como acústicos. Entonces, sí, en la producción.
¿De qué letras estás más orgulloso a nivel estructuras, rimas…?
‘Wonder’ y ‘Londres’, porque son más complejas. Me abro mucho más. Pero a nivel hit, ‘De la Tierra hasta Marte’ salió guay. Es una canción que estaba descartadísima. Era a piano y no quería añadirle instrumentos, pero fue añadirle instrumentos y decir: «tenemos el hit, tenemos el single».
‘Londres’ es tu no-single más escuchado ahora mismo. ¿Te influyen estas cosas para decidir qué vídeos o singles haces?
Estamos trabajando en ello. Todas mis canciones me gustan, si no, no las publicaría, pero si hiciera música solo para mí no tendría sentido, por lo que obviamente trabajamos también atendiendo a lo que le gusta a la gente.
Has hablado mucho de feminismo en la academia, pero sobre todo hemos hablado de artistas masculinos. ¿Qué artistas femeninas tendrías como referente?
The Runaways, fue de los primeros grupos punk de mujeres. Hay una película con Dakota y Kristen Stewart. Me marcó cuando tenía 12 y 13 años y empecé a hacer música. Soy muy fan de Paula Jornet, de Maika Makovski. Me encanta el flamenco, y me encanta lo que hace Rosalía, me parece muy valiente, creo que a nivel de producción con El Guincho ha hecho cosas que nunca hubiéramos imaginado.
«No me paro con las tonterías. Sigo haciendo música y al final me mueven las canciones»
¿Cómo has pasado la Navidad? ¿Has podido parar para pensar cómo ha sido tu año: Eurovisión, que fue mucho más mastodóntico de lo que imaginabais tú y Amaia, la aparición en la prensa del corazón que Amaia reconoce que lo pasó fatal, la edición de tu disco corriendo antes de Navidad… Un poco deprisa todo. ¿Has parado a pensar «¿qué ha pasado, dónde estoy»?
No me paro con las tonterías. Sigo haciendo música y al final me mueven las canciones. Una vez por semana me voy a la Revólver a comprarme vinilos, me los pongo y me empapo y digo: «cómo podemos avanzar». Empiezo a componer y todo lo demás…
Pero tu vida ha cambiado una salvajada…
No…
¿No te para la gente por la calle todo el rato?
Sí, pero eso es bueno, tío. Me gusta. El 99,9% de la gente es para decir: «qué guay tu disco», para pedir una foto, un abrazo, para preguntar cuál es el siguiente single. A veces, si es alguien majo, le digo: «dónde vas, pues yo voy a la Revolver o a comprarme ropa» y así conozco gente. Soy un poco hippie en ese aspecto.
«No me quiero parar en lo que me está funcionando»
¿Qué te has comprado en Revólver recientemente?
(piensa) ‘Repave’ de Volcano Choir, ‘Miedo’ de Albert Pla y Raúl Refree. Un disco que siempre había escuchado pero lo quería tener: ‘In Rainbows’… Estoy cogiendo muchas cosas de este disco. Se me ha ido la olla con él. Yo, a ver, tengo 20 años, hay discos que los he descubierto ahora, y este disco es como de 2008. Pero también mola. Descubrir música nueva o antigua que se puede retomar. Rosalía bebe de lo que hacía La Mala Rodríguez o de cuando empezó el trap. A Lil Wayne le salían armonías que se parecían al flamenco. Yo lo pensaba y ahora… mira por dónde.
¿Sobre qué estás escribiendo, ahora mismo? ¿Estás influido por ‘In Rainbows’ muy concretamente o más en general?
Muy en general: no paro de componer y quiero avanzar. No me quiero parar en lo que me está funcionando. Si mis referentes son Nick Cave o Prince, ¿qué número 1 en los últimos 10 años ha habido de estos dos? Ninguno. Lo que quiero decir es que quiero avanzar, sentirme a gusto en el momento que vivo con lo que quiero hacer. No voy a hacer algo porque haya funcionado de antes, sino porque me apetezca.