HEALTH, una de esas bandas ruidosas de Los Ángeles que en la década pasada se dieran a conocer a través de estruendosos conciertos y discos como su debut o ‘Get Color‘, no decepcionaban con el tercero, ‘Death Magic‘, en el que el terror y el pop se daban la mano de manera magistral. En canciones como la sobresaliente ‘Stonefist’ hallaban el sonido brutal que algunos ansiamos en los últimos y venideros discos de Depeche Mode. Un referente aquí, de nuevo, en el teclado de ‘Black Static’.
‘Vol 4:: Slaves of Fear’ viene algo afeado por un título que parece el de uno de sus discos de remezclas, pero sobre todo por la propia promesa del grupo de ofrecer algo «pesado y transgresor» con una «gran variedad de estilo» que incluye «incluso una balada de guitarra» (sic). Antes de nada, permanece su gusto por el metal y hay que hablar de la evolución de la percepción de este género aplicado al pop, que no es el mismo en 2008 que en 2019, en los tiempos en los que gente Grimes o incluso Poppy están experimentando a su manera con él. En este contexto, la aproximación de HEALTH suena divertida, y eso no es bueno en este caso, en tanto que no es buscado. Hay cierto humor por ejemplo en el vídeo del single ‘Strange Days (1999)’, sobre “un cantante de Los Ángeles asesinado”. Pero las letras del grupo son un buen pozo de mierda, implicando muchas veces el deseo de estar muerto o incluso hablando desde el más allá. «La vida va a destrozarnos / el tiempo se acaba / ¿está terminando el mundo?», se pregunta una. «Estoy solo, no elegimos nacer», dice otra. «La muerte es el mensaje sin sentido, no el principio». Y así todo el rato. Esto no es cosa de risa, que diría aquel.
Por otro lado, esas ambiciones estilísticas no terminan de llegar a tan buen puerto. ‘NC-17’ o el single ‘Strange Days (1999)’ parecen haberse armado sobre algún tipo de base trap; mientras que la balada con guitarra es ‘Decimation’. Sin embargo, ninguno de estos temas representa lo mejor que saben hacer HEALTH. En ‘Vol 4:: Slaves of Fear’ cuando la banda es capaz de hacer al público vibrar como solían es cuando sacan la ametralladora. Sucede en ‘Feel Nothing’ o en la notable ‘God Botherer’. Ahí sí son capaces de hacernos bajar a los infiernos como pretendían.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘God Botherer’, ‘Feel Nothing’, ‘Strange Days (1999)’
Te gustará si te gusta: Metallica, Depeche Mode y Rammstein
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