Es como mínimo llamativo cómo, a lo largo de las décadas, una de las pocas revoluciones musicales de nuestro país que más y mejor ha sabido reciclarse ha sido el rock andaluz. Y es que, a pesar de las modas, distintas generaciones han seguido reivindicando, a su manera, aquella revolución que explotó en los 70 con el auge de lo progresivo y la fusión con efluvios folclóricos que Smash y Triana no ha llegado a desaparecer del todo. A lo largo de las últimas décadas, cada cual a su manera, grupos como Lagartija Nick, 091, Pony Bravo, Soleá Morente o Quentin Gas & Los Zíngaros –sin olvidar la asimilación de “foráneos” como los madrileños Melange o el gerundense Jose Domingo– han hecho pervivir ese encuentro de psicodelia y dejes aflamencados. Derby Motoreta’s Burrito Kachimba (sí, al final hemos acabado aprendiéndonos el trabalenguas) son el nuevo eslabón de esa indómita saga.
Con miembros de la citada banda de Quentin Gas y The Milkyway Express, este sexteto recupera el legado de Jesús de la Rosa, Gualberto, el joven Manuel Molina y compañía impulsados también por el auge de la psicodelia más abrasiva que grupos como King Gizzard and the Lizard Wizard, White Denim o The Oh Sees han revitalizado, a su vez, para nuevas generaciones. Los australianos son citados sin sonrojo por el grupo sevillano como una de sus influencias cruciales y, efectivamente, ese rock de poso stoner, teclados lisérgicos y giros rítmicos delirantes empapa a fondo este debut de los hispalenses… tanto como ‘El patio’ o ‘Sé de un lugar’.
El quejío aflamencado de Dandy Piraña, vocalista de DMBK, marca la diferencia con su personalidad y su potencia, y se antoja fundamental para hacer que la evidente herencia de Black Sabbath o Deep Purple no pese tanto que les convierta en un mero eco stoner rock. Porque, a la postre, temas como ‘La piedra de Sharon’ o ‘Grecas’ no aportan nada que no mostrara la ya conocida ‘Samrkanda’ y cuestionan hasta qué punto es pertinente la autoetiqueta “kinkideliapsicotropical”, no exenta de guasa. Y es que esa riqueza de matices y estilos que sugiere no se plasma tan claramente en ‘Derby Motoreta’s Burrito Kachimba’, más heterogéneo de lo que sugería la audaz ‘El salto del gitano’, con ese riff de guitarra transformado en coro que te persigue y te asalta sin descanso.
El punto entre lo cómico y lo social de aquel primer avance del disco sí es merecedor de esa etiqueta, como también lo son las poderosas ‘Aliento de dragón’ y ‘The New Gizz’, incuestionables ejercicios de estilo y derroches de alta tensión (¡vaya riffs!) que van de la mano de textos imaginativos, unas veces confusos, otros incisivos (como esa llamada a la revuelta de ‘Grecas’, que culmina con “la monarquía pidiendo clemencia”).
El bajón que da la parte final del álbum es más por una cuestión de insistencia en repetir patrones sin proponer cosas nuevas que por falta de poderío –probablemente, la impresión de esos últimos temas cambie radicalmente en directo; es su gran baza, dicen–. Seguro que por eso es tan de agradecer el cambio de intensidad que supone la preciosa ‘Somnium Igni Pt. 1’, un evocador y poético momento de relajo electroacústico que muestra otra perspectiva refrescante. ‘Derby Motoreta’s Burrito Kachimba’ es, en todo caso, todo un notición para el rock español en general y el andaluz en particular, que ojalá haya llegado para expandirse y crecer.
Derby Motoreta’s Burrito Kachimba presentan este álbum el próximo sábado, 2 de marzo, en la sala Boogaclub de Granada. También forman parte del cartel de Sound Isidro 2019 y Vida Festival 2019.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘El salto del gitano’, ‘Aliento de dragón’, ‘The New Gizz’, ‘Somnium Igni Pt. I’
Te gustará si te gustan: Melange, Medalla, King Gizzard and the Lizard Wizard.
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