Los créditos de ‘Yeezus‘, la obra maestra editada por Kanye West en 2013, ocultaban tal ristra de decenas y decenas y decenas de co-productores y beatmakers tras su carcasa de CD transparente que de hecho casi terminabas preguntándote quién no se pasó por allí para aportar algo. En cualquier caso, Gesaffelstein, entonces un muchacho de 25 años, fue uno de los afortunados al aparecer como co-productor de dos pistas, la icónica ‘Black Skinhead’ y la penúltima, ‘Send It Up’. El proyecto del francés Mike Lévy publicaba su debut en solitario aquel mismo año, pero era en 2018 cuando lograba mayor reconocimiento popular al acreditarle The Weeknd como «featuring» en dos de las seis canciones de su EP del año pasado, el medio olvidado ‘My Dear Melancholy,‘.
Ahora Abel Tesfaye le ha devuelto el favor, y aunque la jugada les ha quedado rara debido a esa polémica letra en la que el hombre detrás de The Weeknd intenta disuadir a la chica que le gusta de su homosexualidad o bisexualidad de manera penosa («dices que podrían gustarte las chicas (…) bien, pues tráete a una amiga / puede montarte la cara / mientras yo te follo»), melódicamente y en cuanto a producción, ‘Lost in the Fire’ sí es un hit. Quienes llevamos años diciendo que los textos de Tesfaye sobre drogas, sexo, fama y hacer «promo» son un cuadro, no nos vamos a llevar ahora las manos a la cabeza, aunque solo sea porque nos hemos malacostumbrado a sus tontadas.
‘Hyperion’ es, además, un disco mucho más elegante que todo eso, moviéndose entre la electrónica más oscura, el italo más dulce y el gusto por el terror de gente como John Carpenter. Más pop y menos techno que ‘Aleph’, Gesaffelstein casi siempre está aquí cerca de la banda sonora perfecta para una película nocturna de ciencia ficción, como muestra el arranque de ‘Humanity Gone’, cuyo título lo dice todo y que como pista final llega a extenderse hasta los casi 11 minutos; la tenebrosa ‘Reset’, de resquicios techno; o la tensísima ‘Ever Now’. Incluso cuando suena luminoso, como sucede con ‘Forever’ junto a The Hacker y Electric Youth, esa positividad pareciera estar pendiendo por completo de un hilo, recordando sensaciones experimentadas con Chromatics.
El artista se ha rodeado de otras estrellas además de estas últimas y el propio Tesfaye. Pharrell, como ya demostrara junto a otros franceses, los ilustres Daft Punk, a su vez también co-productores de ‘Yeezus’ (ya veis que aquí todo queda en casa), aparece perfectamente cómodo en un número retro como es ‘Blast Off’; mientras es una gozada escuchar a Haim en un registro más frágil y electrónico. Apenas se reconoce a las hermanas Alana, Este y Danielle, pero todas están acreditadas (como Andrew Wyatt) en ‘So Bad’. «Vine aquí a morir, me quedé por la vida / llegué como una tonta, pero me fui sabia», repite la letra refutando el juego de contrastes contenidos en este álbum.
Igual puede echarse en cara a Gesaffelstein haber querido tocar demasiados palos desde que ‘Hyperion’ se abre con su corte titular remitiendo a la electrónica primigenia de Kraftwerk o su paisano Jean Michel Jarre, con quien ha colaborado, hasta el final; pero la verdad es que todo lo que toca, lo toca bien. Su segundo disco nos advierte que lo mismo puede seguir dedicándose a producir hits internacionales, siempre que no dé con letristas que hagan irradiables sus producciones, como desarrollarse como compositor para la gran pantalla.
Calificación: 7,9/10
Te gustará si te gusta: Apparat, Daft Punk, John Carpenter, Chromatics
Lo mejor: ‘Lost In The Fire’, ‘Blast Off’, ‘Reset’, ‘Forever’
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