Dotado de una voz de contratenor ultra melódica y expresiva, casi ahogada y cercana a lo teatral, Hayden Thorpe es uno de los vocalistas más carismáticos que ha producido el pop británico en los últimos tiempos. Por este motivo, la despedida de Wild Beasts en 2017, producto de que se había convertido, en palabras de Thorpe, en la banda que «nunca había querido ser» -el grupo se separó definitivamente en 2018 tras su último concierto en Londres-, fue todo un jarro de agua fría tanto para los fans de los autores de ‘Two Dancers‘ como para los que creemos que el pop siempre está un pelín falto de voces masculinas un poco diferentes a lo habitual. Por suerte Thorpe no ha querido que le echáramos demasiado de menos y acaba de publicar su primer álbum en solitario, un ‘Diviner’ centrado en el piano pero sin dejar de lado algunos ritmos electrónicos (‘Human Knot’) u otros sonidos; y en el que no puede tener más protagonismo su voz y, por tanto, sus bonitas melodías.
Para Thorpe, componer ‘Diviner’ ha significado volver al pasado, deshacerse del gran ego que había cultivado en Wild Beasts y encontrarse a sí mismo de nuevo. Para ello, y tras recuperarse de unas anginas en la casa de campo de su padre en Kendal, el artista británico escribió en soledad nuevas canciones en el piano que había aprendido a tocar de niño. Este instrumento, que Thorpe considera el «riñón emocional» de su casa, pues «todo pasaba a través de él», es el pilar absoluto de un ‘Diviner’ en el que aquel niño, ahora adulto, vuelca sus emociones ante un romance complicado, construyendo de paso algunas canciones preciosas. La principal es ‘Diviner‘, una composición estelar, cuya preciosa melodía va calando poco a poco hasta revelarse como una pequeña maravilla, en la que Thorpe busca un encuentro «divino» que le «muestre el camino», estableciendo el tono espiritual de todo el disco. En ‘Straight Line’, que adoptando formas ligeramente próximas al math-rock, es otro de los mejores temas del disco, Thorpe incluso declara: «tira tu medicina occidental, mantén tu cabeza pegada a tu corazón».
Aunque ‘Diviner’ no es un disco esotérico, sí es un trabajo hecho desde el hallazgo de cierta paz interior, y por lo tanto cuando aborda los grandes temas de la vida, en concreto el amor, lo hace desde la reflexión y usando metáforas como el «jiu-jitsu emocional» (‘Earthly Needs’). Son varios los puntos de ‘Diviner’ en los que encontramos a Thorpe preguntándose cuán difícil o doloroso será dejar de amar a una persona o, al contrario, cuánto dolor nos producirá amarla, pero sus melodías están menos cargadas de drama esta vez. El piano de ‘Stop Motion’, por ejemplo, puede recordar a la última Kate Bush, y es solo gracias a su arreglo de cuerdas que ‘Anywhen’ es el tema más dramático de todo el disco. En el segundo single ‘Love Crimes’, con su piano saltarín y su pegadizo estribillo «I’m away, I’m away, I’m away», Thorpe descarga bagaje: «incluso el más grande de los amores se compone de cosas modestas de las que me estoy deshaciendo». Y aunque será difícil que alguno de estos temas supere a ‘Diviner’, la final ‘Impossible Object’ se queda cerca cerrando con otro mensaje espiritual: “eres el conducto de espíritus ancestrales que han vuelto a nacer”. Una canción de amor tan ideal como bonito es este disco.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Diviner’, ‘Straight Line’, ‘Love Crimes’, ‘Impossible Object’
Te gustará si te gusta: These New Puritans, Kate Bush, Perfume Genius, los vocalistas masculinos melódicos
Escúchalo: Spotify