Meister of the Week: Aloha Bennets nos explican por qué aman Benidorm y su «bizarrismo»

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Meister of the Week: Aloha Bennets nos explican por qué aman Benidorm y su «bizarrismo»

Es un topicazo cuando un grupo o artista sueltan eso de «¡Gracias *TAL CIUDAD*! ¡Sois nuestro lugar favorito para tocar!» Y os vamos a hacer una revelación: pocas veces son sinceros. Sin embargo hoy Aloha Bennets se mojan con el asunto y nos revelan que su ciudad favorita para tocar: Benidorm. La población del levante con el skyline más descomunal y una lucha de contrastes imposibles que acoge festivales tan diferentes como el underground Fuzzville y el masivo Low Festival (que se celebra esta semana, por cierto, con New Order, Vetusta Morla, The Vaccines o Foals en su cartel) tiene algo muy especial para ellos: «Siempre nos pasan cosas maravillosas a la par que bizarras», nos decían. Así que nos lanzamos a preguntar qué y por qué.

Aloha Bennets son un cuarteto de Barcelona formado por Cristina Robles, Olga García, Mireia Bellido y Álvaro Alouane que en su momento tratábamos de definir cuando lanzaban su debut ‘La jungla‘ (2017) como «el punto medio inimaginado entre Hinds y Las Bistecs», por su punto de punk rock garajero y sus letras divertidas y costumbristas. Una propuesta que, si cabe, han atinado a concretar aún más en su último EP ‘Guateque sangriento‘, con temas que ya se han convertido en hitos de su directo como ‘Katana’ y sobre todo ‘¿Qué es eso?’ El día 24 de octubre se presentarán en la sala Wurlitzer Ballroom de Madrid, junto a Homegirl.

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¿Recordáis la primera vez que actuasteis en Benidorm? ¿Cómo fue?
Fue en el Fuzzville!!!, en un sitio que molaba muchísimo. Creo que era una antigua discoteca, tenía forma de ovni y había una especie de piscina ahí en medio con un puente que la cruzaba. Nosotras veníamos de pasar toda la semana en Madrid grabando el disco y estábamos un poco zombies, pero el bolo estuvo muy bien. Decidimos volver andando desde nuestro hotel hasta la discoteca ovni, sin saber que estábamos cruzando zona peligrosa, se ve que era una barriada chunga. Al día siguiente cuando lo comentamos, la gente no sabía cómo habíamos llegado intactos hasta allí.

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«Recuerdo que el nombre me hacía gracia porque parece que digas “vine i dorm”»

¿Conocíais la ciudad de antes? ¿La recordábais ya así? ¿Qué os sorprendió más de esa primera vez?
Mireia: La primera vez que fui tenía 7 años, fue en el 2000 cuando abrieron Terra Mítica. Tengo pocos recuerdos, pero me pareció una fantasía todo.
Álvaro: Fui cuando tenía unos 10 años y recuerdo que el nombre me hacía gracia porque parece que digas “vine i dorm” (Nde: «ven y duerme» en catalán).

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Decís que es la localidad española donde más veces habéis actuado. ¿Cuántas veces en total?
Fuera de Barcelona es el sitio donde más veces hemos tocado. En Benidorm ciudad han sido 3 veces, una por año desde la primera vez, que fue en 2017. Y alguna más que ha caído por los alrededores.

¿Y cuál ha sido la más loca de todas esas, en lo musical?
En el Low Festival. Era nuestra primera vez en un festival de esas dimensiones y fue una pasada. Tocábamos a las 3 de la mañana, nos solapábamos un rato con los Chemical Brothers, pero la gente estaba a tope. Fue muy, muy guay.

«Por la noche fuimos al bingo y al toro mecánico y coincidimos con los Axolotes Mexicanos, que nos enseñaron la calle de los guiris. Ahí ya alucinamos en colores»

¿Qué es lo mejor que os ha pasado, en todas esas estancias?
La última vez que estuvimos era Semana Santa y diluviaba. Habría sido súper triste si no fuera por el hecho de que estábamos en Benidorm. Tocábamos por la mañana en la terraza de un hotel y el concierto se acabó retrasando hasta media tarde por la lluvia, así que aprovechamos para pasarnos unas doce horas en un bar súper random jugando a los dardos y al futbolín. Había un grupo de 20 tíos con los típicos sombrero-paraguas esos en la cabeza. Por la noche fuimos al bingo y al toro mecánico y coincidimos con los Axolotes Mexicanos, que nos enseñaron la calle de los guiris. Ahí ya alucinamos en colores.

¿Y lo peor?

Perder al bingo. Sobre todo Álvaro lo llevó muy mal, aunque los mojitos estaban buenos.

«¡Hay tantas cosas alucinantes en Benidorm que ni hemos tenido tiempo de pisar la playa!»

Aparte de ir y tocar, ¿qué os gusta hacer en Benidorm que no sea ir a la playa?
Es que… ¡hay tantas cosas alucinantes en Benidorm que ni hemos tenido tiempo de pisar la playa! El bingo, las discotecas surrealistas, los restaurantes con esas cartas hechas en WordArt… El año pasado, cuando tocamos en el Low, estuvimos en la piscina del hotel Melià (mucho mejor que cualquier playa y nuestro punto preferido de Benidorm sin duda alguna). Al llegar del festival después de tocar, nos colamos de madrugada para poder disfrutarla a solas. Fue lo más.

¿Hay mucho bingo para elegir? ¿Cuál es vuestro favorito y/o el más freak?
Tampoco somos unos expertos del bingo, en Barna no hemos ido muchas veces, pero la verdad es que allí parecía un deporte nacional. Había desde octogenarios a colegas jóvenes jugando como si no hubiera mañana. Nos sorprendió ver la cantidad de opciones de bingo que había y lo arreglada que iba la gente. Como sólo hemos ido a uno, diremos el de Bingo Plaza. Habrá que volver a ver si hay alguno que dé más cringe.

«Nosotras subidas en el toro mecánico en mitad de un bar, una pantalla gigante donde estaban proyectando boxeo y unos cuantos guiris dándose de hostias por ahí en medio»

Y lo de las peleas de guiris… ¿Es tan habitual? ¿Cuál es la peor/mejor que habéis presenciado?
Nunca habíamos visto ninguna, pero la última vez que fuimos fue alucinante, fueron como cuatro seguidas. La imagen era: nosotras subidas en el toro mecánico en mitad de un bar, una pantalla gigante donde estaban proyectando boxeo y unos cuantos guiris dándose de hostias por ahí en medio. Increíble.

Creo que os alojáis en un sitio muy especial cuando vais allí. Habladnos de ello. ¿Por qué es tan fascinante?
Encontramos un apartamento de un tal Vicente, un señor al más puro estilo Benidorm: una cadena de oro enorme en el cuello, la camisa medio desabrochada, un mercedes descapotable negro y un bastón que recuerdo más bizarro de lo que seguramente era. El apartamento tenía una habitación que era recibidor/salón/comedor/cocina y un baño diminuto. El olor en toda la casa era muy peculiar, pero lo peor fue que todo estaba a pie de calle y una de las camas quedaba justo de cara a una ventana que no se podía cerrar ni tapar, cualquiera que pasara por allí podía ver la casa entera. Fue un mal rollo de noche, no pudimos dormir. La valoración de Vicente para nosotras fue un “o.k… correctos…”

¿Cuál es vuestro momento musical favorito, propio o ajeno, de todos los que habéis vivido en Benidorm?
Sin duda María Jesús y Su Acordeón, aunque empata con cualquier guiri tajao cantando la de ‘Titanic’ en el karaoke.

¿Qué opinión os merece el famoso skyline de la ciudad, que a muchos horroriza y a otros fascina?
Olga, hasta la tercera visita, no se acabó de acostumbrar al estilo kitsch, ahora nos fascina a los cuatro. Los tonos pastel son otro nivel. La verdad es que cada vez que vas la ciudad te va atrapando un poco más.

«Sería lo más encontrarnos a Ylenia también»

Benidorm se relaciona habitualmente con dos celebrities: Belén Esteban y María Jesús Grados, la del acordeón. ¿Habéis coincidido alguna vez con ellas? ¿Os habéis pasado a ver algún show de la última en su propio local?
¡No hemos coincidido nunca! ¡Nos habría encantado! Fuimos a ver el local de María Jesús, pero ella no estaba :( Sería lo más encontrarnos a Ylenia también.

¿La ciudad o alguna de vuestras experiencias en ella os han inspirado alguna canción? ¿Cuál?
Benidorm es una fuente de inspiración sin duda. Uno de los temas del último EP, ‘No Acabará’, está inspirada en Benidorm, aunque tristemente no en nada bizarro, sino en un momento bastante cursi. Y en ‘La Fuga‘ también hablamos de «escaparnos a Benidorm».

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