The Music Republic confirma que ha comprado el FIB: ¿qué puede significar?

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The Music Republic confirma que ha comprado el FIB: ¿qué puede significar?

En sintonía con la noticia que ocupaba la primera plana de la prensa local estos días en Benicàssim, The Music Republic ha confirmado la compra del Festival de Benicàssim. Se trata de la promotora detrás de festivales como Arenal Sound, Granada Sound, Madrid Salvaje, Festival de les Arts y Viña Rock. Foto: Bikus para FIB 2019.

Así lo explican en una nota de prensa, en la que indican haber «comunicado a la alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, el acuerdo que se ha alcanzado con la propiedad actual de FIB para la toma de control y gestión del festival en años sucesivos». En la nota recuerdan sus «más de 10 años de experiencia en el sector» y a su vez afirman conocer «la gran historia que precede al FIB, con 25 ediciones a sus espaldas y un largo recorrido que lo han convertido en una marca reconocida a nivel mundial».

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Continúan indicando que «el objetivo de la promotora no es otro que mantener su esencia y fortalecer la confianza del público para posicionar de nuevo a FIB en lo más alto del panorama internacional en cuanto al cartel artístico y mejorar los estándares de calidad cuidando cada detalle al máximo», refiriéndose sin duda a sus resultados este año, 114.000 asistencias que pululan entre los buenos resultados del sábado (37.000 espectadores) y los malos del jueves (18.000).

La noticia deja en el aire lo que sucederá con el personal de Maraworld, la empresa que había gestionado hasta ahora el FIB incluso después de la venta de los hermanos Morán a los británicos, y en la que subsistían desde hace más de dos décadas personas tan conocidas en la escena independiente como Joan Vich (Ground Control, ex músico de Single o Jonston) o el DJ y también músico Aldo Linares. El País entrevistaba a ambos hace unos días y ahí ya el propio Vich anunciaba, sin que se supiera nada de la compra: «Después de esta edición es probable que haya una reorganización en cuanto a estilos y géneros». Aldo añadía: «Antes todo era pop, rock e indie, pero con el tiempo descubres nuevas corrientes y gente joven de la que aprender». Está por ver si ese interés por «mantener su esencia» que promete The Music Republic incluye la dedicación al público británico, pues el FIB ha sido pionero en traernos a artistas de dicho país como Ride, The Jesus and Mary Chain, Suede, luego Amy Winehouse, y últimamente Chvrches, AlunaGeorge, Jess Glynne, Katy B o Clean Bandit; pero quizá sea replanteable si finalmente hay Brexit (el porcentaje «guiri» ha bajado este año a un 40%). O si también se es fiel al gusto del FIB por apoyar la escena nacional independiente que no arrastra aún enormes masas de gente, este año por ejemplo representada por Cariño, Monterrosa o Kokoshca. Al fin y al cabo, ¿quién se compra algo para no realizar cambios?

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Una de las principales diferencias entre FIB y el cercano y exitoso Arenal Sound, que también se celebra en la provincia de Castellón, es el precio de los abonos, mucho más baratos en el segundo caso por su dedicación a un público nacional mucho más joven, con un perfil mucho más abierto para la contratación de influencers, estrellas de música urbana (ojo, Arenal Sound fue pionero en contratar a Bad Bunny, antes que Coachella, el Sónar o Río Babel) y concursantes de Operación Triunfo, un programa cada vez mejor visto, por su perfil ligeramente más alternativo, pero que al menos hasta ahora en el FIB no han tenido cabida. Además, ese público joven es el más proclive a acampar a 30 grados de calor húmedo. Pero quizá no sea la idea realizar dos festivales parecidos con una diferencia de 15 días y a tan pocos kilómetros, pero parece difícil que no influya absolutamente nada en cuanto a contratación, cuando este mismo año ya había alguna coincidencia en el cartel (Vetusta Morla, Carolina Durante, Cupido). Es pronto para hacerse estas preguntas, cuando el FIB aún no ha confirmado sus fechas para 2020: probablemente no lo averigüemos hasta que tengamos sobre la mesa las primeras confirmaciones, que suelen -o solían- llegar en otoño.

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