RAMMSTEIN / RAMMSTEIN

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RAMMSTEIN / RAMMSTEIN

¡Rammstein han vuelto! Ya hace mucho que su fórmula se volvió acomodaticia, que no asustan y que sus polémicas se ven forzadísimas (¡ningún álbum sin la suya!). Pero se le coge cariño a su metal industrial a granel, a la voz retumbante de Till Lindemann y a la imagen del grupo, aparatosa, manierista y socarrona. Así que un poco de menos se les echaba.

Pero el suyo ha sido un retorno discreto, musicalmente hablando. ‘Deutschland’ no es un mal disco estrictamente, pero entiendo que, para haber pasado casi diez años de su anterior lanzamiento, a los fans les pueda saber a poco. Entre otras cosas, porque definitivamente, se dejan llevar por una deriva algo más pop, suavizada, que, sin embargo, resulta más accesible para el no fanático. Así, la receta les ha quedado mejor, más ligerita que en ‘Liebe ist für alle da’. A esta sensación de ser más digerible contribuye el abrir con dos de los singles, ‘Deutschland’ y ‘Radio’. La primera es de sonido Rammstein canónico, con bien de coros wagnerianos, riffs pesados, líneas de teclado heavy, sentido apocalíptico y melodía pegadiza. El autohomenaje se redondea en su primera estrofa, ya que las primeras palabras que Lindemann pronuncia son “Du hast”. No se puede ignorar la controversia suscitada por la canción y su correspondiente clip. Este muestra imágenes de la violencia a lo largo de la historia alemana, y corre el riesgo de banalizar el nazismo y el Holocausto. Y la letra es muy ambigua. Parece un lamento en que se declara el amor a la patria a pesar de sus errores y violencia (esa es la lectura que se colige). Incluso tienen las narices de cantar el “Deutschland, Deutschland, über allen”. El asunto, por eso, no va más allá, y el resto del disco rehuye cualquier otro atisbo de polémica. Al menos, líricamente.

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Volviendo a las canciones, ‘Radio’ también es muy amena. Incluye, claro, guitarrazos, ritmos pesados y sintetizadores, pero la recorre un guiño hacia el techno de los 80 (y el toque Kraftwerk, que tampoco falte), a pesar de que el estribillo no es todo lo redondo que las estrofas y puente hacían presagiar. Las buenas sensaciones se apuntalan durante el resto de la primera mitad; los coros épicos y las guitarras de inicio de ‘Zeig Dich’ apuntan a algo diferente, aunque deriven en la bacanal sonora habitual y el aullido de Tillerman los acerque a Héroes de Silencio. ‘Ausländer’ es zumbona, sus coros pitufos se quedan insidiosamente en la cabeza, aunque parte de su letra dé un poco de vergüenza ajena (“Mi amor, mon cherie. Ciao ragazza”).

En la segunda mitad el disco pierde la garra y se torna más plúmbeo, a pesar de que se detectan los esfuerzos de la banda por no ser tan repetitivos, de ofrecer ciertos toques que amplíen su cuadriculado sonido habitual. ‘Sex’ es prácticamente heavy laquero, y es bastante menos burda que ‘Pussy’. Hay varios temas que tienden hacia una concepción menos industrial, más gótica, como ‘Puppe’ o ‘Was Ich Liiebe’. Rematan este camino con una balada bastante alejada de su sonido habitual, ‘Diamant’, elaborada sobre cuerdas y coros barrocos, donde Lindemann se permite el lujo hasta de cantar. Pero son esfuerzos un tanto vanos. Hacia el final ya reina el piñón fijo habitual y el exceso de acomodamiento, a Rammstein les falla el factor “apisonadora” para ser avasalladores y se quedan en correctos. Imagino que a estas alturas nadie espera que varíen demasiado su fórmula. Pero se agradece que no hayan caído del todo en la autoparodia.

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Calificación: 5,8/10
Lo mejor: ‘Deutschland’, ‘Radio’, ‘Auslander’, ‘Diamant’
Te gustará si te gustan: Rammstein (obvio), Laibach
Escúchalo: Spotify

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