Los MTV EMA se celebraban ancoche por segundo año consecutivo en España, y por primera vez en Sevilla. JENESAISPOP estuvo por primera vez invitado a los premios y, al margen de los premiados, de los que ya os ha hablado mi compañero Jordi Bardají, la verdad es que pudimos ver una gala cuyo nivel de producción está a años luz de lo que estamos acostumbrados a ver en las galas de música nacionales, y por supuesto nada tediosa o alargada. Quizás, de hecho, todo demasiado masticadito: pocas sorpresas (si acaso, lo de Liam Gallagher) y poca improvisación. Pero no se puede decir que el evento fuese previsible del todo: dentro de que los protagonistas fueron los esperados, no lo fueron por las razones que todos hubiésemos dicho. Empezando por Dua Lipa y Becky G: muchas veces infravaloradas, ambas clavaron su misión de atar bien la gala. Esto no es una gala de los Goya y MTV domina el concepto de televisión-espectáculo: se nota en lo bien planteado que estaba el comienzo y el cierre de la gala. Así, lo primero que vimos fue a Dua Lipa presentando por primera vez en directo el single de su nueva era, ‘Don’t Start Now‘, y con lo que nos despedimos fue con la presentadora del evento, Becky G, haciendo un medley que unía una de sus últimas propuestas, ’24/7′, con sus dos megahits, ‘Sin Pijama’ y ‘Mayores’.
Desde la última vez que vi en directo a Dua Lipa, la verdad es que la intérprete de ‘Be The One’ ha tenido una evolución bastante positiva en cuanto a carisma y presencia en el escenario. Si antes de la gala, aunque intuía que iba a abrir ella por ser la exclusiva de ese ‘Don’t Start Now’ lanzado dos días antes, no estaba muy convencido de la idea, se me disiparon las dudas a medida que Dua se iba ganando a los allí presentes. Y en cuanto a Becky, ya tiene mérito salir ochocientas veces a nombrar premiados y a hacerle preguntas a los famosos allí presentes (a destacar ese momento con Rosalía, con el público a tope de fangirleo, gritando por una colaboración), salir también a cantar con Akon en mitad de la gala y, aún así, cerrarla por todo lo alto con un popurrí-fiesta como el que hizo. Si la cantante quiere reforzar su estatus con este tipo de movimientos ahora que se ha lanzado a los largos con ‘Mala Santa‘, va por buen camino.
Pero lo mejor de la noche fue para Halsey. En la afterparty, uno de los temas comentados entre la prensa fue la espantá de la autora de ‘Bad At Love’, que canceló a última hora toda la promo que tenía prevista hacer (incluida una entrevista con JENESAISPOP), para dedicarse enteramente a los ensayos. Y el comentario general es que después de verla interpretando ‘Graveyard‘ nos daba más coraje aún no haber podido hablar con ella, puesto que sin duda fue una de las actuaciones de la noche. Descalza y con saltitos a lo Florence, la cantante mostró una cara más amable que de costumbre mientras defendía este estupendo single.
Menos acertadas fueron las actuaciones de Mabel, Niall Horan y, especialmente, Ava Max. Y, por otro lado, bastante bien los NCT-127. El caso de la boyband coreana es curioso, pues son superestrellas (para cierto sector del público, probablemente eran la principal razón para ver los premios), pero a la vez son desconocidos para los ajenos al mundo del k-pop. Pero unos y otros vibraron con una actuación bastante solvente de su ‘Highway to Heaven’, un tema que, además, no está nada mal.
Rosalía iba a ser otra de las protagonistas, eso no pilló a nadie por sorpresa, pero sí lo hizo la forma en que decidió plantear su (poco) tiempo sobre el escenario. En menos de cuatro minutos metió el estribillo a cappella de ‘Pienso en tu mirá’, la mitad de ‘Di mi nombre’ y hasta se echó un bailecito con una versión de ‘Embrujao’ de Parrita de fondo. No, esta vez tampoco hubo ‘Con Altura’, pero es que además tampoco hubo una gran demostración vocal ni una calculadísima presentación de la artista como en los VMA. Quizás como cierre a la era ‘El Mal Querer’, quizás por tratarse de Sevilla (ya me contó, antes de todo este boom, lo que significaba para ella actuar en esta ciudad), el caso es que esta vez el protagonismo no fue tanto para ella como para el flamenco en sí, y para todas las personas que estaban en ese improvisado tablao.
El estatus internacional de Rosalía es tal que casi que la contamos más como estrella internacional que como “artista del país anfitrión que actúa en la gala”, de modo que se echó en falta a algún artista nacional. La mejor opción parecía Lola Indigo, que además se había llevado el Premio al Mejor Artista Español (otorgados entre varios candidatos del país anfitrión), y muchos de hecho pensamos que habría sorpresa al ver el outfit que llevaba la hueteña… pero no. Quizás fue descartada porque su target fuera de España está más en Latinoamérica que en el resto de Europa, pero ante esto: a) no creo que el resto de europeos tuviese muchas más ganas de ver a Akon o Ava Max, ni una repetición de la actuación el día anterior de Green Day, y b) viendo los shows que acostumbra a montar Mimi Doblas, creo que perfectamente podría habernos dado un numerazo.
Y si de protagonistas inesperados se trata, hay que mencionar tres puntos más. Por un lado, las stories de Instagram… o, más bien, los vídeos en ese formato que se grababan los artistas ausentes para agradecer su premio. Tengamos en cuenta que gente como Taylor Swift, Billie Eilish, Nicki Minaj, Ariana Grande o Shawn Mendes estaban nominados pero no volaron hasta Sevilla, así que el mecanismo de los vídeos se usó en numerosas ocasiones. Tampoco deslució mucho la gala, puesto que las miradas, más que en los premios (las entregas y agradecimientos tenían el mismo ritmo rápido de la gala), estaban puestas en las actuaciones. Por otro lado, Liam Gallagher. ‘Wonderwall’ –junto a ‘Once’, de su reciente disco en solitario– sonó en los EMA, sí. También ‘We Appreciate Power’: esperamos que los royalties reconcilien a Grimes con la canción, porque los acordes del tema sonaron mil veces cuando se daba paso a las categorías de premios.
Y, por último, Pabllo Vittar: ¡¿qué hacía actuando en la alfombra roja pero no en la gala?! Vale, la actuación en la alfombra tuvo su aquel, pero la gala se hubiese beneficiado de algo como ‘Flash Pose’ y del rollazo de la brasileña. La autora de ‘Buzina’ se paseó luego por la fiesta posterior, donde también estaban artistas nacionales e internacionales, pesos pesados de discográficas y de productoras de conciertos y, por supuesto, influencers tipo Dulceida o Jonan, y donde teníamos tanto sesiones de DJs como numerazos de bailarines (hemos intentado localizar el nombre de un chico y una chica que estuvieron especialmente bien, de momento sin éxito) y hasta un pequeño show de flamenco.