Meister of the Week: Le Parody habla de cómo hacer giras por todo el mundo sin ser una superestrella

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Meister of the Week: Le Parody habla de cómo hacer giras por todo el mundo sin ser una superestrella

Le Parody ha publicado uno de los discos nacionales más interesantes de este año, como en su momento lo fueron ‘Cásala’ y ‘Hondo’. En su nuevo álbum ‘Porvernir‘ canta sobre la vieja Europa utilizando tanto samples como sonidos del folclore de nuestro país, orientales y ritmos techno. Lo continúa presentando en directo y, tras pasar por Monkey Week, el viernes 30 de noviembre aguarda concierto gratuito en Barcelona, el 6 de diciembre en Madrid y el 13 de diciembre en Tenerife. Sole es la nueva invitada de nuestra sección «Meister of the Week» auspiciada por Jägermusic, en la que ha querido hablar sobre cómo realizar giras por todo el mundo sin grandes presupuestos o infraestructuras.

¿Cómo explicas que una artista como tú haya podido girar por diferentes lugares del mundo como Manila, México, Londres o Berlín sin promo y sin publicidad?
Bueno, hay muchos factores y cada viaje ha tenido una razón distinta, pero yo diría que ser un culo inquieto es el ingrediente principal de la receta. Tengo buenos amigos en muchos sitios, ese es otro elemento clave. No es lo mismo intentar entrar en la escena musical de una ciudad de nuevas, sin conocer a nadie, que entrar de la mano de alguien que vive y se mueve por allí.

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En ocasiones, has expresado que crees que hay una especie de red underground que conecta diferentes locales del mundo. ¿Te refieres más a locales, ciudades, escenas?
Sí, me refiero a un tipo de escena muy concreta, que he visto repetirse en casi todas partes: esa escena que se construye a partir del público y no a partir del artista. O sea, un grupo de gente se junta y programa cosas en un sitio, y la artista que toque en cada ocasión da más o menos igual. El público está allí, tú eres la invitada y no al revés. Eso me parece precioso y me ha dado las mejores experiencias que he tenido haciendo música. Llegar a un sitio y que la gente no sepa ni cómo te llamas pero flipen con lo que haces… Formar parte de la fiesta, acabar en cualquier sitio, conocer las escenas desde dentro, sin presiones de ventas o promociones. Digo que es como una red porque funciona un poco así, tocas en Londres y allí conoces a alguien que te pasa un contacto en Buenos Aires, o te escribe alguien que vio que tocaste en el Lady Fest de Madrid porque está montando un Lady Fest en Bruselas…

A veces los artistas cuentan que han tocado en sitios muy peregrinos gracias a subvenciones públicas o acuerdos de España con otros países para promocionar la cultura. No sé si ha sido tu caso, o no siempre, pero alguna vez…
¡Sí! He hecho tres giras así, dos gracias al programa de artistas en itinerancia de la AECID, por USA y Sudamérica y luego el viaje a Filipinas, con el Cervantes y la embajada. Fueron experiencias muy variadas, muy intensas y también duras. Ahí la cosa no es como te contaba antes, que vas a un sitio a tu aire y te integras; es casi lo opuesto: llegas como en una cápsula espacial y apenas te da tiempo a asimilarlo todo. Porque aparte de los conciertos ofreces talleres, y luego hay que hacer promo, reuniones, visitas institucionales… Lo de los sitios peregrinos, yo más bien diría que son como conciertos sorpresa. Toqué para una sala llena en Washington DC, en una especie de oficina de un centro cultural en La Paz con la gente entrando y saliendo, en otro centro cultural lleno de gente de la tercera edad en Miami, en un teatro enorme (medio vacío…) en Santiago de Chile, en un garito muy animado en Manila lleno de una mezcla de público español y público local, en un café-teatro en Santa Cruz en Bolivia, en un bar de spoken word en Nueva York…

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¿En qué lugar te ha parecido que la gente era más receptiva aunque no te conociera, hacia tu música?
En muchos sitios se han dado situaciones maravillosas de gente muy emocionada con mis conciertos, pero más que con las ciudades yo creo que ha tenido que ver con los tipos de eventos. Me pasó en Londres, las primeras veces, que toqué en DIG, una okupa increíble de allí que ya no existe (las okupas en Londres son, o eran, algo distintas a las de aquí, porque hasta hace poco había una posibilidad legal de cesión y la gente montaba eventos increíbles), en Buenos Aires, en Bruselas… En Puebla (México) se me formó una cola enorme para que firmara autógrafos, pero luego me dijeron que allí es un poco tradición, seas quien seas, je…

«Muchas veces fuera de España me he sentido más relajada, sin tanta ansiedad pensando en ventas y asistencia»

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¿En algún momento de tu vida has sentido que ha sido más fácil girar por 5 países distintos a España que por 5 provincias de nuestro país?
A ver, desde luego no más fácil en cuanto a logística o contratación, porque aquí en España con Born, mi agencia, nos movemos bien, pero sí que muchas veces fuera me he sentido más relajada, sin tanta ansiedad pensando en ventas y asistencia.

¿Puede tener algo que ver que en muchos países están acostumbrados a ir a conciertos de lo que sea, a ver cosas en directo porque sí, mucho más que en España, que salvo en recintos contados, solo vamos a ver en directo cosas muy concretas?
Quizás sí, aunque como mis experiencias han sido tan variadas no puedo generalizar. Pero sí que me ha llamado mucho la atención en muchos sitios que la gente viniera a ver el concierto sin conocerme previamente. Sí que me parece que hay lugares en los que hay mucha más cultura de ir a ver cosas. En Buenos Aires hace cuatro años fue una locura. Iba para un mes a ver a una amiga, con un concierto programado, y acabaron saliendo otros tres, y en todos los sitios había gente. En Londres también me parece que hay mucho movimiento.

Cuando has escogido este tema, ¿estabas pensando en algún tipo de evento underground concreto internacional que te haya gustado de manera concreta?
Más bien pensaba en este asunto en general, ya sabes que yo estoy todo el rato a vueltas con el tema del dinero, la angustia esta de que todo tenga que moverse en los términos del capitalismo, y resulta que en la música me he encontrado esta especie de resquicio de mundo antiguo, lo de poder ir así trotando de ciudad en ciudad como un juglar… Me gusta hablar de esto, contar que es posible.

«Frente a la angustia de moverse en los términos del capitalismo, en la música he encontrado esta especie de resquicio de mundo antiguo, poder ir trotando de ciudad en ciudad como un juglar»

Cuando nos comentabas el tema, decías que habías compartido este mismo sentir de la «red underground» con otros artistas. ¿En quién estabas pensando? Por ejemplo, recuerdo que Hinds contaban que se habían hecho amigas de Anna of the North, que es algo que nunca habría adivinado. No sé si te ha pasado algo así, coincidir en un sentir con alguien que por estilo no tenía nada que ver.
Me he cruzado con un montón de artistas en estos años, y tengo anécdotas curiosas como que compartí escenario con Nicola Cruz en uno de sus primeros conciertos, en el Niceto en Buenos Aires, y así han surgido también otras amistades con gente que ahora es bastante grande, pero que no te nombro porque esto es como lo de hacerse fotos con famosos, me da mucha vergüenza ajena la gente que lo hace, así que yo no lo hago… Pero sobre todo me he cruzado con artistas más o menos underground y sí, independientemente del estilo de música con todos he sentido una conexión parecida. Con Dat García o Mariana Parawäy, de Argentina, con Olivier Margerit en Francia, con BP Valenzuela en Manila, Algodón Egipcio en DF, Gizmo Varillas en Londres, con los de GusGus, un dúo islandés de techno que me encanta y que (esto fue alucinante), los conocí en un festival en un pueblo de Galicia este verano, o con Ami Dang, una música estadounidense, de Baltimore, con ascendencia hindú, a quien conocí casi de casualidad en Chile después de que contactara conmigo porque le había salido mi disco ‘Hondo’ como música relacionada a la suya en Spotify.

También nos decías que parece que si no eres una megaestrella, no puedes hacer una gira internacional. No sé si por megaestrella entendemos solamente Rosalía, Enrique Iglesias, o estabas hablando de gente tamaño Delorean en su momento, Hinds, etcétera.
Bueno, giras al estilo Rosalía o Enrique Iglesias desde luego que quedan a años luz de lo posible para artistas como yo, pero también me parece que Hinds y Delorean se mueven a un nivel bastante grande. Llenan salas, pueden girar por ahí de forma sostenida (y sostenible). A mí me encantó cómo iban compartiendo su experiencia las Hinds cuando empezaban, porque se veía que la cosa fue surgiendo también así, en circuitos underground. Pero yo aquí a lo que me estoy refiriendo es a una capa aún más «under». Es posible moverse y hacer cosas fuera aún sin tirón de público previo. Y aunque muchas veces se pinche y se haga casi más por placer que por dinero, muchas otras veces, por sorprendente que pueda parecer, llega incluso a salir rentable.

«Aunque muchas veces se pinche y se haga casi más por placer que por dinero, muchas otras veces, por sorprendente que pueda parecer, llega incluso a salir rentable»

¿Cuál es el sitio o la fiesta más insólito en que te has encontrado actuando?
Jaja, ¡no podría elegir uno solo! Me estoy acordando de que en Manila, para promocionar el concierto, toqué en una radio local, un programa al que podía entrar público. Después de mí actuaba un dúo de chicos por lo visto muy famosos allí, que hacían algo así como K-pop, y aquello se llenó de público filipino muy joven con peinados increíbles. Cuando los chicos pasaron a actuar después de lo mío, se hicieron una versión de ‘Despacito’. A veces la globalización colisiona con lo ultra-local y te explota la cabeza…

¿Alguna otra anécdota que recuerdes de este tipo de conciertos en países recónditos y no hayas contado nunca?
Anécdotas tengo miles, así pensando en lugares recónditos se me viene a la cabeza Ivano Frankivsk, en Ucrania. Toqué en un festival allí, había un montón de historias a la misma hora que tocaba yo, que además tocaba temprano, y pensé que no vendría nadie, pero aquello se llenó: otro ejemplo de lugar en el que la gente se mueve a ver cosas sin tener que ser necesariamente conocidas. Luego pasé la noche de fiesta con gente de allí. Recuerdo que nadie hablaba apenas inglés, y lo curioso es que al cabo de un rato, sin saber cómo, estábamos hablando en una mezcla de español y ucraniano de lo más fluida. Que sí, que el alcohol igual influye… (risas) pero no solo. Se dan situaciones de comunicación increíbles cuando conectas con gente en la misma onda… me ha pasado en más sitios.

¿Algún país en el que, después de todas las vueltas que has dado, te parece absurdo haberte saltado? Por ejemplo, no has mencionado los más cercanos: Italia, Francia, Portugal… no sé si por ser muy obvios o cómo…
Pues mira, en Portugal sí que he tocado bastante, y en sitios muy guays, porque Born, mi agencia, se mueve también ahí. Quizás por eso no lo he mencionado, se me hace casi parte de las giras por España. Portugal es increíble, los músicos españoles tendríamos que estar tocando por allí mucho más. Y en Francia también he tocado, aunque no tanto como me gustaría. Pero justo ahora que lo mencionas, sí que se me hace raro no haber tocado en Italia, que me gustaría, vaya, más aún viniendo de familia italiana… ¡A ver qué sorpresas me trae (el) porvenir!

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