Una de las películas que más ha estado en la conversación de cara a los premios de la industria desde su estreno en el Festival de Venecia ha sido ‘Historia de un matrimonio’, donde irónicamente se fue de vacío. En este último trabajo Noah Baumbach, una de las figuras más importantes en el cine independiente americano de los últimos años, se basa en su propia experiencia personal, representando el proceso del divorcio de un matrimonio con un hijo de ocho años. Así, Adam Driver interpreta a una suerte de su alter ego y Scarlett Johansson a una versión de Jennifer Jason Leigh (exmujer del director neoyorkino). La propia elección del título de la cinta es interesante, puesto que quizá hubiese resultado más lógico “Historia de un divorcio”, pues todo lo que vemos en pantalla es a una pareja que ha decidido separarse, pero la elección de la palabra “matrimonio” revela muchos más matices, como un inmenso cariño a los dos protagonistas de esta historia. Porque por paradójico que pueda resultar, ‘Historia de un matrimonio’ se puede entender como una película romántica.
En su prodigiosa presentación de personajes, las voces en off de cada uno de ellos narran lo que les gusta de cada uno, con sus virtudes y sus defectos; pequeños detalles y manías que marcan sus personalidades. Con esta idea tan sencilla como poderosa, construye una pasada y feliz vida juntos en tan solo unos pocos minutos. A partir de ahí llega lo doloroso: afrontar un proceso que si bien ambas partes quieren que sea lo menos conflictivo posible, los problemas no tardan en llegar. Él quiere vivir en Nueva York y seguir con su carrera como director de teatro en Broadway; ella regresar a Los Angeles, su ciudad natal, y volver a meterse en la industria de Hollywood. Al tener un hijo en común, la solución no es nada fácil.
Baumbach utiliza numerosos planos secuencia para dotar a los actores de libertad, aportando así una mayor naturalidad a una puesta en escena bastante teatral; hay escenas que se construyen en base a un monólogo de uno de los actores. Tanto Adam Driver como Scarlett Johansson dan lo mejor de sí mismos, despojándose de glamour y aires de superestrellas para dar vida a personajes tan humanos que parecen reales. Uno se olvida que está viendo a dos de los actores del momento, solo vemos a Nicole y a Charlie, una pareja que se ha querido (que se quiere) en uno de los momentos más difíciles de sus vidas. Los diálogos y situaciones de Baumbach nunca habían brillado tanto como aquí; nunca tan sinceros, brillantes y certeros. Incluso en su profundo dramatismo, encuentra momentos para el habitual toque humorístico de su autor, aquí tan elegante como alocado (una maravillosa escena que implica a una trabajadora social, Driver y un cuchillo). También hay lugar para la música, como la aclamada secuencia en la que Adam Driver canta con desesperación ‘Being Alive’ de Stephen Sondheim.
Todo este cúmulo de virtudes, hacen que ‘Historia de un matrimonio’, sea el mejor trabajo en la carrera de Noah Baumbach. El director de ‘Frances Ha’ se apoya en su excelente reparto, donde no sólo brillan Driver y Johansson, sino también todos los secundarios, especialmente una grandiosa Laura Dern en un papel similar a su ya mítica Renata en ‘Big Little Lies‘, que además cuenta con uno de los mejores momentos de la película: un hilarante monólogo sobre la Virgen María. Sus más de dos horas transcurren con ligereza pese a su intensidad; es una obra hecha en estado de gracia, de esas en la que todo fluye, de las que camuflan su complejidad con simpleza. ‘Historia de un matrimonio’ no es una historia sobre el desamor. Es una historia de amor entre dos personas que ya no quieren estar juntas: de lo que fue y de lo que queda. Su final, tan agridulce como lleno de ternura, supone el broche perfecto a dos personajes que perdurarán en la memoria cinéfila. 8.