Hay algo bastante siniestro en calzarte el traje de Papa Noel en pleno mes de junio para grabar un disco navideño, pero Robbie Williams nunca tuvo miedo a hacer el ridículo y el autor de ‘Let Me Entertain You’ está de vuelta con un disco de temporada con el que sucede a ‘The Heavy Entertainment Show‘ (2016). En una de las canciones de ‘The Christmas Present’, ‘It’s a Wonderful Life’, alguien pregunta «¿quién es el número 1 de la Navidad», a lo que él mismo responde que es «él»; y aunque Rod Stewart -que colabora aquí, por cierto- está siendo el verdadero rey de las listas en las islas británicas, a Williams le está funcionando muy bien esta mezcla de villancicos y temas propios con la que sí ha alcanzado el top 1 de álbumes en su país tras un rifirrafe con Coldplay.
Robbie Williams dice que se había propuesto acabar con «el monopolio de Michael Bublé» durante la Navidad, pero lo cierto es que no ha ofrecido nada demasiado diferente. Sobre todo la primera mitad de este disco doble se compone de su adaptación de canciones tan sobadas como ‘Let It Snow! Let It Snow! Let It Snow!’, ‘Winter Wonderland’ o ‘Santa Baby’, y otras similares en las que se muestra tan cómodo como le vimos en aquel disco de swing que sacó con la participación de la mismísima Nicole Kidman. Las canciones originales son en general cosas tan blancas como ‘Coco’s Christmas Lullaby’, en la que se acompaña de coros infantiles; o ‘Best Christmas Ever’, en la que afirma que ahora sí cree en Santa Claus, realzando los valores familiares.
Después de un mensaje navideño que ni el del Rey, ‘Coco’s Christmas Lullaby Reprise’, comienza el disco 2, más entregado al pop-rock. Solo la multitud de veces que aparece la palabra «Christmas» libra a canciones como ‘Darkest Night’ de ser una composición de Robbie Williams que podría sonar en cualquier estación del año. El sexo y las drogas hacen en ella acto de presencia como excepción, mientras el humor aparece de milagro en una ‘Snowflakes’ que retrata una reunión familiar atípica, aunque no sea de la manera más inteligente posible («La nueva novia de papá es de Taiwán / es nueva en el país y tiene 21 años / se conocieron en internet y ahora es mi madre»). Entre canciones más grandes que la vida como ‘Idlewild’, otras que suenan a sintonía televisiva (‘Happy birthday, Jesus Christ’) y ciertas críticas al consumismo (‘Let’s Not Go Shopping’), ‘The Christmas Present’ se va desarrollando algo indeciso, mostrando una mezcla de pop-rock y villancicos puros y duros que impide que el disco fluya. A lo que no contribuyen ni ese extraño final electrónico de ‘Soul Transmission’ ni los innumerables bonus tracks en los que cabe hasta el funky de ‘Merry Kissmas’. Sin embargo, entre esta treintena de canciones sí hay suficientes muestras de que la llama del binomio Robbie Williams y su mano derecha en la producción Guy Chambers aún no se ha apagado: sin ser enormes clásicos navideños, ‘Rudolph’, ‘Idlewild’ y ‘New Year’s Day’ son composiciones bastante apañadas.
Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘Darkest Night’, ‘Idlewild’, ‘Rudolph’
Te gustará si te gusta: lo mismo el Robbie swing, que el pop-rock
Escúchalo: ‘Darkest Night‘.