“El tecnopop ha sido una revelación, ya por fin hago lo que quería hacer” era una de las declaraciones más sonadas que nos ofrecía Algora hace un par de días, cuando charlábamos con él sobre su nuevo álbum ‘Un extraño entre las rosas‘, el Disco de la Semana que termina para nuestra redacción. 10 canciones redondas en las que emerge una nueva personalidad de Víctor Algora, más hedonista y bailable que nunca… aunque sus letras estén repletas de melancolía y reflexiones sobre el mundo contemporáneo. El abandono de la guitarra como instrumento clave de su sonido en favor de los sintetizadores ha propiciado que emerjan en su música influencias que tienen un sonido claramente ochentero… pero no necesariamente proveniente de esa época. Así, componemos esta selección de 5 álbumes de artistas que nos mencionó en dicha charla como referentes, 5 discos para bailar con lágrimas en los ojos –como cantaban Ultravox– como el suyo que resuenan en ‘Un extraño entre las rosas’.
Austra / Future Politics (2017)
En 2017, cuando Algora publicaba ‘Folclore de rascacielos‘, le hacíamos una entrevista en la que se confesaba fascinado por ‘Future Politics‘, el tercer disco de estudio de la canadiense Katie Stelmanis bajo su alias Austra. Al margen de la palpable conexión estética entre este disco y canciones como ‘Fotos en los gimnasios’, coinciden en su compartida querencia hacia las pistas de baile menos obvias. Además, también era un disco que se proyectaba hacia un futuro hipotético basándose en la situación política del momento (la irrupción de Donald Trump en la Casa Blanca estaba aún reciente). De manera similar, Algora nos explicaba que la inspiración original de su nuevo trabajo era el retrofuturismo, «utopías, distopías…» Sin embargo, esa idea fue maleándose a medida que se fue desarrollando: “Quería hacer un disco sobre el futuro (…) y al final me ha quedado un disco sobre el presente”, concluía.
John Maus / We Must Become the Pitiless Censors of Ourselves (2011)
Junto con el de Ariel Pink, el de su colaborador frecuente John Maus era otro de los nombres que, preguntado por los referentes estéticos del disco, Algora nos mencionaba. Lo cierto es que la producción de Víctor con Raúl Querido para este disco es más límpida y clara que la de un disco brumoso y por momentos sucio como ‘We Must Become the Pitiless Censors of Ourselves‘, la obra cumbre de este profesor universitario de filosofía metido a músico (o al revés) que le sacaba del underground. Lo cierto es que canciones cargadas de sintetizadores retro como ‘Believer’, ‘Quantum Leap’ o ‘Head for the Country’ rememoran –muy a su manera– tanto al legado de OMD, Ultravox o ABC como lo pueden hacer temas como ‘Drogas nuevas’, ‘Disco mágico’ o ‘Chicos transparentes’. Además, el nuevo planteamiento de directo de Víctor, en el que se centrará en cantar y bailar gracias a la preponderancia de los teclados, recuerda a aquel con el que John Maus nos impactó años atrás (años después volvía con banda, resultando algo más anodino). Como anécdota final, cabe destacar que el baladón ‘Hey Moon’ se ha convertido de la noche a la mañana en el mayor éxito de Maus en cifras de streaming gracias a un feliz accidente: suena en un capítulo de la exitosa ‘Élite’ de Netflix.
Mecano / ¿Dónde está el país de las hadas? (1983)
En nuestra conversación Algora aludía a referentes contemporáneos para explicar la presencia de sonidos de los 80 en su más reciente obra. Pero el nombre de la época que no pudo ni quiso eludir fue el de Mecano. Su herencia se hace muy evidente en varios pasajes del disco, como el tecnopop pizpireto (y no solo en su base electrónica, sino también en los giros melódicos algo españoletos y algunos pasajes instrumentales) de ‘El último hombre en Europa’ y ‘Estrella fugaz’. Incluso se diría que ‘Reflexiones de una vieja lavadora’ es una letra que alguno de los hermanos Cano podría haber escrito para que la cantara Ana Torroja en ‘¿Dónde está el país de las hadas?‘, segundo disco del trío madrileño y uno de los que han marcado profundamente a Algora: «los tengo metidos hasta la médula», admite. Si las diversas referencias políticosociales y a la vida en la capital que pululan en ‘Un extraño entre las rosas’ nos remiten a la ironía de ‘Madrid’ o ‘La fiesta nacional’, ‘El amante de fuego’ se emparenta con las metáforas sobre la creciente dificultad para amar. E incluso ‘Viaje espacial’ tiene algo de ese retrofuturismo que servía de punto de partida a Víctor para comenzar a escribir.
MGMT / Little Dark Age (2017)
«Me flipan MGMT», nos decía explícitamente Víctor en la entrevista publicada el pasado martes. Y la verdad es que esta sí que era una referencia que no nos veíamos venir de su parte. Nunca hubiéramos adivinado que la deriva electro-rock-psicodélica de Ben Goldwasser y Andrew Van Wyngarden en sus tres primeros álbumes podría haber sido tan importante para Algora, ni siquiera en sus trabajos más experimentales. Sin embargo, sí es posible establecer un paralelismo con el último álbum del inclasificable dúo de Connecticut: ‘Little Dark Age‘ era un disco extraño que iba conquistando con las escuchas –tuvo un lugar destacado en los mejores discos de 2018 para nuestra redacción–, claramente emparentado con los también mentados Ariel Pink y John Maus, en su forma nada acomodaticia de hacer pop. Como en estos, sonidos bastardos de los 80 estaban muy presentes en cortes como ‘She Works Out Too Much’, ‘TSLAMP’ o ‘When You Die’. Pero, sobre todo, es fácil establecer un paralelismo con ‘Un extraño entre las rosas’ en temazos más tecnopop como ‘Me and Michael’ o la acelerada ‘One Thing Left to Try’.
Tr/st / TRST (2012)
Preguntado sobre al lado de qué otro disco para bailar con lágrimas en los ojos colocaría ‘Un extraño entre las rosas’, Algora citaba a Tr/st: «siempre me ha parecido como un artista muy melancólico, muy triste, pero como muy para bailar». No podríamos estar más de acuerdo. Especialmente si nos referimos al álbum debut de Robert Alfons, ‘TRST‘, un disco en el que el canadiense entregaba himnos de synthpop, techno y coldwave como ‘Sulk’, ‘Shoom’, ‘Dressed for Space’ o ‘Bulbform’, que bien podría haber firmado algún oscuro de tres décadas atrás a la sombra de Depeche Mode. De manera nada casual, en los inicios del proyecto de Alfons colaboraba Maya Postepski, miembro de Austra, cerrando así el círculo abierto algo más arriba. Curiosamente, el año pasado Tr/st publicaba en dos volúmenes ‘The Destroyer’, un trabajo más experimental y diverso, con muchos momentos ambient e incluso acústicos, recorriendo un camino artístico inverso al de Algora.