The Weeknd / After Hours

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The Weeknd / After Hours

Ni a quienes anhelaran más colaboraciones con Daft Punk, ni a quienes se quedaran esperando la continuación de la frase de ‘My Dear Melancholy,‘ después de la coma, ni a quienes aún fantaseen con un ‘Trilogy’ condensado, ni a quienes ahora desearan que su colaboración con Oneohtrix Point Never fuera más radical. ‘After Hours’ no se concentra en ninguna de las diferentes caras de Abel Tesfaye. Lo explicaba muy claramente en una de las pocas entrevistas que ha concedido. A CR Fashion Book. Vía mail. «Me parece que tengo un trastorno de déficit de atención sónico y no puedo quedarme con un único sonido. Me parece que irrita a un montón de oyentes, pero así es como funciona mi cabeza».

‘After Hours’ va a ser -qué duda cabe- un mastodóntico éxito comercial: puede haber «un montón de oyentes irritados» que hagan mucho ruido, pero sobre todo hay millones de fieles. La pregunta que sí procede es si desde el punto de vista artístico, ese «TDA» puede percibirse como una caza del mayor número de streamings posible a lo Drake y Post Malone, o si The Weeknd ha podido dar a este álbum esa cohesión y sensación de conjunto de la que carecen los últimos trabajos de esos otros artistas. Que Abel Tesfaye la ha buscado es seguro: los vídeos que ha venido presentando siguen una línea narrativa, inspirándose en ‘Miedo y asco en Las Vegas’, ‘Casino’ y ‘Joker’, e introduciendo al personaje que vemos en la portada.

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Dice el propio artista que ‘Heartless’ empieza exactamente donde acababa ‘My Dear Melancholy,’ (aquel EP se inspiraba en su ruptura con Selena Gomez), presentando a un personaje que va a revelar «una cara del artista desconocida para sus fans». Una persona que intenta «compensar en exceso» los pecados que ha cometido. ‘After Hours’ es un álbum mejor cuanto más se aleja del viejo The Weeknd para entregarse a esas nuevas caras, algo que sucede sobre todo en lo «sónico», no tanto en lo lírico, donde Tesfaye se ve atrapado en su identificativo -si bien algo aburrido hace rato- nubarrón de desamor y drogas, por mucho que ahora el nuevo personaje quiera echarse la culpa y pedir perdón. Él es el primero en reconocer que aunque en la actualidad es capaz de mantenerse sobrio de gira, sí sigue tomando drogas «para dejarse llevar», sobre todo durante «el proceso creativo», y la continuidad en ese plano es evidente.

En ‘Snowchild’, un «grower» por otro lado, caben citas a Swae Lee, Jay-Z, el mundo de los paparazzi y la fama («irme de gira son mis vacaciones / cada mes, nuevas acusaciones / mi única fobia es el fracaso», canta tras las acusaciones de bífobo). ‘Escape from L.A.’ comienza como su típica canción tortuosa sobre los celos y termina con una dantesca outro en la que ella se cuela en el estudio de grabación para una sesión de sexo improvisado y él considera que ese polvete es lo suficientemente relevante para nosotros como sociedad. Y ‘Hardest to Love’ lamenta «ya no siento nada / la casa que compré no es un hogar / juntos seguimos estando tan solos». En la portada del álbum vemos a Tesfaye magullado, pero así lo hemos conocido siempre. Lo bueno es que ahora sonríe, quizá porque sabe que desde el punto de vista musical sí se le han ocurrido algunas cosas nuevas que decir.

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Y es que por suerte ‘Heartless’ no era indicativa como primer single de lo que encontramos en ‘After Hours’, pues es exactamente lo que ha dicho: un resquicio de su lanzamiento anterior. Pero este álbum abre nuevos caminos para el artista desde que ‘Too Late’ juega con el post-dubstep y el UK garage, y ‘Hardest to Love’ lo hace con el drum&bass, esta con una melodía totalmente edulcorada para bien, en tanto que el azúcar no era nada común en este género. Asimismo, la vena ochentera de ‘Starboy’ y ‘I Feel It Coming’ se asienta por la vía inesperada. ‘In Your Eyes’ incorpora y se recrea en un saxo que ayuda a ahogar nuestras penas y ‘Save Your Tears’ va más lejos aún en su aproximación italo, como rescatada del repertorio de Ricchi e Poveri.

Algo que no me habría sorprendido tanto si recordamos que The Weeknd llevó a la tele recientemente no su número 1 mundial ‘Blinding Lights’ (una de las mejores canciones de 2019 aunque muchos no quisieran verlo) sino un tema de este disco llamado ‘Scared to Live’ que recuerda a ‘One More Try’ de George Michael y al clásico ‘A Whiter Shade of Pale’ y que contiene elementos de ‘Your Song’ de Elton John. Tesfaye no tiene miedo a lo kitsch y ha querido desmarcarse de la moda imperante: en ‘After Hours’ no hay reggaetón, ni salsa, ni dembow, ni featuring alguno de la estrella de moda ni tampoco del rapero que lo será en los próximos meses cuando TikTok le descubra.

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Una gran noticia que lo sería más todavía si el álbum estuviera un pelín mejor integrado. Hay un considerable esfuerzo aquí y allá por alimentar esa vena narrativa: ‘Faith’ (con guiño a ‘Losing My Religion’ de R.E.M.) tiene un bajo tratado que anticipa la llegada de la sección ochentera, Kevin Parker aporta su fantasía psicodélica como interludio entre esa parte ochentera y el desenlace del disco, el corte titular pretende aunar las diversas caras de The Weeknd a lo largo de 6 minutos, y el álbum encuentra su desenlace en un tema llamado ‘Until I Bleed Out’ en el que Abel «se desangra»: «no puedo moverme, estoy paralizado, no puedo explicar por qué estoy aterrorizado, estoy tan aterrorizado…» Por otro lado, es difícil sacarse de la cabeza la idea de que ‘After Hours’ está separado por secciones cuando dispone las canciones producidas por Illangelo, Max Martin y Metroboomin en general seguidas y aparte, conformando como pequeños EP’s de 3 o 4 pistas. No habrá vinilo hasta dentro de 20 semanas pero vaticino que voy a escuchar mucho sobre todo las caras A y C.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Blinding Lights’, ‘In Your Eyes’, ‘Hardest to Love’, ‘Save Your Tears’
Te gustará si: has disfrutado todas las caras de Abel Tesfaye sin atender a las letras
Escúchalo: ‘In Your Eyes’ en Youtube.

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