Llevaba varios años persiguiendo una entrevista con Zoe Jeanneau, La Zowi, y se había conseguido ya en una cuestión personal. En un momento de la entrevista, me reconoce que había mantenido cierta distancia con la prensa, pero que ha logrado vencer al entender que forma parte de su trabajo. Es una muestra más de cómo ha sabido adaptarse poco a poco al medio de la industria musical, del mismo modo que ha logrado convencer a muchos de sus capacidades tras haber sido objeto de cruentas críticas en sus inicios. Ahora persisten, pero cada vez se respeta más su discurso y su visión creativa, que ha cultivado en discos como ‘Ama de casa‘ y ‘Élite‘. En ambos se muestra como una artista fuerte y ambiciosa, que apuesta por producciones poco predecibles, oscuras y más arriesgadas que la media. Sobre todo esto charlamos por teléfono con ella en los primeros días de confinamiento por la crisis del coronavirus, que está pasando en su casa familiar de Granada. Zoe no es para nada una entrevistada difícil, habla mucho y a gran velocidad, pero con un discurso bastante claro y muy segura de lo que dice. Ni siquiera se muestra muy afectada por la reclusión forzada por el coronavirus y, de hecho, ya ha confirmado fechas más allá (o eso esperamos) del confinamiento: el 24 de abril estará en la Sala Fever de Bilbao, el 15 de mayo en el Goxo Club de Pamplona, el 13 de junio en La de Valencia y el 27 de junio en La [2] de Apolo de Barcelona.
¿Cómo estás llevando todo esto del encierro y la crisis que acaba de estallar?
Tengo que admitir que voy tomando conciencia poco a poco, creo que como mucha gente de mi generación. Yo lo noto mucho en comparación con mi madre, que es una mujer de 60 años, que pertenece al mundo de la literatura, que a mi edad formaba parte de grupos revolucionarios, dirigía manifestaciones… esas cosas. Ella está siempre muy al tanto de todo, y a día de hoy sufre mucho con todo lo que pasa en el mundo. Yo, por el contrario y como mucha gente de mi generación, decido no mirar, no informarme, no ser consciente, en cierto modo por no sufrir o porque no nos creemos nada, en parte por no tener una esperanza de que podamos hacer algo. Y bueno, me vine el jueves como corriendo ante la posibilidad de que cerraran Madrid, sobre todo por mi hijo pequeño prefería estar aquí, cogí una maleta «rapidita» y me vine. Pero no me imaginaba que sería tan grave, y cada día me levanto siendo consciente de que no voy a poder salir. Es raro, porque al no estar en mi casa no puedo aprovechar para hacer cosas que necesitaría, pero por otra parte estoy en un espacio agradable, apartado del centro, tengo mucho monte delante y puedo salir.
Esta crisis está evidenciando la precariedad en la que se sostenían muchos sectores de la sociedad, también en la música, que es lo que a nosotros nos ocupa. Para muchos artistas no poder actuar en directo está suponiendo una debacle. No sé si es tu caso…
Efectivamente. A todos nos va a servir para concienciarnos de muchas cosas, darnos cuenta de quiénes somos… Porque yo que he pasado de ser pobre de pequeña a tener dinero, hasta me he creído rica en un momento dado. (Risas) Y estoy volviendo a bajar de la nube y decirme a mí misma «no eres rica, sigues siendo la misma mierda de siempre».
Hace unas horas has escrito un tuit que dice algo así como «este es el momento en que te das cuenta de que no te has hecho rico, simplemente te has flipado»…
¡Exactamente! (Risas) Así que me lo estoy tomando positivamente, porque creo que es algo que me hacía falta. Por otra parte también pienso que los artistas de mi género y mi nivel, no vivimos tanto de los conciertos. En parte sí, pero hay muchas otras cosas. Los artistas potentes, grandes, viven de las marcas, de la publicidad. Porque cuando más puedes cobrar por un concierto es porque es grande, pero necesitas más inversión para hacer el show. Si sumas a eso que tampoco puedes saquear a la gente con el precio de las entradas… Los shows quitan mucho tiempo, mucha energía. Para mí no es tan alarmante eso, me lo estoy tomando como un descanso entre gira y gira. Personalmente me viene hasta bien, tenía bastante trabajo que hacer y no paraba de un lado para otro. Intento ser positiva. Lo que sí me está jodiendo es la parálisis general.
«Los artistas potentes viven de las marcas, de la publicidad, no de los conciertos»
Hablando un poco de ‘Élite’… En él has reunido a productores internacionales de cierto prestigio, se intuye que está elaborado a todos los niveles, tanto visual como musicalmente… ¿Cuánto tiempo te ha llevado desarrollarlo? ¿Lo empezaste a desarrollar a partir de ‘Ama de casa’ o lo planeabas ya antes?
Lo he grabado en unos seis u ocho meses, pero obviamente no he estado ocho meses dando vueltas al disco. He ido grabando poco a poco pero la verdad es que ha sido bastante improvisado. Por ejemplo, los primeros temas que grabé fueron ‘Phonecall’ y ‘Fulana’, y fue porque Zora Jones y Sinjin Hawke pasaron por Madrid. Como ellos están lejos, cuando vienen tratamos de vernos y grabar todo lo que podamos. Luego estuve en México grabando con (Paul) Marmota, y seguimos cuando él vino a pasar un mes a Madrid, y salieron ‘Armani Fucsia’ y ‘Drug Dealer’. Por ejemplo ‘Filet Mignon’ fue el último que grabé. Ya tenía cerrada la mixtape, hice un freestyle estando en el estudio de risas, y al levantarme por la mañana dije «¡joer, qué temazo!» (Risas) Y lo metí también, e incluso lo saqué de adelanto.
Siendo una artista independiente y teniendo tantas cosas de qué ocuparme, me es muy difícil organizarme como hacen artistas más mainstream o en grandes sellos. De hecho es algo que quiero trabajar, porque pienso que igual que los grandes sellos se fijan en muchas cosas que tenemos nosotros, nos vendría bien fijarnos en cosas que hacen: prever un poco, hacer más cosas de promo… Ahora lo tengo y digo «sale en un mes, hala, chao». Creo que podría trabajar las cosas de otra manera, y de hecho creo que hay avances con respecto a ‘Ama de casa’ en ciertos aspectos. Pero al fin y al cabo soy una artista underground y se ha hecho en las condiciones que se hace la música underground, esta es mi manera de trabajar.
Una de las colaboraciones más llamativas es la de Jam City, que es bastante reputado en el ámbito del R&B alternativo. ¿Cuál de todas ha sido la colaboración más complicada del disco? ¿O ha sido, como decías, más natural de lo que parece?
Todo ha sido ultranatural. A veces me interesa algún productor y le escribo, pero sinceramente pasa poco. No por nada, sino porque entiendo la música de una manera muy intuitiva. No tengo una biblioteca mental, no recuerdo tal álbum de tal artista que salió tal año. Soy incapaz. Si me preguntas cuáles son mis referencias, te puedo hablar de sensaciones más que de nombres de artistas. Y todo ha sido muy así. Por ejemplo lo de Jam City: Zora y Sinjin me estaban enseñando beats y cuadró este que habían hecho en colaboración con él, y ya está. Ni él hizo el beat pensando en mí ni yo escribí pensando en él. Así que es como el productor más «forzado», por así decirlo, del disco. Fue pura casualidad.
«Si me preguntas cuáles son mis referencias, te puedo hablar de sensaciones más que de nombres de artistas»
Con Zora Jones sí llevas trabajando más tiempo y me parece significativo que apuestes por una mujer en la producción, que no es para nada habitual en tu escena. ¿Qué te mueve a trabajar con Zora?
Pues que cree muchísimo, muchísimo en mí y me valora mucho como artista. Mola tener gente de la otra punta del mundo que se fija en ti y, por así decirlo, se obsesiona contigo. Fue de las primeras personas en decirme que tenía una voz guay, cuando… Aparte funcionamos muy bien juntas, nos metemos dos horas en un estudio y sacamos tres temas. Aparte tienen una mano los dos (Nde: incluye a Sinjin Hawke) que es increíble. Yo he grabado en muchos estudios con muchos productores diferentes y ellos yo no sé qué hacen, sea el estudio que sea, que te suena mainstream (Nde: en cuanto a calidad de sonido, obviamente) de repente. Tenemos muy buena conexión.
Uno de tus primeros temas, que hiciste precisamente con Zora, fue ‘Obra de arte’. En aquella época lanzaste varios temas muy guays, como ‘Llámame’, ‘Bitch te quemas’, también con un beat de Zora, ‘Bitch Mode’… y se quedaron un poco ahí. ¿Nunca fue una idea reunirlos en una mixtape?
En algún momento me planteé hacer una mixtape sólo con Zora, y de hecho fue un poco la idea inicial de ‘Élite’, hacerlo con ella y gente que la rodea. Pero eso es mucho más complicado, requiere un nivel de trabajo más serio, porque te arriesgas a que todo suene parecido. Y es algo que difícilmente podríamos hacer de la manera que trabajo con ella, que es viéndola una o dos veces al año, o haciéndolo a distancia. Si nos dejaran dos semanas en un sitio sí que podríamos hacer algo guapo, de varios temas.
Pero de todos esos singles que comentaba o de los que has ido publicando después, entre mixtapes, ¿sientes que alguno haya quedado algo infravalorado o no le has sacado suficiente partido?
A mí sacar singles me mola mucho también. Me parece que los puedes trabajar más, estirarlos más, sacar su vídeo… De hecho, me pasa más que saco una mixtape y sentir que hay temas que no se valoren lo suficiente. Hay temas como ‘Trafikantes’ o ‘Llámame‘ que a mí me parecen muy guays y con un visual muy guay y que no han llegado al millón de views. Pero para mí está bien, habrá gente a la que sí le llegue. Lo que dices me pasa más en una mixtape completa, sí digo «jo, hay temas que se habrían podido exprimir más».
«Tengo claro que voy a ser siempre una artista underground, pero sí quiero evolucionar»
Antes me has dicho que trabajas muy a impulsos, pero mi impresión era que tu carrera estaba muy medida, como cuidando mucho cada paso que dabas hasta llegar a ‘Élite’, que es un trabajo muy cohesionado.
Pues no, es que así ha sido la evolución de mí misma. Con el tiempo me he ido tomando las cosas más en serio, me he hecho adulta. Ha sido una evolución muy natural. Me gusta ser underground, y tengo claro que voy a ser siempre una artista underground, pero sí quiero evolucionar y si en el underground hay una escala de 0 a 10, quiero estar en el 10, llegar ahí. Mi objetivo no es el mainstream, ni mucho menos, pero sí evolucionar.
En una entrevista que diste hace poco a El País, decías que ya te considerabas cantante…
Bueno, es que ya no me queda otra… (Risas)
¿En qué punto de tu carrera consideras que has llegado ese estatus o que tienes una voz propia?
Bueno, igual hace ya un par de años. Yo creo que después de ‘Obra de arte’. En esa aún no me identificaba como tal, pero después sí. Vi el caché que se mueve, vi el dinero que podía generar, que me hizo ver que esto era un trabajo como otro cualquiera, que me lo tenía que currar. Yo vengo de una familia de artistas y sé lo jodido que es esta profesión, fue un paso tomar conciencia de eso y aceptarlo. Porque yo de pequeña estaba muy obsesionada con que no iba a ser artista, justamente por diferenciarme de mi familia, y yo lo he arrastrado bastante tiempo. Me decía «esto es un hobby». Pero a la vez soy muy de ser la primera en todo, de ganar todo, y como tengo claro que no quiero perder mi libertad por llegar al mainstream, me ha costado encontrar un espacio en el que sienta que voy a por todas pero siendo humilde. Pero bueno, poco a poco me he hecho mi sitio en esto, y cada vez me preocupo más: he ido creciendo, ya no hay tontería, he visto muchas cosas que han pasado y soy totalmente consciente de que es mi profesión.
Antes mencionabas un poco por encima que vislumbras cierto desgaste en la escena trap, y que podría tener cierta caducidad. ¿Has reflexionado hacia dónde podría evolucionar o moverse en el futuro?
No, pero tampoco me preocupa. El rap que se escuchaba hace 10 años o el reggaeton siguen ahí, el underground en general siempre existirá. Por ejemplo el trap más underground se ha mezclado con guitarras eléctricas, con un rollo más rockero. A partir de ahí, puede ir a muchos sitios, va a ser más futurista, con muchas máquinas, sonidos artificiales… Ya sabemos por dónde va a ir la cosa. Lo que es seguro es que no va a ir hacia una música tradicional, no va a ser con una guitarra y un violín. Vete tú a saber qué va a escuchar mi hijo dentro de 20 años, pero el underground va a seguir ahí y es lo que más cambiante va a ser. El flamenco, por ejemplo, puede evolucionar, pero no a ese ritmo.
Cuando hablabas de el trap mezclado con rock entiendo que te refieres a cosas como lo de Goa y Pochi, con los que hiciste un tema en ‘Ama de casa’. Pienso que es muy interesante esa transversalidad con otros géneros, con el rock o el pop. ¿Te interesa especialmente seguir esos caminos?
Sí, a mí me gusta, porque me encanta experimentar con mi voz, con mis capacidades, mi arte. Meterme en el estudio con Goa y hacer algo así me mola. Pero lo que me gusta es el trap. Me pasa como con el reggaeton: me encanta grabar reggaeton, las rimas son más ligeras, lo que dices es más genérico… Me lo paso mejor. Pero lo que me gusta realmente es el trap. Lo que me representa a nivel musical es Cardi B o un perfil similar. Lo que hago fuera de eso me gusta, me llena mucho a nivel personal, pero me saca un poco de mi perfil, de mi carrera, de mi objetivo.
«Me veo perfectamente capaz de dar un giro al pop, pero creo que cada cosa tiene su momento»
También te preguntaba eso porque por ejemplo Mala Rodríguez, uno de los iconos femeninos del rap español, ha girado un poco hacia el pop en los últimos tiempos. ¿Tú te abrirías a esas posibilidades o no te ves saliendo del trap?
Sí, sí, sí, me veo perfectamente capaz de hacerlo, pero creo que cada cosa tiene su momento. Yo ahora mismo creo que me puedo permitir hacer lo que yo quiera, y hay temas que hago que me encantan. Por ejemplo ‘Filet mignon’, creo que es algo para la historia, siento que he ganado (ríe) a nivel trap nacional. Pero sé que eso no me va a llevar a ganar miles de euros. Ahora mismo me renta más y me puedo permitir hacer lo que yo quiera de verdad, aunque no me ayude a levantar mi economía. Porque se va creando La Zowi. Es importante definirte bien como artista antes de empezar a dar muchas vueltas. Para arriesgar un poco es importante tener tu figura definida. Pero a la vez tampoco es bueno quedarse encajado, no centrarse en un solo género. Mola esa diversidad que yo tengo: si hago un dancehall, no creo que le extrañe a nadie; si hago un rap, no creo que le extrañe a nadie; incluso si hago pop con Zora Jones, tampoco creo que le extrañe a nadie. Me gusta tener esa libertad.
Antes comentabas que te has criado en una familia de artistas. ¿Cómo valoran ellos que te hayas convertido en lo que decías que nunca ibas a ser?
Bueno, como ellos me conoce, sabían que es lo que iba a pasar. (Risas) No les extraña mucho. Se ríen conmigo porque saben que no era mi objetivo en la vida, pero ellos sí que lo tenían más claro, justamente, y creen mucho en mí como artista. Nunca me han planteado desviarme de eso.
«Pienso que yo estaba mejor cuando no hacía entrevistas»
Yo he perseguido esta entrevista desde hace años y hasta ahora no lo había conseguido. Entiendo que es porque tú en particular y el sello La Vendición habéis tenido una relación digamos particular, con la prensa. ¿Te sientes ahora más segura hablando con la prensa? ¿Estás satisfecha con las entrevistas que das?
Sí, estoy satisfecha porque me gusta hablar, me gusta intercambiar, comunicarme, filosofar, hablar de mí… No lo paso mal haciendo entrevistas y por lo general no he tenido experiencias malas. Aún así, pienso que yo estaba mejor cuando no hacía entrevistas. (Risas) No yo: La Zowi. Me mola más ser un personaje que no hace entrevistas. Me parece que en el momento en que empiezas a explicar cómo haces las cosas pierde toda la magia. Como cuando he tenido que explicar conceptos alrededor de mis canciones: si lo explico ya no tiene gracia. Y si lo tengo que explicar diez veces, yo misma acabo hecha un lío. El arte está para eso, para no explicarlo, para que cada uno haga lo que quiera. Nadie le pregunta a un pintor abstracto que por qué pinta eso. Y a mí me pasa eso. Lo que yo hago es tan puro, tan verdadero, tan real… y a la vez es arte. Si me pongo a explicarlo confundo lo real con la parte artística. Aparte me gusta mucho la idea de un personaje al que no se le conoce, que puedes fantasear cómo es… Y cuando haces una entrevista se rompe eso.
Es cierto que al principio dejabas un poco esa idea. Pero curiosamente, desde que empezaste con el vídeo de ‘Baby Come And Get It’, donde los comentarios eran despiadados, la sensación es que cuanto más te has expuesto mejor te ha considerado el público. No sé si ha influido que hayas podido explicar lo que haces.
Bueno, sí, habrá venido bien para algunas personas. Y mal para otras. Hay gente que no necesita que explique nada, que tenemos una buena conexión, que me entienden bien y que prefieran fantasear, escuchar mi música y crearse un ídolo, y es suficiente. Habrá otras que no me entendían, han visto alguna entrevista y lo han entendido… Pero esas no me camelan. (Risas) Lo que me mola es que escuches un tema y lo pilles, ya está. No que necesiten que pase por los medios. Yo obviamente no soy retrasada mental. Me he encontrado gente que no tiene nada que ver con este mundo y me ha dicho: «eres superlista, no me imaginaba». ¡Hombre! (Risas) ¿Por qué no te lo imaginabas? ¿Porque diga «zorra» y «puta» soy mongola? Al contrario, sé lo que estoy diciendo y lo que estoy haciendo. No me alivia que alguien lo pille a través de una entrevista. También hay gente que no le mola el rollo de mis conciertos pero sí está interesada en mis canciones y una entrevista le puede hacer reflexionar. No digo que sean inútiles, las entrevistas. Pero lo peor es la gente que necesita ver una entrevista para ver quién eres. Tío, eso está en mis canciones.
«Obviamente no soy retrasada mental. Me he encontrado gente que me ha dicho: «eres superlista, no me imaginaba». ¡Hombre!»
Te oí decir hace un tiempo que meditabas muchos los tuits que escribías, un poco por esto que estábamos hablando. No sé si ha cambiado tu postura al respecto o si sigues pensándotelo tanto…
Sí, sí… A ver, cada vez menos, porque una vez estás en Twitter y ves la poca vergüenza que tiene la gente… (Risas) Pero es más una cuestión personal, es más por mí. No me gusta exponerme así. Sé que tengo un buen cerebro, sé que tengo cosas guays, sé que hay cosas que mola compartir. Pero lo que no me mola es si estoy de mala hostia escribir una mierda. Me gusta poner cosas útiles, cosas generales… Que hay colegas que escriben cosas que solo entienden ellos. Yo quiero preservar mi intimidad y mis locuras que solo entiendo yo me las guardo para mí. Pero bueno, que también lo hago. Una vez estás en las redes sociales es difícil contenerse. Es como ahora: es difícil no subir diez stories al día en vez de una.