Es cierto que ‘Now I’m In It‘ podría funcionar mucho mejor más integrada en la secuencia, al igual que sucede con el cuasi-villancico ‘Hallelujah‘ y la loureedesca ‘Summer Girl‘, y quizá esa secuencia algo extraña sea de lo poco negativo que se puede achacar a ‘Women In Music Pt. III’. Pero también hay que observar que, aunque estén creadas por el mismo equipo que el resto del álbum y sintonicen perfectamente con su tono e influencias, parecen un poco al margen en cuanto a la producción que el tándem formado por la propia Danielle Haim, su pareja y afamado productor Ariel Rechtshaid y el viejo amigo común de ambos Rostam Batanglij (ex-Vampire Weekend, con los que todos colaboraron en el fabuloso ‘Father of the Bride’) han dado al resto del álbum, en una gozada de sorpresas, trucos y giros que hacen de cada escucha una fuente de nuevos descubrimientos.
Un sonido que enfoca su reconocible rock con tintes de funk, folk, hip hop y R&B a un plano más experimental y libre que nunca, que se deleita en una fascinante imperfección, en jugar con ecos y distorsiones, en crear espacios sonoros a través de capas de guitarras, bajos y baterías que fluyen en el estéreo, en dar con el tratamiento crudo de la voz una sensación de cercanía y, todo en conjunto, multiplicar la emotividad del disco más personal y oscuro de las hermanas Haim. Entiéndase oscuro en el apartado lírico, puesto que este disco fue compuesto en un periodo de bajona generalizada en el trío, al volver a Los Ángeles tras un extenso y exitoso tour presentando su segundo disco ‘Something to Tell You‘: Este, lidiando con la diabetes crónica que padece, especialmente complicada de manejar en las giras; Alana, asumiendo la muerte de su mejor amiga en un accidente de tráfico apenas días antes de emprender esa gira; y Danielle, acompañando a Ariel en la lucha contra el cáncer que padeció. Todo eso sumado a la sensación de extravío en su propio hogar, razonable tras pasar meses fuera de sus casas, de ciudad en ciudad, acompañando y/o contagiándose la morriña unas a otras, como familia que son.
Todo esto, el amor-odio a su propia ciudad, una tristeza inasible e inconsolable, la sensación de extrañeza junto a tu persona amada… aderezado con reflexiones sobre el desprecio que padecen por ser mujeres en el mundo de la música (algo que tratan explícitamente en ‘Man of the Magazine’, y que tiene en su título toda una declaración) subyace en la mayor parte de las canciones. Y, a pesar de eso, estamos ante un álbum que suena fresco y divertido en su mayor parte, sin restarle un ápice de honestidad al aspecto lírico. Se nota que, como explica Danielle
, es el disco con el que más han debido disfrutar en estudio, y ese disfrute nos hace cómplices a los oyentes, prácticamente de principio a fin. Lo hace cuando replican su sonido más característico, ese que te lleva a pensar en una Stevie Nicks y una Christine McVie adolescentes (aunque estas ya estén de lleno, salvo Alana, en la treintena) que hubieran mamado el hip hop y el R&B de los 00, en momentazos como ‘Don’t Wanna‘, ‘I Know Alone’ o ‘The Steps‘. Pero también, y paradójicamente, cuando se aproximan a la pureza folk rock de los propios Fleetwood Mac de los 70 o a Joni Mitchell (cuyo ‘Both Sides Now’ es mentado explícitamente en ‘I Know Alone’), como en la luminosa ‘I’ve Been Down’ –que vuelve a aludir un tanto al Lou Reed post-Velvet Underground– o en la exquisita y delicada ‘Leaning On You’.Son solo algunas facetas de un disco hermanado en cuanto a sonido con el citado ‘Father of the Bride‘ –dado que ambos fueron grabados en casa de Danielle y Ariel, tampoco sorprende demasiado–, y casi tan rico en la variedad de palos musicales atacados como aquel. Los maravillosos e intensos ecos jamaicanos, manejados con audacia en ‘Los Angeles’ y ‘Another Try’, el arrojo psicodélico a lo Tame Impala mezclado con tintes de pop vocal a lo Beach Boys en ‘Up From A Dream’ o a lo Wilson Phillips en ‘Gasoline’, el sensual coqueteo de R&B noventero de la adictiva ‘3am’ o el perfil del Prince más crudo (que también emerge, con esos gritos y esas guitarras, en ‘All That Ever Mattered’) empleado en el cierre (en falso) de ‘FUBT’ (acrónimo de «Jodido, pero cierto», con un maravilloso solo de guitarra) son otras de las facetas que conviven en un ‘Women In Music Pt. III’ que eleva como creadoras y músicos a HAIM, otorgándoles la credibilidad que puede que aun no tuviera para muchos, habiendo sido miradas por encima del hombro mucho tiempo, a todas luces por ser chicas y jóvenes. Es, de largo, su mejor disco, pero sobre todo emociona por lo prometedor que se antoja su futuro.
Calificación: 8,5/10
Lo mejor: ‘The Steps’, ‘Don’t Wanna’, ‘3am’, ‘Up From a Dream’, ‘Another Try’, ‘I Know Alone’, ‘FUBT’… y los bonus-tracks.
Te gustará si te gusta: los últimos Vampire Weekend, The 1975, Fleetwood Mac, Prince, el Lou Reed de ‘Transformer’.
Youtube: vídeo de ‘I Know Alone‘