Nuestro «Disco de la Semana» será ‘American Head‘, uno de los álbumes más convencionales -para bien- de Flaming Lips, como comentaba nuestra compañera Mireia Pería en su crítica. En los próximos días publicaremos la entrevista que Pería realizaba a Wayne Coyne vía telefónica, pero mientras recomendamos una de las composiciones más cercanas de dicho álbum. ‘American Head’ se presentaba a lo largo de este año con temas como ‘My Religion Is You‘ o ‘Flowers of Neptune 6’; también circulaba bastante su colaboración con Kacey Musgraves, ‘God and the Policemen’, tras haberse hecho ella con el Grammy a Mejor Álbum en 2019, pero ‘Mother Please Don’t Be Sad’ es una canción perfecta para aproximarte al álbum, pues es una de las canciones más accesibles y comprensibles de Flaming Lips de los últimos años.
Publicada a finales de verano como 6º adelanto del álbum, ‘Mother Please Don’t Be Sad’ nos remite musicalmente a los Beatles de ‘Let It Be’ en cuanto a melodía, y a «Sgt. Pepper’s» en cuanto a arreglos. A nadie se le puede escapar el detalle después de que la banda de Wayne Coyne haya versionado ‘Lucy In The Sky With Diamonds’ junto al mismísimo hijo de John Lennon, Sean Lennon; por no hablar del día que de hecho versionaron ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’ enterito en compañía de gente como Miley Cyrus o Phantogram.
En el contexto social de ‘American Head’, ‘Mother Please Don’t Be Sad’ es una canción relevante, pues se pone en boca de un hijo disculpándose con su madre por haber muerto. Además, la anima a salir adelante. La canción narra una pelea con unos «ladrones que fueron demasiado rápido» e iban armados. La espectacular sección de cuerdas que se suma sobre todo en el estribillo recuerda a la maravillosa ‘Eleanor Rigby’ mientras Wayne Coyne nos continúa cantando sobre la muerte en una producción en la que caben ligerísimos toques de country y unos perros ladrando cuando se les llama («recuerda dejar salir a los perros, porque yo ya no estaré ahí»). Al final, la producción se une a la siguiente pista del disco, la casi instrumental ‘When We Die When We’re High’.
Aunque la temática suena algo a ‘In the Ghetto’, Wayne Coyne ha contado en Apple Music que la canción se inspira en un atraco que él mismo sufrió a los 17 años en un restaurante en el que trabajaba y pensó que iba a ser asesinado «pero seguro». En la canción muere, aunque en la vida real pudo escapar ileso de tan horrible situación. «Estaba tirado en el suelo y pensé lo horrible que iba a ser para mi madre. Era yo quien iba a morir, pero pensé que estaría muerto en solo un segundo y en lo horrible que sería para ella. Quería que supiera que no había hecho nada peligroso o no es que estuviera haciendo el tonto. Solo estaba en el trabajo y esto pasó, así que quería transmitirle que no se preocupara. Este es el caos del mundo. A veces no hay nada que puedas hacer, simplemente estás en el lugar equivocado en el momento equivocado».