Somos la Herencia es una de las 16 bandas finalistas de Premio Ruido con su primer disco, un ‘Dolo’ que ha publicado este verano el sello Humo Internacional, el mismo que este año ha sido noticia por poner a la venta un disco desinfectado de covid durante la cuarentena.
El cuarteto de Madrid compuesto por Gonzalo Sanz, Guillermo Sanchez, Enrique Moreno y Guillermo Serrano ha entrado en la carrera por el título a Álbum nacional del año que otorga el mencionado premio -que en previas ocasiones ha galardonado a Rosalía o Derby Motoreta’s Burrito Kachimba- gracias a su interesante manera de entender el sonido «after punk» de los años 80, que no se limita a la fórmula guitarra-bajo-voz-a-lo-Ian-Curtis y ya. Si Depresión Sonora ha encontrado su firma en el melodicismo y en su voz de «crooner» taciturno, Somos La Herencia la han buscado en su afición a la electrónica y a la música ambient, sonidos que integran en este ‘Dolo’ de título legal sin que la esencia de su discurso -canciones tenebrosas y desesperadas, letras paranoicas y viscerales- se pierda.
«Este disco no es pesimista, es otra cosa» es el titular que dejaba Somos la Herencia hace unos meses a MondoSonoro. El grupo no se refería a un sentimiento peor que el pesimismo, sino a uno más indescriptible, y citaba en concreto la descripción de la frustración escrita por Remedios Zafra en ‘El entusiasmo‘: «Este singular dolor que oscila entre sentir perder y recuperar la pasión por crear» (¿seguro que el alemán no tiene una palabra para esta sensación?). ‘Dolo’ «va del amor, de la amistad, de hacer las cosas bien a veces y otras con mala intención, de transformación», pero también de crear una atmósfera tan turbia como su portada, de incomodar sin aterrar.
La sombra de Bauhaus es alargada en el single ‘Pesar’, en el que Somos la Herencia introduce ritmos de la música techno en la producción y conceptos relacionados con la la arquitectura industrial en la letra, la cual incluye un pasaje como: «Paso de brutalismo, te quiero en vídeo, que ya habían cerrado la fábrica cuando nacimos». Decir que ‘Un nuevo idioma’ recuerda a ‘Faith’ de The Cure y que ‘Hombre libre’ recuerda a Joy Division vuelve a ser una obviedad en este caso, pero Somos la Herencia sortean las inevitables comparaciones que deja ‘Dolo’ a su manera: la primera canción toca «escamación y huesos dorados» y se tumba en un «altar tallado en hueso», la segunda adopta una óptica psicótica al percibir la mirada de un «crío» desde un espejo, «desgranando mi mejores días». Las letras son tan viscerales y gráficas que casi las puedes ver y tocar.
No todo en ‘Dolo’ es tan predecible. Puede que ‘Parque de Atenas’ se sumerja en un «darkwave» poco novedoso, pero su historia con «plot twist» sobre un «hombre que envenena a esos perros» tiene bastante miga, y las referencias de Somos la Herencia, que han sampleado vídeos de Youtube para este disco, apuntan a otras cosas. Ellos citan a Yves Tumor y a Raime más que a Décima Víctima entre sus influencias, pero las texturas electrónicas de ‘Cuero rojo’ llevan la marca de ‘Mutant‘ de Arca en el buen sentido, y el diálogo de percusiones tremebundas y teclados new wave de ‘Injusto’, por el que vuelven a aparecer personajes a los que nadie ha invitado, está muy logrado. En cuanto a las composiciones ambient destaca ‘Kolima’: su entramado de percusiones industriales y tribales y sonidos de electrónica reptante demuestra que el grupo sabe lo que hace.
Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘Un nuevo idioma’, ‘Pesar’, ‘Injusto’, ‘Cuero rojo’
Te gustará si te gusta: Futuro Terror, Depresión Sonora, Antiguo Régimen
Youtube: vídeo de ‘Pesar’