Rigoberta Bandini lanza hoy un nuevo single llamado ‘Perra’ que está llamado a ser uno de los más celebrados de su repertorio, tanto por lo que tiene de bailable como por lo que tiene de reivindicativo y feminista. La artista catalana actúa este sábado 23 de enero en Madrid Brillante con todo agotado, y el 9 de abril lo hará en el Nuevo Teatro Alcalá, en el marco del festival ¡BRAVO MADRID! anunciado el pasado mes de diciembre.
La autora de ‘In Spain We Call It Soledad‘ o ‘Too Many Drugs‘ presenta en ‘Perra’ otra de esas canciones que se van creciendo poco a poco a la vez que transitan lugares inesperados. La producción de Esteban Navarro y Stefano Macarrone de Mendetz coquetea con los ritmos mecánicos de Kraftwerk, con el electropop más burro y con distintos tipos de distorsión vocal para llegar a un final que se abre a la pista de baile y termina bien arriba, mientras la melodía de Rigoberta desprende el poso clásico, setentero, presente en la obra de esta artista que al fin y al cabo ha crecido escuchando a Mocedades y a Roberto Carlos.
El conjunto de todo vuelve a ser una composición totalmente distintiva en sus diferentes cambios de ritmo, en la presencia de versos recitados en «spoken word» con otros cantados, y también en su fusión de pop melódico y electrónica bailable, que la hacen sonar como el remix EDM de una canción pop de los años 70, como Massiel pasada por sintetizadores y cajas de ritmo.
Todo este entramado instrumental que puede recordar a los momentos más electro de La Bien Querida sirve a Rigoberta Bandini para mandar un mensaje feminista con el que busca apropiarse del término «perra» , el cual ha solido ser usado para denigrar a las mujeres. Por su mensaje caben tanto plegarias tipo «si yo pudiera ser perra, por favor, dejadme serlo, solo pido ir sin correa a pasear» como desafíos tipo «yo nací para ser perra, por favor dejadme serlo, pero no quiero llevar nunca el bozal», una referencia a la autora Virginia Despentes, y un final épico en el que grita «quiero ser una perra» antes de terminar sola al piano, como si todo lo sucedido anteriormente hubiera sido producto de una alucinación… o de una epifanía.
Como explica Paula Ribó en nota de prensa: “La palabra ‘perra’, como pasa con muchos otros animales, tiene connotaciones peyorativas en femenino. Empiezo diciendo que me gustaría ser el perro de un perro y después paso a perra. Me gusta ese salto porque en el primer verso dices «oh, qué bonito, qué naif» y a partir del segundo ya te escandalizas: «¿perra? ¿qué quiere decir? ¿que le gusta perrear? ¿que es una guarra? ¡¡aaah!!». A mí esa reflexión es la que me parece el mensaje feminista de la canción, que podamos escuchar la palabra ‘perra’ haciendo el ejercicio de eliminar toda connotación sexual o peyorativa”.