La fábrica de hits esquinados de Sleaford Mods

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La fábrica de hits esquinados de Sleaford Mods

En Sleaford Mods existió una vida previa al dúo que conocemos ahora. Jason Williamson, tras probar suerte en varias bandas, sumergido en una vorágine de alcohol, cocaína y trabajos de los que era despedido, cansado del rock y enamorado del Wu-Tang Clan y el ‘Original Pirate Material’ de The Streets, crea Sleaford Mods en 2007 con Simon Parfrement. El nombre es un doble guiño, a la ciudad que está a 15 km de Lincolnshire y al credo adolescente de Williamson, del que sólo se mantendrá fiel al peinado. La música es una suerte de recitado cabreado, en que se saquea música ajena sin piedad ni pudor. De hecho, cuenta la leyenda que Jason vio la luz al recitar sobre una base de Roni Size / Reprazent. Sacaron varios discos en formatos digitales y CDR. Un poco para que os hagáis una idea, su primer tema de su primer EP es ‘R&B Paul’, en que saquea sin piedad el ‘What’s Going On’, a The Jam y a Deep Purple, sin ningún asomo de vergüenza (y no está en streaming).

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‘Wank’, en 2012, es el primero en que ya aparece Fearn como colaborador principal. Williamson lo había conocido cuando Fearn pinchaba en un bar de Nottingham y surgió el flechazo musical entre ambos. Los dos tenían una suerte de vida paralela; Fearn también había estado en bandas y era otro amante apasionado del pop perdido en trabajos inanes. Ya constituido totalmente el dúo que conocemos, sale el primer disco «de verdad» de Sleaford Mods, que es ‘Austerity Dogs’ (2013). Y ya está ahí la fórmula.

La maquinaria rítmica, seca y postpunk de Fearn encuentra el verbo desaforado, feroz y hastiado, sin desdeñar nunca el humor, de Williamson. Y arranca su particular fábrica de hits esquinados. A partir de aquí, sólo había que esperar. ‘Urine Mate (Welcome to the Club)’ ya lo tiene todo: el recitado, el instinto melódico, el feísmo (estético y vital). Sobre una línea de bajo, una ocasional batería y algo así como unas panderetas locas y algún eructo (una constante en los Sleaford), cabalga el verbo de Jason.

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‘I don’t Wanna Disco or Two’ ya aparecía en ‘Wank’, pero su repesca en ‘Austerity Dogs’ se convirtió en el primer éxito del dúo. A eso contribuía un estribillo insidioso y pegadizo.

La fama no se haría esperar demasiado. ‘Divide and Exit’ (2014), su siguiente álbum, es un pequeño terremoto. Los conciertos se llenan y se empieza a generar expectación y culto. De hecho, ‘Tied Up in Notz’ sigue siendo su canción más escuchada en Spotify, con más de tres millones de escuchas. El título es un juego de palabras. Knot es nudo en inglés, Notz es como se conoce al condado de Nottinghamshire. La canción referencia la desazón de un fin de semana en un pub sórdido de una ciudad sórdida del este de Inglaterra. Un tema sostenido sobre apenas una base, adornada con unos leves toques de guitarra sintetizada, que marcan la melodía sobre apenas dos notas, y un estribillo que casi se acerca a Joy Division gracias al uso del bajo.

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Aunque otra cima del humor antisistema de Sleaford Mods es esa especie de homenaje a ‘I Wanna Be Your Dog’ (ladridos incluidos) que es ‘The Corgi’, sobre los perros de la Reina Isabel.

‘Key Markets’, en 2015, es su mejor disco… al menos, hasta la llegada del último ‘Spare Ribs’. El dúo ya mantiene una nutrida base de fans que no para de aumentar, el álbum es casi una sucesión de hits directos a la mandíbula, con unos Jason y Andrew en estado de gracia sónico y verbal. Ya se presentan varias constantes. ‘Bronx in a Six’ es una crítica a los artistas de rap y rock que sólo se preocupan en ostentar y mostrar una vida lujosa.

Aunque la mejor canción (difícil destacar una) es ‘Tarantula Deadly Cargo’, aún más oscura y asfixiante, la más postpunk de todo el disco. Una especie de pesadilla de ciencia ficción ciberpunk.

La desazón vital se materializó en su EP de 2016, ‘T.C.R.’ (el nombre que en Inglaterra tenía el Scalextric). Aunque el tema homónimo suena inusualmente… luminoso, para lo que venía siendo la dinámica del dúo.

‘English Tapas’ (2017) muestra una sonoridad aún más seca y esquelética… Si es eso posible. Un disco al que cuesta asirse, dada su particular aridez. Pero en el que también se encuentran hits potenciales, como ‘B.H.S.’, toda una pedrada social. Cantado como si fuera una pieza de garage rock por Jason y donde brilla un particular sentido melódico, casi próximo a la disco music descoyuntada, para una pedrada social. BHS es British Home Stores, una cadena de tiendas que colapsó económicamente en 2016 y dejó a 11.000 personas en la calle, mientras su propietario, Philip Green, se relajaba en yates de lujo.

‘Drayton Manored’ es otra de esas canciones repetitivas, obsesionantes, pegadizas, tan marca de la casa. De esas que siempre consiguen dando un pequeño giro de tuerca; en este caso, dos notas de sintetizador estratégicamente colocadas o un estribillo breve pero efectivo, para retratar la pesadilla de un hombre de mediana edad atrapado en la nada.

Sin embargo, en su siguiente EP, ‘Sleaford Mods’ (2018), se muestran muy punk-rockeros, menos ariscos. Hay guiños a Sex Pistols o a los Devo, pero quizás el tema que más rompe la dinámica sea la aproximación al synth-pop ochentero que es ‘Joke Shop’, en que incluso suena ¡un teclado!

‘Eton Alive’, en 2019, muestra una tesitura interesante. Yo misma lo desdeñé un poco en su momento, quizás con la sensación de que los Mods ya se repetían demasiado, que estaban a un paso de convertirse en un mero chiste. Pero una nueva escucha ha servido para ponerlo en su justo valor. Entre la austeridad de ‘English Tapas’ y el punk Rock de ‘Sleaford Mods’, se abre cierto sentido de la exuberancia. ‘Kebab Spider’ fue el single principal.

Pero quizás la canción más destacable de ‘Eton Alive’ sea ‘When You Come Up to Me’. Es una bonita pieza poética, en que Jason aparca el recitado, el chiste y la furia, y canta de manera casi conmovedora. Una rareza en la carrera de Sleaford Mods que bien vale rescatar.

Todos los movimientos de los últimos años de Sleaford Mods han cristalizado en ‘Spare Ribs‘, uno de los discos más importantes de lo que llevamos de año. Dos acontecimientos tan ominosos como la pandemia y el Brexit han azuzado la creatividad del dúo. Aunque la pieza estrella sea ‘Mork n Mindy’. Jason usa la antigua serie de Robin Williams para traer de vuelta a su infancia, con la ayuda de Billy Nomates.

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