A finales de los años 60, la música generada por sintetizadores no era en absoluto una novedad. Décadas atrás compositores como Karlheinz Stockhausen o Pierre Henry (y si nos apuráis también Clara Rockmore y su teremín) habían presentado obras creadas a partir de este instrumento. Sin embargo, su presencia en el mainstream era prácticamente inexistente. Hasta que llegó Wendy Carlos. La compositora estadounidense había estudiado física, música y composición entre Rhode Island (donde nació) y Nueva York antes de prestar sus servicios al desarrollo del sintetizador Moog, que en aquel momento era popular en los circuitos de la música experimental. Cuando ‘Switched-On Bach’, su primer larga duración, llegó al mercado, todo cambió.
Hoy puede sonar rudimentario pero, en 1968, año en que salió el disco, ‘Switched-On Bach’ fue una revolución. El disco adaptó composiciones de Johann Sebastian Bach al Moog varios años antes de que Isao Tomita sintetizara a Debussy. El repertorio seleccionado conformaba algunas de las composiciones más populares de Bach, como ‘El clave bien temperado’ o los ‘Conciertos de Brademburgo’, y los hacía sonar, de repente, venidos del futuro. Creado a dos manos junto a su mano derecha Rachel Elkind, el disco fue un gran éxito comercial para sorpresa de ambos, un éxito que hoy sorprende recordar: vendió más de 1 millón de copias y recibió 3 premios Grammy. Fue el disco de música clásica más vendido de la historia por entonces y a pesar de no contener un solo instrumento «real». La idea, claro, es que el sintetizador podía ser un instrumento tan respetable como cualquier otro. 30 años antes de que viera la luz ‘Homogenic‘ de Björk, Wendy Carlos ya concebía el sintetizador como un instrumento que puede sonar humano, tener alma.
Aunque en octubre se cumplen 53 años del lanzamiento de ‘Switched-On Bach’, cualquier momento es bueno para recordar la figura de esta influyente compositora que además se declaró mujer trans en una época en la que esta circunstancia te podía costar la carrera. Wendy (nacido Walter) llamó su sello discográfico Trans-Electronic Productions como para avisar de lo que sucedía entre bambalinas: no solo la música se estaba transformando en ese disco. Wendy reveló su identidad de género 10 años después del lanzamiento de ‘Switched-On Bach’ en una entrevista con Playboy, todavía en los años 70, y llegó a ser presa del miedo al rechazo hasta el punto de realizar escasas apariciones públicas incluso durante el auge de su carrera. Y cuando las hacía se disfrazaba de hombre para disimular. Como recuerda Sasha Geffen en su libro ‘Glitter Up the Dark‘, se llegó a pensar que Wendy, que ya tenía un aspecto andrógino, era una mujer cis disfrazada de hombre para ganarse el respeto de la industria.
En efecto el éxito de ‘Switched-On Bach’ complicó las cosas para Wendy Carlos a nivel profesional. Al no sentirse preparada para compartir su identidad con sus compañeros de profesión, se recluyó en casa. Su compañera Elkind le cerró la puerta de su casa a Keith Emerson (que compró el Moog tras escuchar ‘Switched-On Bach’) y a George Harrison de los Beatles y cuando sí permitió que Stevie Wonder trasteara con sus sintetizadores, con Wendy obviamente de cuerpo presente, esta apenas emitió palabra ante la presencia de Wonder para que no sospechara que era una mujer. Wendy Carlos llegó a declarar que había perdido «10 años de su vida» mientras se recluía de sus colegas porque «era incapaz de comunicarme con otros artistas, no había ningún feedback». Este aislamiento afectó negativamente a su desarrollo como artista. Aunque la carrera de Carlos no se quedó desde luego en su disco superventas.
Que a duras penas existan presentaciones en vivo de Wendy Carlos es una perdida para la música si se tiene en cuenta que ella es una de las compositoras vivas más importantes de las últimas décadas. Como probablemente el más cinéfilo sabrá, el éxito de ‘Switched-On Bach’ llevó a Wendy a trabajar con Stanley Kubrick, quien le encargó componer las bandas sonoras de dos de sus películas más emblemáticas, ‘La naranja mecánica’ y ‘El resplandor’. Más adelante, cuando ya vivía su vida como mujer trans, Carlos compuso la banda sonora de ‘Tron’, en la que música clásica y electrónica volvían a converger mucho antes que en ‘Homogenic’. Cuando se recuerda que Brian Eno es el «inventor» de la música ambient hay que recordar también que la música ambient ya existía antes de que él la nombrara de esta manera, por ejemplo en el disco de Wendy Carlos ‘Sonic Seasonings’, pero también en el trabajo de otras mujeres pioneras de la electrónica. Hoy es necesario reivindicar su figura, especialmente mientras sigue entre nosotros.