Low: «Cuando crees que ya lo has visto todo, es todo cada vez más loco»

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Low: «Cuando crees que ya lo has visto todo, es todo cada vez más loco»

Low están en un momento de gracia. Bueno, para ser justos, jamás han dejado de estarlo. Sólo que ahora, tras casi treinta años de carrera, su gracia es aún más descollante. Deslumbra la manera que tienen de seguir progresando en su búsqueda de la belleza a través de ir retorciendo su música, sin descanso ni concesiones. ‘Double Negative’ fue un tour de forcé y ‘HEY WHAT’ sería su continuación, simplificando muchísimo.

La entrevista es vía Zoom. Sin vídeo, me había advertido la discográfica… Así que es un pasmo cuando aparecen Mimi Parker y Alan Sparhawk en carne y hueso en la cocina de casa. Alan lleva el peso de la conversación, en un tono jovial y fragmentado. Mimi, más seria, puntualiza, matiza o reafirma las palabras de Alan.

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Mi primera pregunta es sobre ‘HEY WHAT’. Habéis repetido con BJ Burton. Parece una segunda parte de ‘Double Negative. ¿Veis al álbum de esta manera?
Alan: «Creo que sí. Aunque, ya sabes, tratamos de no hacer “la segunda parte”. Pero sí, como estábamos escribiendo canciones de antemano, nos dijimos: “OK, está bien, vamos a trabajar con B.J”, aunque no sabíamos cómo sonaría. Pero sí, fue un enfoque similar. [BJ] ha trabajado en los tres discos [Nota de la redactora: ‘Ones and Sixes’, ‘Double Negative’ y ‘HEY WHAT’ ], tres discos que muestran un progreso…»
Mimi: «Creo que es una continuación de… (pausa). No se me ocurre una analogía, ahora mismo (risas)».
Alan: «Con ‘Double Negative’ creo que rompimos algunas barreras. Y en aquel momento pensamos “¿qué está pasando aquí? OK, ahora están rotas [las barreras]”. Pero ahora, ¿Qué hacemos? Es diferente. Porque no puedes romper las barreras dos veces. Las puedes romper una vez. Pero sí, [ambos álbumes] están relacionados, al menos de esta manera».

‘Double Negative’ fue una vuelta de tuerca en vuestra carrera, un disco que retaba al oyente. Pero, a la vez, se sentía profundamente como un disco muy vuestro. ¿Hasta qué punto creéis que podéis retorcer vuestra propia música sin perder vuestra identidad?
Alan: «Lo intentamos a veces. Gran parte del proceso y de cómo elaboramos el sonido y los arreglos es: “¿cómo de lejos podemos llevar esto? ¿Cómo de fragmentado y roto puede llegar a estar?”. Y sigue siendo una canción. No lo sé… Porque las voces son tan prominentes y [las canciones] tienen una estructura específica, realmente identificable. Es como si todo lo demás estuviera completamente en el aire, y no sé si es realmente posible ir aún más lejos. (risas) No lo sé. Nosotros siempre tratamos de hacerlo diferente…»
Mimi: «Llevamos mucho tiempo haciendo esto. Y nunca, la verdad, hemos sido enormemente populares. No tenemos un hit del que la gente pueda decir: “¡Esto es lo que son!”».
Alan: «Tenemos la libertad de poder ser muy experimentales».

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¿Es un disco pandémico? ¿Hasta qué punto el confinamiento lo ha influido?
Mimi: «Influyó en la manera de que se grabó. Y en la manera en que se escribió…»
Alan: «Lo estuvimos haciendo en casa. Teníamos Instagram para tocar en directo. Íbamos probando esto y lo otro. Es un proceso muy diferente trabajar y escribir en casa y luego grabarlo poco a poco. Tuvimos que ir con cuidado, estábamos muy limitados en cuanto a personal. Y, no sé, quizás algunas de las canciones van un poco de eso. Un reflejo de… Ha habido muchos problemas. La cuarentena, por supuesto. Pero también, especialmente, la tensión racial en EE.UU., la institución policial volviéndose obviamente cada vez más y más fallida. Algunas fueron escritas antes de la pandemia. Pero otras, seguramente sí [fueron influidas por la pandemia]».

¿Por qué las tres primeras canciones del disco van unidas? ¿Qué tipo de sensación queríais despertar a la hora de escucharlo?
Alan: «No lo sé, es algo que siempre hemos hecho, me gusta la idea de las canciones fundiéndose unas con otras. Es muy interesante ir viendo cómo cada canción se mete en la otra, vas probando a medida que vas trabajando y secuenciando. Me gusta la sensación de que esté todo conectado. A veces es como un viaje psicodélico (risas)».
Mimi: «Sí. Forman una única pieza. De hecho un álbum es una unidad en vez de solo poner unas cuantas canciones juntas».
Alan: «Creo que todo el mundo trata de hacer discos que tengan un sentido, un principio y un final, hay maneras y maneras de hacerlo».

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‘Days Like These’ sí que parece hablar de la pandemia: “When you think you’ve seen everything / You’ll find we’re living in days like these” [“Cuando crees que lo has visto todo, te encontrarás viviendo días así”]. Porque nadie se imaginaba que iba a suceder lo que llevamos viviendo en el último año y medio…
Alan: «Sí, exacto. Es ese sentimiento. Cuando crees que ya lo has visto todo, es todo cada vez más loco. Una locura. Hemos tenido cada vez capas y capas de “¡No creo que pueda ser peor!” en el último año y medio».

La cuarentena, la tensión racial en EE.UU. y la institución policial volviéndose obviamente cada vez más fallida han inspirado las canciones

También habéis dicho de este disco que os habéis cuestionado todo: la sociedad en que habéis crecido, los privilegios de vivir como hombre blanco en EE.UU.
Alan: «Lo sé, lo sé, que de alguna manera tenía que parar y chequearme un poco tal como la pandemia iba avanzando, se iba haciendo real. Es psicológicamente estresante, más feo, y trabajar resulta más duro. Esto es sin duda una parte del disco. La parte más grande [del disco], más específicamente que la pandemia».
Mimi: «Sí, en canciones específicas como ‘I Can Wait’».
Alan: «Sí, ‘I Can Wait’ es definitivamente una especie de revisión, de darme cuenta ahora de todas esas cosas que tengo la libertad de hacer y en las que no me paro a pensar. Y entonces enumeras todas esas cosas y te das cuenta de que, oh, no todo el mundo tiene eso. De repente descubres que es una suerte de raro privilegio. Ya sabes, empiezas a evaluar tu propia percepción sobre la gente. Todo este tiempo he estado asumiendo que toda esa gente tiene las mismas opciones [que yo] y ahora descubro que no las tienen. No sé. Es un paso importante para descubrir quién eres, y cómo los demás funcionan».
Mimi: «Y entonces te preguntas. “¿Estamos legitimados para hablar de otro? ¿Tenemos algo que decir sobre ti?” Es algo que hemos hecho, de lo que hemos hablado…»
Alan: «Sí, sí… “¿De verdad quieres seguir escuchándome hablar de mis sentimientos?” (risas). Y es como que realmente, realmente quiero escuchar al otro. Tú me escuchas a mí, hablo de mis sentimientos a otras personas… ¿Y quién está escuchando a esas otras personas? Hay mucha gente que no está siendo escuchada y que debería ser escuchada. Esto ha sido un asunto anómalo durante estos últimos años, algo que se está deslizando en las composiciones, ese cuestionamiento. Como en los últimos versos de ‘I Can Wait’: “My mistake, my mistake, Just get me out of thе way, Somebody else takе the stage” [“Mi equivocación, mi equivocación. Simplemente, sacadme de en medio. Que otro suba al escenario”]».

El vídeo de ‘Disappearing’ está dirigido y protagonizado por Dorian Wood. Leí que contactaste con elle después de una discusión en Twitter sobre género.
Alan: «Sí, nos conocimos en Twitter. Dorian corrigió algo que dije que no era correcto en general. Recuerdo esa primera reacción primaria mía, esa de que, en parte, te quieres sentir ofendido. “¡Oh! ¿Cómo te atreves a decirme que eso no te ha gustado?”. Pero luego reconoces que realmente es pánico: “¡Oh no, ¡he ofendido a alguien! Alguien va a pensar de mí que soy…”. Cuando no has vivido a través de los ojos de otra persona… Es simplemente, tener consideración. Bueno, pues conocí a Dorian, después de que me corrigiera sobre cuestiones de género, estuvimos hablando de manera muy amistosa, lo vi todo desde el punto de vista de Dorian. Dorian es músique y artista visual. Le preguntamos si estaba interesade en hacer un vídeo y sí, lo estaba. Vino con esta idea, le dijimos que adelante, el resultado es muy hermoso. Sabía que haría un trabajo fantástico, porque habíamos visto algunos de sus vídeos anteriores. Muy sorprendentes y muy poderosos».

Ahora sois oficialmente un dúo. ¿Por qué Steve Garrington dejó el grupo?
Alan: «Probablemente ha habido varias causas, pero ir de gira es duro. Y él ha estado con nosotros durante once o doce años, y creo que tenía otros intereses y otras cosas que hacer en su vida. Creo que llegó a un punto que quería pasar a una fase diferente, no estar lejos [de casa] durante tanto tiempo. Y, no quiero poner palabras en su boca, pero la gota que colmó el vaso para Steven es que se enfermaba bastante fácilmente en la carretera. Imagino que es más difícil sobrellevar las giras para alguien con ese problema particular, así que no fue ninguna sorpresa cuando nos dijo que no quería seguir».

¿Hasta qué punto ser dúo oficialmente ha afectado a la confección de este disco?
Mimi: «La verdad es que BJ actuó como tercera persona. Lo necesitamos. Es bueno para nosotros tener a una tercera persona para equilibrar las cosas».
Alan: «Hay una conexión interesante. Nosotros trabajamos de una manera, hay huecos que otros llenan que yo no puedo y viceversa. Así que sí, realmente necesitamos a otra persona para hacer de apoyo, si no, entraríamos en modo bucle, nunca acabaríamos (risas)».
Mimi: «Y ahora la verdad es que tenemos a una bajista para tocar en directo».
Alan: «Una persona llamada Liz Draper, hemos tocado un par de canciones con ella. Seguimos siendo batería, guitarra y bajo en los conciertos».

Me sorprende mucho el uso de sonidos sintéticos, casi industriales, en el disco. Aparte de la batería, la guitarra (y el bajo), ¿qué otros instrumentos habéis usado para este disco?
Mimi: «Sí, guitarras y baterías, pero llegamos al punto de que queríamos que una guitarra no sonara a guitarra. Decidimos que habría una batería electrónica y un pequeño teclado…»
Alan: «Voces… Hay tecnología, claro. Tocábamos la guitarra y pasábamos la señal a un sintetizador. La tecnología es realmente buena ahora, responde al más pequeño detalle de lo que toques con la guitarra. Cambia completamente el sonido que le sacas. Ha sido una herramienta poderosa para elaborar este disco. Consigues una dinámica en la manera en que golpeas la guitarra, en cómo la sostienes. Quieres tocarla y, a la vez, no quieres que suene como una guitarra. Los sintetizadores y toda esa tecnología fueron realmente la clave. Pronto descubrimos que todo podía ser generado con esto, quiero decir lo acabamos así en el estudio. Hay veces que una batería electrónica puede desencadenar las cosas… (pausa). Sí, hay pocos elementos, pero con los que hemos hecho muchas cosas. No solo sintetizadores. Tampoco es que hubiera ningún fundamento concreto, simplemente, mezclar sonidos».

Leí en vuestro Twitter que Frank Ocean fue una gran influencia: “las estructuras fragmentadas de las canciones de Frank Ocean fueron una gran influencia”.
Alan: «Sí. No escucho muy a menudo los discos de Frank Ocean, pero recuerdo ese disco [‘Blonde’]; lo escuché bastante hace unos años, me voló la cabeza por la novedad. Es una estructura mucho más fragmentada. A veces es como si simplemente algo estuviera llegando. Está haciendo muchas estructuras de canciones realmente diferentes, y eso te fuerza a introducirte en ellas. A ver, no es la primera persona en hacer esto, pero en su caso era realmente poderoso, realmente magnífico».

Sois muy activos en Twitter. ¿Quién lleva vuestra cuenta? Parece que Alan…
Alan: «Sí, soy yo. Aunque a veces nuestro manager lo usa para anunciar cosas, pero la mayor parte del tiempo soy yo. No estoy en Facebook, así que siento que puedo poner toda mi energía para las redes sociales sólo en Twitter (risas). Trato de no pasar mucho tiempo, porque se puede acabar convirtiendo en algo oscuro».

Me gusta mucho vuestra cuenta, derrocha humor.
Alan: «¡Seguro!»

Incluso la persona más taciturna tiene que salir de su propio pellejo alguna vez y reírse de sí misma

Quizás tengamos una idea equivocada de vosotros, como personas muy serias…
Alan. «Somos bastante serios. Incluso podemos llegar a serlo demasiado (risas). Pero sí, tienes que tener sentido del humor. Incluso la persona más taciturna tiene que salir de su propio pellejo alguna vez y reírse de sí misma».

Aparte de en Twitter, también sois muy activos en Instagram. Durante la pandemia tocabais cada viernes [“Friday, I’m in Low” se llamaban las sesiones]. ¿Aún seguís tocando?
Alan: «Sí, un poco más en verano que en otoño, porque hay más luz».
Mimi: «¡Fuimos muy constantes!»
Alan: «Sí. Nos juntábamos cada semana, como si estuviéramos tocando en un concierto real. Era bueno, ayudó mucho para poder hacer el disco».

¿Y tocaréis en España?
Alan: «Hay planes. Se han barajado ya fechas, pero no podemos decir nada hasta que no esté todo ya acordado».

‘HEY WHAT’ suena más optimista que ‘Double Negative’.
Alan: «Yo también lo creo».
Mimi: «Sí».

‘Don’t Walk Away’ es mi canción favorita. Siempre habéis sido una banda muy espiritual, la religión está muy presente en vuestra música. Pero ‘Don’t Walk Away’ me parece la más destacada en el terreno espiritual. Es como un himno eclesiástico. ¿La sentís así?
Mimi: «Sí. La que más».
Alan: «La letra tiene un poco de canción de amor. Ya sabes: “no me dejes, mira lo lejos que hemos llegado…”. Es una canción un poco al estilo de los Staples Singers, que llegas tan cerca, tan cerca del cielo, que ya no puedes volverle la espalda… Es una canción que trasciende, la manera en que conecta ese fallo de sonido del teclado con las voces, refrenando por debajo los susurros… Suena como si estuvieras flotando en una nube de voces. De nuevo, no lo escribimos de manera intencionada, pero sé que todo lo espiritual aparece en nuestras canciones. A menudo incluso en una terminología muy próxima a la religión. O a todo lo espiritual, que dejamos que se adhiera, porque viene de un lugar muy sincero. Y normalmente está rodeado de amor».
Mimi:» Nuestra música es… trascendente es una palabra muy grande…»
Alan: «¡Una palabra muy fuerte!»
Mimi: «Sí. Pensamos mucho en eso. Y, sinceramente, nosotros rezamos. Por nuestra música, para que llegue a la gente… Es una fuerza muy positiva».

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