Vega: «Echo de menos la ingenuidad de los 23 años porque me hacía sufrir menos»

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Vega: «Echo de menos la ingenuidad de los 23 años porque me hacía sufrir menos»

«Me sacaron las plumas a tiras / he vencido a la muerte sin fe / soy un mirlo mudando el plumaje / renacido de blanco satén». Uno de los estribillos más poderosos que probablemente se escucharán en todo 2022 pertenece a ‘Mirlo blanco’, la canción que titula el nuevo álbum de Vega. La cantautora cordobesa celebra 20 años en la industria de la música con el lanzamiento de su quinto álbum de estudio publicado de manera independiente, a través de su sello La Madriguera Records; un trabajo que llega varios años y una pandemia después de ‘La reina pez’ entregado a la dignidad por encima de cualquier cosa, así como a la canción pop-rock melódica que ha marcado sus últimos pasos. Vega aparece en Zoom desde el estudio, acompañada por las medallas que simbolizan sus dos nominaciones a los GRAMMY Latinos, y por el vinilo de ‘Mirlo blanco’, y habla entusiasmada, largo y tendido, sobre el proyecto y algunos de los temas que atraviesa, como salud mental o feminismo. También opina sobre Eurovisión cuando, en el momento de la entrevista, quedan pocos días para que se celebre el Benidorm Fest.

¿Qué significa para ti la intro de ‘Txoria txori’?
Cuando escuché la canción por primera vez en la tele me invadió una paz tremenda. Más tarde descubrí que la letra es un poema de Joxean Artze escrito en 1957, en euskera, y cuando leí la traducción me dio un flechazo total, porque es un poema que desde la metáfora de los pájaros habla de la libertad, de que a un pájaro lo tienes que querer como es porque si le cortas las alas deja de ser un pájaro. Esta es la idea desarrollada en ‘Mirlo blanco’, que es mi quinto disco como artista independiente, y que viene a cumplir ese anhelo de sentirme cada vez más libre y menos pendiente de esas cosas de la industria musical que no me gustan.

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La presencia de la intro en el disco simboliza la mezcla de los dos mundos con los que más me siento identificada, el de la poesía y el de los cantautores. La intro viene a significar ese lado identitario que yo quiero sacar, el deseo de que el público reconozca quién soy como compositora, más allá de si le gusta mi música o no.

‘Mirlo blanco’ es épica, casi podía haber cerrado el disco, pero lo abre.
Yo no hago singles, hago discos, y cuando te planteas como artista que hace discos es importante ubicar a la gente en el contexto de qué artista está escuchando. Creo que en mis discos el género lo pongo yo, yo soy el género, por mi forma de escribir y mi forma de interpretar, y disco tras disco intento no verme ligada a hacer un género concreto. La canción que habla de todo eso en el disco es ‘Mirlo blanco’.

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¿Por qué es tan importante la simbología de este pájaro?
Me gustan los animales, creo que ha quedado claro con ‘La reina pez’, ‘Wolverines’… (ríe) Un día vi posado en mi casa un mirlo blanco y no sabía qué era, pensaba que era una paloma, y descubrí que era un mirlo, que es un tipo de ave que no copia sonidos de la naturaleza sino que crea un trino propio que repite hasta que muere. La descripción del mirlo me hizo sentirme identificada en esa analogía artista-animal que suelo buscar. Pero he llegado a la conclusión que yo no soy un mirlo blanco, porque un mirlo blanco genéticamente es una rara avis y sobrevive con menos frecuencia que el mirlo negro. Más bien yo me siento un mirlo negro común, pero muchas vivencias que he tenido en estos 20 años de carrera han hecho que llegue a los 42 años con la cabeza cana y, a la vez, llena de experiencia. La letra dice algo así como que las plumas me volvieron a crecer y que me crecieron blancas. Las experiencias te hacen aprender, pero también algunas plumas me las han arrancado. En la canción vengo a decir que para sobrevivir en la industria me he tenido que hacer 100% independiente, en el sentido más puro del término que es el económico, al pasar a la autofinanciación.

«Indie» e «independiente» obviamente no son lo mismo, aunque los términos se confunden.
Los artistas «indies» veníamos de una sonoridad y la sonoridad se terminó comiendo el termino «independiente» pero son cosas distintas. Yo digo que soy independiente «sin pendientes» porque no le tengo que rendir cuentas a nadie más que a mí misma.

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¿Hay algo que eches de menos de estar en una multinacional?
Echo de menos la ingenuidad del primer disco, ese creer que el mundo de la música era todo lo que veíamos a simple vista. Echo de menos esa ingenuidad que tenía a los 23 años porque me hacía sufrir menos, aunque en mis comienzos ya fui muy reivindicativa con lo que quería hacer y lo que no y eso tampoco te labra un camino fácil porque a los díscolos no se nos suelen abrir tanto las puertas. Y echo de menos no tener en cuenta todas esas cosas que están detrás del telón que no se ven y que no son para nada bonitas. Al final solo te queda el anhelo de intentar disfrutarlo a tu manera y ese fue el recorrido que hice: yo empecé en televisión, con multinacionales, y luego hice un camino al revés, de arriba a abajo, para finalmente encontrar un valle en el que puedo ser feliz y consecuente con mis principios.

En ‘Mirlo blanco’, ¿qué cambios estéticos has buscado respecto a tu disco anterior? Hay bastante guitarra eléctrica, pero también mucha guitarra acústica…
El disco ha sido grabado en directo, con músicos acompañándome, no es un trabajo «de estudio», y creo que ese matiz se nota. ‘Mirlo blanco’ es el disco donde me siento más natural de todos los que he grabado. El público me suele decir que le gustan mis discos pero que no los cambiarían nunca por un directo, y ‘Mirlo blanco’ se ha grabado con la intención de capturar la víscera y la garra de los directos. Ahí ha tenido mucha responsabilidad el productor Kike Fuentes.

Bipolar’ habla de salud mental, tiene un inicio muy ‘Twin Peaks’, pero luego echa el vuelo.
Es la última canción que escribí del disco, cuando ya estaba hecho y me di cuenta que me faltaba algo por decir, que había un tema que no estaba abordando, que efectivamente es el de la salud mental. Todos tenemos necesidad de estar en buena forma psíquica, no solo física, y yo misma he sufrido altibajos, que son los expresados en la composición de ‘Bipolar’. La salud mental es un estado continuo en nuestra vida, con valles, y si tenemos asimilado que cuando nos rompemos un brazo acudimos a un traumatólogo, también deberíamos asimilar que los altibajos psicológicos se producen por alteraciones químicas del cerebro, que también es necesario trabajar con ayuda de profesionales.

El principio de ‘Bipolar’ es un lamento, ese «no tú no» representa la voz del subsconsciente que te avisa de no volver a caer, aunque tú estás convencida de no poder evitarlo… pero entonces la canción cambia el chip y sale de ese lugar oscuro con fuerza. En la canción expreso mi determinación de no ahincar la rodilla ante nada porque soy una mujer luchadora que siempre intenta levantarse de cualquier situación, y cada vez con más fuerza. Es una canción compleja, tiene dos mundos dentro de uno, y creo que esta bien solucionada a nivel musical.

Reconozco que soy una artista extremadamente densa en todas mis facetas, pero yo soy súper feliz con mi densidad

Tu hija y tu sobrina son co-autoras de ‘Bipolar’. Has dicho que han añadido un componente pueril que a ti te faltaba. ¿Es algo que has asimilado en tu forma de componer?
Yo lo reconozco, soy una artista extremadamente densa en todas mis facetas. Cuando hablo, cuando escribo… En la canción quería añadir algo que me hiciese feliz, pero no se me ocurría nada, y ellas me dijeron tal cual que les hacía feliz «la primavera, un verano en la playa, prender flores en el pelo»… Son frases que yo jamás hubiera escrito, porque la letra se me habría quedado demasiado sencilla y pueril, pero ellas aportaron esa simpleza de lo que les hace felices, y yo cogí sus momentos de felicidad porque los suyos son los míos, porque son ellas quienes me hacen feliz a mí.

¿Pero has conseguido descargar algo de esa densidad? ¿Esa densidad te pesa?
Para nada, yo soy súper feliz con mi densidad (ríe), no serlo creo que me traería incluso más problemas al no poder ahondar en las canciones como yo deseo. El pilar sobre el que asiento mi carrera son las letras, que para mí tienen que estar muy bien escritas, y eso está ligado a tener una densidad en cada frase de mucha información concentrada. Y, a la vez, a mí la densidad musical me flipa, soy doña canciones épicas. Pero es verdad que, a raíz de que las niñas participan en la canción, me doy cuenta de que esa información no tiene que traer una carga seria.

Las canciones de este disco tienen mucho poderío, tienen ese sonido de la canción española de los 60, de Nino Bravo, un poco de canción protesta, de defender la dignidad ante todo.
Yo misma me doy cuenta que como autora hago esas cosas y tengo mis referentes en la música que mencionas, en compositores como Manuel Alejandro, quien ha sido un punto de mira durante toda mi carrera; en autores como Aute, Silvio Rodríguez… He crecido con la música de los cantautores. El tipo de canciones que escribo pueden sonar obsoletas a día de hoy, porque tienen ese aspecto como de otra época que mencionas, pero creo que este tipo de canciones nunca pasan de moda, y que son atemporales porque me representan y me van a seguir representando dentro de 20 años.

Elvis Costello siempre me dice que soy una artista de verdad

Elvis Costello ha dicho que escribiría una canción contigo o para ti ahora mismo se pudiera. ¿Qué opinas?
Casi todas las colaboraciones que he hecho en mi carrera las he hecho ya de forma independiente, lo cual para mí es un logro. A Elvis Costello llegué gracias a Sebastián Krys, que me lo presentó en la presentación de uno de los libros de Elvis. Estaba muerta de vergüenza… Sebastián le contó que yo estaba trabajando en un disco de versiones de la canción italiana, y Elvis se ofreció a cantar conmigo una de las canciones. De ahí nace una amistad muy bonita, y él mismo me llamó para cantar dos canciones en su disco ‘Spanish Model’.

Me mandó bastante gente vuestro artículo, porque yo soy madre y estoy a mil cosas, en ese momento estaba cocinando y cuando leí el titular me puse a llorar. Que Elvis haya dicho algo así me deja loca, me quedo sin palabras. Yo no necesito más que un artista al que tengo de referente reconozca y alabe mi trabajo.

¿A Elvis qué le parece tu música?
Él siempre me dice que soy una artista de verdad, y cuando alguien te dice eso, que tienes una identidad propia tan grande que te hace singular, te lo está diciendo todo.

‘¡LADRA!’ tiene un punto latino, pero también teatral, la cantas con Francisca y Marisoul. ¿Qué significado tiene que sea un trío?
Es una canción tremendamente feminista. Cantarla con dos mujeres no responde a buscar una canción coral, sino a contar con la sonoridad de dos mujeres que también son independientes, como es el caso de Francisca y su Ruidosa Fest y el de Marisoul porque su historia es una historia de superación, porque ella es mexicana y ha conseguido arraigar su música en un país anglo. En ‘¡LADRA!’ venimos a decir que estamos cansadas de escuchar que cuando un hombre está seguro de sí mismo se dice que es un líder pero cuando una mujer lo hace se dice que está histérica, que se le ha ido la pinza o que le ha venido la regla. En ‘¡LADRA!’ defendemos que tenemos voz y boca y, ojo, sin negar que también hay muchos hombres que nos ayudan a ser quienes somos. En la canción me he rodeado de compañeras de otras culturas para darle un sentido de triángulo cultural. En cuanto a la parte estética, en la música siempre se hacen dúos y me dije «venga, ¡vamos a hacer un trio de tías!»

‘Patria’ tiene un punto flamenco, un poco Derby Motoreta, incluso cantas con acento andaluz. ¿Qué mensaje quieres transmitir?
‘Patria’ no es ajena para mí y, con todos mis respetos, va mucho más de Derby Motoreta, porque yo he crecido con la música de Triana, de Medina Azahara, el rock andaluz ha sido una constante en mi vida y canciones como ‘Patria’ ya las escribía cuando era pequeña. En ‘Patria’ pretendo comunicar que es momento de recuperar la honra, el orgullo andaluz. Es una canción que me canto a mí misma. Andalucía tiene un tópico tremendamente peyorativo, según el cual los andaluces no damos un palo al agua, y yo conozco muchísimos andaluces que se parten el lomo dentro y fuera de Andalucía. Es un registro en el que no me conoce nadie, y que me daba un poco de miedo de tocar, pero yo empecé tocando la guitarra flamenca, así que en realidad es una vuelta a los orígenes.

La palabra «patria» suena un poco añeja para mí generación, como un poco anacrónica. ¿Tú la ves así?
¿Tu generación no es la mía? (mira con sonrisa cómplice)

Bueno, nos llevamos más de 10 años.
No son suficientes años, yo la palabra la entiendo como tú. Un disco que empieza con un himno en euskera, y que acaba con una canción que se llama ‘Patria’, y que pasa por todo lo que pasa el disco, por narices se tiene que entender que está comunicando que la patria es el hogar, y el hogar es donde tú tengas tus raíces, tu familia, tus recuerdos bonitos, aquel lugar que, para Serrat, por ejemplo, es el ‘Mediterráneo’. Un disco que tiene este viaje emocional lo que comunica es que siente amor y respeto por la diversidad cultural que hay en este país a nivel cultural, gastronómico, de costumbres… Soy una persona que disfruta de esa diversidad: he vivido en Galicia, en Barcelona, en Madrid, en Segovia, en Córdoba… He vivido en tantos sitios que tengo claro que la patria es un sentimiento, no un estado.

Eurovisión ha sufrido una debacle después de la cual últimamente a lo sumo sale una canción buena

En 2017 declaraste que solo participarías en Eurovisión si RTVE se toma el festival realmente en serio. ¿Estás siguiendo el Benidorm Fest? ¿Te ves ahora participando?
Si se lo toman en serio España y Eurovisión, los dos. Estoy un poco desconectada, siempre fui muy fan de Eurovisón, el festival ha dado grandísimas canciones a la historia de la música, pero ha habido una debacle después de la cual últimamente a lo sumo sale una canción buena. Yo soy defensora de las canciones ante todo y quien represente a España espero que vaya con una gran canción y la defienda. Pero tengo poca fe en el concurso.

¿No es una visión un poco nostálgica de Eurovisión? Al final siempre son 2 o 3 canciones las que terminan trascendiendo, ¿no?
El disco de ‘Non ho l’età’ surge de una cena escuchando todas las canciones ganadoras de Eurovisión. Cuando llegó la canción titular decidí hacer un disco de versiones de la canción italiana. Me flipa el festival de Sanremo. Yo de lo que estoy nostálgica es de buenas canciones. Entiendo que todo evoluciona, que se dé importancia al espectáculo, pero sigo viendo mucho humo y poca canción. Solo cuando Salvador Sobral ganó me pareció ver una pequeña luz al final del túnel.

Yo a la canción de ‘Mirlo blanco’ le veo sus posibilidades. Tú no te ves para nada…
A mí ya me pilla un poco mayor… (ríe)

Pues ahí están Azúcar Moreno 30 años después.
Si llega el momento y lo empiezo a considerar tendrá que ser con una canción mía, y la tendré que hacer como yo la quiera hacer, y tocarla en directa como la quiero tocar, y la puesta en escena tendrá que ser acorde a la canción, y que no implique tirar mil confetis. Así que quién sabe…

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