La Casa Azul ha publicado esta noche ‘Prometo No Olvidar’, el regreso al electropop de Guille Milkyway tras el lanzamiento rumbero de ‘Vamos A Olvidar’ el pasado octubre, con Soleá Morente y Las Negris. Esta se trataba de la segunda colaboración entre La Casa Azul y Soleá Morente, tras su revival del ‘No pensar en ti’ de Raffaella Carrà.
Y de ‘Vamos a olvidar’ pasamos a lo contrario: ‘Prometo no olvidar’ es la afirmación con la que Milkyway busca rescatar su relación de la rutina. El estribillo está lleno de hipérboles tipo «aunque se expanda el universo y nos proyecte a un gris y efímero final, no volveré a olvidar», superadas claramente por «aunque disparen veinte balas sobre mí, y me revienten la cabeza», a la que Milkyway añade un efecto de disparos. Drama elevado al cubo, y más que eso.
Porque, musicalmente, ‘Prometo no olvidar’ vuelve a ser la típica odisea emocional (esta no es una frase suya) de La Casa Azul, una sobredosis de euforia pop por la que caben influencias de The Weeknd (ese saxofón tan años 80) o de los vocoders tipo Cerrone o Daft Punk. El sonido es claramente continuista del de ‘La gran esfera‘, lo cual sorprende teniendo en cuenta que era un «disco de transición» en palabras de su autor. ¿Puede una canción que busca superar la rutina… sonar rutinaria? Es el caso.
Tan matemático en su abordaje de la canción pop, como lo es Max Martin, Milkyway vuelve a entregar una canción a la que no se le puede poner ningún pero a nivel melódico. Pero sí se echa en falta un punto de frescura y evolución en el sonido: en ‘Prometo no olvidar’ Milkyway precisamente ha olvidado darnos algo que no vuelva a sonar exactamente como lo de antes. Como ‘Entra en mi vida’ y ‘No hay futuro’, otro single que no decepcionará a los seguidores de La Casa Azul más acérrimos.