Música

The Eras Tour, desde los cines, prueba que Taylor Swift domina el mundo

“El mundo gira alrededor de Taylor Swift”, podría pensar alguien en 2008 al ver cómo una joven de 18 años consigue dominar la música country con solo su segundo álbum. Quizá alguien pensase eso mismo en 2014 cuando, con su primer cambio de género, lograra uno de los discos pop más aclamados de todos los tiempos. O tal vez lo pensara en 2021, después de verla emerger de la pandemia con su tercer Álbum del Año en los Grammy. Lo pensase alguien o no lo pensase, The Eras Tour demuestra que el mundo sigue girando alrededor de Taylor Swift.

Desde el lanzamiento de ‘Midnights’ a finales del pasado año, no ha habido movimiento de la artista que no haya acaparado titulares: el rotundo éxito de su último disco, la multimillonaria gira que la está llevando a recorrer hasta cuatro continentes, el fiasco con Ticketmaster, la regrabación de ‘Speak Now’, el anuncio de ‘1989 (Taylor’s Version)’, sus apariciones en los partidos de la NFL… Solo había una industria que se le resistía: la cinematográfica. Y eso cambió el viernes 13.

Si te pasaste por tu cine más cercano este fin de semana, quizá hayas creído que una confusión te ha hecho acabar en un recinto de conciertos. Sin embargo, la realidad es que solo estabas siendo testigo del fenómeno en el que se ha convertido Taylor Swift. Cuando la estadounidense anunció hace poco más de un mes que el documental de su gira The Eras Tour se estrenaría en las salas de todo el mundo, la preventa de entradas alcanzó cifras de récord. A partir de ahí era fácil vaticinar el resultado: multitud de personas, en su mayoría mujeres, abarrotando los cines para ver el concierto de su cantante favorita.

De hecho, el ambiente lo hacía sentir como si de uno real se tratase. Fieles a sus nuevas tradiciones, los swifties intercambiaban pulseras de la amistad con los fans que se iban encontrando. Los que no, posiblemente porque estaban demasiado ocupados haciendo cola para comprar el menú especial de la artista: vaso y cubo de palomitas con el diseño original del tour. De regalo por asistir, un póster. La verdad es que, sirviendo como premio de consolación por no haber obtenido entradas para el concierto o para tratar de saciar la espera hasta la celebración del mismo, la sala estaba llena.

Y, entonces, empezó la película: un viaje a lo largo de los 17 años de trayectoria musical de Taylor Swift. Un viaje idéntico al que, en efecto, hace en cada parada de su nueva gira. No hay lugar para algún detrás de escena o comentarios de la artista (aparte de los que realiza encima del escenario), el documental proyecta el concierto que ha estado ofreciendo por Estados Unidos estos últimos meses.

The Eras Tour abre con una vista panorámica desde el cielo del SoFi Stadium de Los Angeles, donde la cantante actuó durante seis noches en agosto. Poco a poco, la cámara nos introduce hasta sus inmediaciones y el imponente rugido de los asistentes hace callar a los que solo somos meros espectadores. Cuando Taylor Swift aparece, la película que había empezado hace justo unos segundos pasa a ser una de las pantallas del concierto: toda la sala comienza a cantar aupada por la energía colectiva. Si se estaba en una sala de cine en lugar de en el mismo estadio poca importancia tenía, no faltaban los vítores a la artista (como si pudiera escucharlos) o el baile de los más desvergonzados.

Paradójicamente, el documental juguetea con la nostalgia en tanto que va haciendo a Swift más consciente de su propia realidad. Ni ‘Cruel Summer’ ni ‘Shake It Off’ ni ‘Anti-Hero’: son precisamente los acordes de sus éxitos country ‘Love Story’ y ‘You Belong With Me’ los que demuestran por qué se concentran 20.000 personas a las afueras de cada estadio que pisa. The Eras Tour es un ejercicio de inmunidad al paso del tiempo, y Taylor Swift consigue salir más que triunfante.

La gente, que conocía a la perfección la discografía de la cantante, también sabía cuándo sentarse. Los set de ‘evermore’ y ‘folklore’, si bien brillan por la teatralidad de Swift en canciones como ‘tolerate it’ o ‘the last great american dynasty’, se disfrutaban desde las butacas. Otras, como ‘marjorie’, tenían a la audiencia encendiendo las linternas de sus móviles como ya hicieran los asistentes en directo, mientras que la balada a piano ‘champagne problems’ sonaba tan delicada que se prefería callar y escuchar a cantar por encima.

Por otro lado, The Eras Tour es un regalo para todo aquel amante de la cultura pop. Swift, que no es nueva en el juego, da una clase magistral de lo que significa redefinir tu carrera a partir del concepto de “eras”. Puede que las tres horas de documental se te acaben haciendo largas si no estás familiarizado con los discos de la artista (incluso con su reducción de más de media hora respecto al concierto original); no obstante, más allá de la música, The Eras Tour es un gran espectáculo visual. Desde los corazones de ‘Lover’, la guitarra gigante de ‘Fearless’, las serpientes de ‘reputation’, la casa a la que prende fuego en ‘1989’ o el mar en el que la artista se sumerge en ‘Midnights’, el escenario se transforma para introducir al espectador en el universo de cada álbum.

Hay un momento, sin embargo, en el que el escenario se disuelve y solo importan Swift, la guitarra y el piano: el set acústico. El talento de la cantante para la composición a menudo ha opacado sus dotes vocales, pero las interpretaciones de ‘Our Song’ y ‘You’re on Your Own, Kid’ la hacen destacar sin necesidad de excentricidades. Esto también sucede a lo largo del concierto: la conmovedora actuación de diez minutos de ‘All Too Well’ o la rabia y sensibilidad durante el puente de ‘illicit affairs’ demuestran que no canta mejor quien afina más notas agudas, sino quien logra transmitir más con el micrófono en la mano. Al final, su voz termina siendo su mayor aliada.

El estreno de la película The Eras Tour es la antesala de algo más grande: la visita de Taylor Swift al Bernabéu el 30 de mayo de 2024. Esto me hace recordar bastante una de las citas de su documental ‘Miss Americana’ (2020): “Esta será probablemente una de mis últimas oportunidades de alcanzar ese nivel de éxito como artista. Así que, ahora que estoy a punto de cumplir 30 años, pienso: ‘Voy a trabajar mucho mientras la sociedad aún tolere que sea exitosa’». Casi cuatro años después, Taylor Swift ha conseguido alcanzar la cima del mundo de una forma que ni ella misma imaginaba. La trayectoria que se está labrando hace difícil predecir hacia dónde más será capaz de llevarla.

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Publicado por
Francisco Gámiz
Tags: taylor swift