SZA salva el Primavera tras la lluvia… pero sin dejarse fotografiar

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SZA salva el Primavera tras la lluvia… pero sin dejarse fotografiar

La lluvia amaina cuando llega la medianoche y toca acercarse a ver a SZA en uno de los escenarios principales. Las ganas de presenciar en vivo a una de las reinas del pop actuales son estratosféricas. Y Solana se gana a pulso su papel de cabeza de cartel, por cierto, alargando su concierto más allá de la hora estipulada, unos diez minutos. Da a su público lo que quiere y, literalmente, le da más. Una pena que no dejara fotografiarse por la prensa, ni siquiera por los fotógrafos oficiales de la organización.

SZA tiene dos discos como dos soles que presentar en Primavera, ‘SOS’ (2023) y ‘Ctrl’ (2017) La escenografía del SOS Tour se inspira en la imagen de un barco. Solana -que va vestida de pirata sexy- juega con las plataformas instaladas en el escenario, acompañada por su banda y por bailarines, e incluso se sube a una bola de demolición que parece la de Miley Cyrus. Su sola presencia es imponente; con una sacudida de pelo de SZA tiembla el mundo. Pero su verdadera baza es su voz, y SZA no para de cantar durante todo el concierto. Sus canciones tienen más letra que un diccionario. Y de melodía andan igual de sobradas.

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Sorprenden las dotes para el baile de SZA. No es Beyoncé, pero lo parece. Y, aunque en su repertorio abundan los tempos pausados, sus grooves dan suficiente juego como para que Solana se marque unas sensuales coreografías que quitan el aliento. Sobre todo ‘Shirt’, más rítmica, le permite lucirse, aunque en el setlist dominan las baladas. Los fans de SZA se saben las letras de memoria y las gritan a pleno pulmón: ‘Drew Barrymore’ y ‘Blind’ provocan furor. En todo momento, es imposible quitar la mirada de SZA, su presencia arrebata.

El repertorio del SOS Tour va pasando poco a poco del café para cafeteros, a los hits más universales. Sorprendentemente me quedo solo en mi entorno cantando ‘Saturn’ como una loca. Es una de las mejores canciones del año y una de las mejores de la carrera de SZA, pero, en el público que me rodea, no parece causar demasiado entusiasmo. Ni más allá. De repente parece una canción desconocida, cuando es uno de los mayores éxitos del momento.

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El verdadero punto de inflexión lo pone ‘Nobody Gets Me’, el baladón emo de SZA y, sobre todo, la entrada del ritmo de ‘Kiss Me More’, que anima el ambiente como antes había hecho ‘All the Stars’. El ritmillo disco de SZA permite a la audiencia -al menos a mí- descansar un poco de sus intensas melodías y, sobre todo, de su tendencia al melisma excesivo. Es parte de su encanto y por supuesto de su éxito pero a mí, personalmente, me carga un poco. Aunque canciones como ‘Normal Girl’ son tan sumamente buenas, que se me pasa.

El tramo final incluye ya los himnos ‘I Hate U’, ‘Snooze’ y ‘The Weekend’. ‘Kill Bill’, la Mejor Canción de 2023, la pirata SZA la defiende marcándose un baile de espadas que parece el de Shakira en los MTV Video Music Awards (Shakira había dedicado ‘Kill Bill’ a su ex). Y, cuando parece que SZA ha terminado, sorprende tirando la base de ‘Rich Baby Daddy’ de Drake y transformando el show en una fiesta. La bucólica ‘Good Days’ sirve de punto final. “The End” aparece en pantalla.

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Pero no es el final. Cuando el público ha empezado a abandonar el escenario, y cuando ya pasan diez minutos de la hora de fin prometida, SZA vuelve al escenario, completamente sola, para regalar a la audiencia una canción más. Acompañada solo de una guitarra, Solana canta ’20 Something’ a un público entregado que se ha ganado este obsequio por parte de la gran cabeza de cartel del festival. Sorry Lana, sorry Vampire Weekend, pero SZA ha venido a nuestro rescate y nos ha salvado.

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